Correo
Inmigración alemana al sur
Hace 177 años, el 25 de agosto de 1846, llegó al puerto de Corral el bergantín "Catalina", trayendo consigo a los precursores de las familias Aubel, Bachmann, Clemens, Henckel, Hollstein, Ide, Jaeger, Krämer, Kramm y Ruch. Se trató de un proyecto privado de colonización, organizado por los hermanos Philippi, Ferdinand Flindt, Franz Kindermann y Johann Renous, que se anticipó en algunos años a las iniciativas oficiales del Estado de Chile, que en 1845 había dictado la Ley de Inmigración Selectiva.
El primer día de agosto, pero de 1852, arribó, también a Corral, el velero "Australia", con los primeros colonos e inmigrantes libres organizados por el gobierno de Chile a través de su agente Bernardo Philippi. Allí llegaron los fundadores en Chile de las familias Aichele, Amthauer, Appel, Bräuning, Doggenweiler, Emhardt, Fuchslocher, Gebauer, Hess, Heufemann, Krause, Mautz, Mödinger, Reichert, Sandrock, Schäfer, Weiss, Werkmeister, Wilhelm y Ziebrecht, entre otras. Varios de ellos continuaron viajando hacia el sur, llegando, 120 días después, al lugar que ayudaron a convertir en Puerto Montt e internándose en las selvas circundantes del lago Llanquihue, donde su descendencia y trabajo fructifican hasta la fecha.
Algunos recordamos el clima de alegría y unidad con que se celebraron los sesquicentenarios de las epopeyas de quienes cruzaron el océano en tiempos aciagos, sufrieron mil penurias en esta nueva patria y se levantaron una y otra vez, cada vez con más fuerza. Mientras en 1996 y 2002 existía una consonancia universal en el gran aporte de la inmigración germana al desarrollo de nuestro país y el bienestar de todos, en el tránsito al presente se fueron (re)incubando tesis foráneas que fomentan el antagonismo entre las personas.
Hemos visto en nuestra zona desfilar a falsos indígenas e ideológicamente interesados indigenistas con lienzos de "fuera los colonos alemanes", demonizar su obra, tomarse sus campos y vandalizar sus construcciones. Por lo demás, somos actualmente conscientes de estar en un espacio y tiempo de conflicto, de que el anhelado progreso puede detenerse, de que el bienestar puede acabarse y de que la casta política, tan locuaz a la hora de pedirnos colaboraciones, no lo es para cautelar nuestros intereses.
Es por ello que el recuerdo de la vida y obra de estos pioneros se torna cada vez más relevante. Ellos velan por nosotros, desde el cielo y nuestra sangre, y con su ejemplo, nos determinan a ser tan chilenos, honrados, laboriosos, decididos y firmes como juraron serlo.
René Fuchslocher Raddatz
Alumbrado público
Hoy, con tanta desgracia, las compañías eléctricas se presentan de la mejor forma de gestionar las emergencias, al igual que las municipalidades. Aprovechen esta suma de voluntades y atiendan la emergencia constante, que es más de un 30% de las luminarias apagadas en todas las calles. Hay sectores que por años no son atendidos.
Para transparentar la gestión y saber que lo que pagamos sea lo que utilizamos, sugiero que instalen una plataforma de denuncia y seguimiento en la web, que dé cuenta de cuándo se resolvió. Aprovecho de solicitar que las vías importantes sean iluminadas de la mejor manera, el sistema LED pareciera ser mejor, además del ahorro de energía.
Hay sectores con riesgo para los peatones. Basta con recorrer y podemos observar la pésima iluminación. Por favor, atender la seguridad vial.
Danilo Pusic B.
Gobernar y gestionar
Si antes gobernar era educar, parece que hoy gobernar debiese ser gestionar, y de eso, falta mucho.
Esteban Meza
Infraestructura hídrica
Mucho revuelo ha causado en las últimas semanas algunas publicaciones que señalan la fuerte arremetida de Perú en materia agroalimentaria. Incluso se ha asegurado que en pocos años más ese país superará las exportaciones chilenas en ese ámbito.
Así, se torna relevante analizar cómo se retoma el dinamismo del sector agrícola nacional, algo debilitado en los últimos años (sólo un 3% del PIB), pero clave en la generación de empleo (9% de la fuerza laboral) y arraigo en el territorio. Para ello, es fundamental abordar el tema de la infraestructura hídrica para enfrentar la emergencia e incorporar nuevas tierras que permitan que Chile se transforme en una potencia agroalimentaria.
La continua baja de las precipitaciones, alzas de temperatura, disminución de caudales y derretimiento de los glaciares ha expuesto al sector silvoagropecuario a un déficit hídrico por más de 10 años.
Esto tiene como consecuencia una de las sequías más prolongadas, extensas territorialmente y severas de las que se tenga registro. En esta línea, además de mantener los esfuerzos por una buena administración del agua disponible, y optimizar su uso a través de riego tecnificado en nuevas hectáreas, debe retomarse la inversión en embalses multipropósito que permitan atender la demanda hídrica de la población, la del sector agrícola tradicional y, eventualmente, en la zona centro sur del país, al desarrollo de nuevos valles.
Junto con ello, hay que profundizar las inversiones que se realizan para mejorar los sistemas de distribución de agua, incluyendo telemetría, revestimiento y entubado de canales; optimización de trazados de canales; sistemas de inyección de agua para recarga de napas y construcción de pequeñas y medianas obras de almacenamiento de agua. También se puede pensar, por qué no, en fórmulas más innovadoras, como impulsar la construcción de nuevas plantas desaladoras de la mano de la asociación público-privada. Aquí hay una gran oportunidad.
Ante una crisis climática que no da tregua, tenemos que ser creativos para ampliar nuestros horizontes agrícolas.
Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura