Shock total tras rechazo de Chile a ser "invitado de honor" en Feria del Libro de Frankfurt
POLÉMICA. Es "una vergüenza" y "un retroceso" son algunas de las críticas a la decisión del Gobierno.
Redacción
Chile iba a ser el "invitado de honor" a la Feria Internacional del Libro de Franksfurt 2025, en Alemania, el festival literario más importante del mundo, pero en una decisión criticada transversalmente, el ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio declinó asistir en esa condición.
"Chile asistirá a la Feria del Libro de Frankfurt como participante, no como invitado de honor. La decisión obedece a priorizar los recursos al fortalecer el ecosistema del libro y la lectura en Chile", indicó el ministerio el miércoles en la noche en un comunicado, y ayer el jefe de cartera, Jaime de Aguirre, no quiso referirse el asunto.
Entre otros argumentos, el ministerio afirma que tiene como objetivo "retomar la tradición de una Feria Internacional del Libro en nuestro país (...) Además, se consideraron motivos presupuestarios, ya que ser invitado de honor en esa feria significa una gran inversión, que acorde al lineamiento de austeridad, enfocaremos en gasto público para una iniciativa de alcance internacional en Chile que permita volver a posicionar a nuestro país como espacio de reconocimiento mundial en esta área".
La molestia fue inmediata en la Asociación de Publicadores y Libreros de Alemania, organizadora del evento, pues se había firmado una carta de intenciones para la asistencia de Chile a Frankfurt.
"descriterio total"
En nuestro país, la crítica a la decisión gubernamental fue transversal.
Desde el mundo de las letras, el poeta y director de ediciones UDP de la Universidad Diego Portales, Matías Rivas, calificó la decisión como un "descriterio total" y como "una vergüenza" en Radio Biobío. "Es un lugar de privilegio, a tal nivel, que ningún país en la historia había cometido el hecho de negarse a participar en ella", agregó.
Rivas reflexionó que en el comunicado se habla "de problemas económicos (...), pero la gestión de este gobierno es tan desastrosa a nivel cultural -llevan un mes en huelga (en el ministerio de Cultura)-, (...) que tampoco uno confía con que la plata se vaya a gastar bien acá".
"Además, la inversión es una inversión país, como cuando Chile fue a (la Expo) Sevilla y llevó el iceberg. Podría haber sido parte del legado de este presidente, que se dice tan lector. Me parece raro, no me calza", dijo.
"Los alemanes no lo pueden creer", añade Rivas, y menciona que los escritores "gritan para callado, ojalá que salgan voces más fuertes haciéndole ver al Gobierno sus errores (...) Hay algo que se dice en el mundo cultural, que Chile lo hizo tan mal en Buenos Aires que no se atreve a ir a una feria como la de Frankfurt".
Ser "invitado de honor" a una Feria del Libro involucra no solo tener un stand, sino que todo en el evento gira en torno al país invitado, desde la estética del recinto hasta la música.
Lo que chile se perdió
El escritor Mauricio Electorat calificó la decisión del Gobierno como "aberrante", mientras que el directorio de la Corporación del Libro y la Lectura manifestó en un comunicado "una profunda desazón e inquietud".
"Esta determinación perjudica fuertemente al mundo del libro chileno, que pierde la oportunidad de difundir, desde un lugar de privilegio, el trabajo de nuestros autores, ilustradores y creadores en el encuentro más relevante para la industria editorial a nivel internacional", dijo la Corporación y agregó que se perdió "la opción de esta vitrina única para la cultura, nuestra identidad y nuestras letras, que en todos los discursos gubernamentales se dice querer potenciar".
"Ocupar el sitial de invitado de honor (de Frankfurt) habría permitido que nuestros libros se destacaran entre los más de cuatro mil expositores de 95 países que asisten al encuentro (según datos de 2022), ampliando las instancias de generar alianzas y posibilidades concretas de reconocimiento y trabajo para nuestro mercado editorial", aseveró la Corporación.
Desde la Sociedad de derechos de las letras de Chile calificaron la negativa como un "duro golpe" a la industria editorial chilena, mientras que desde Editoriales de Chile se habla de "un grave retroceso en el posicionamiento cultural de Chile en el mundo", apuntando responsabilidad hacia De Aguirre.