Correo
Modernizar el Estado
Si el Presidente de verdad quiere acabar con los trámites eternos y la pérdida de horas laborales, porque entiende que la confianza de las personas en el Estado se juega en que el país tenga instituciones modernas, eficientes y libres de corrupción que entreguen un trato digno y oportuno, no se explica el silencio que guardó en su reciente Cuenta Pública respecto de la polémica del crecimiento del empleo público, o bien de la inaceptable incertidumbre que existe hoy respecto de los datos mínimos que necesitamos para verificar si este ha efectivamente crecido o no, y dónde.
Es de esperar que aspectos tan centrales para mejorar el funcionamiento del aparato público no dejen de ser prioritarios, y que se aprovechen instancias institucionales como el Consejo Constitucional para buscar cambios que apunten a un Estado al servicio de las personas.
Rafael Palacios, Red Pivotes
Guía sobre sexualidad
A raíz del revuelo que ha generado la guía del Mineduc sobre sexualidad afectiva, que invita a los niños de kínder a "hacerse masajes en la espalda para reflexionar sobre los modelos de masculinidades y feminidad construidos a lo largo de la historia", cabe señalar que esta política de Estado tiene por objeto desmontar el sentido común, pues lo que, para una persona puede ser algo natural (ser hombre o mujer), para el Mineduc - es solo una etiqueta que se nos asigna al nacer - sin preguntarnos.
Ello, porque el ministerio asume que los niños tienen plena conciencia de lo que hacen, tienen derecho a autoexplorarse y deben romper con el adultocentrismo. Esta es una idea antiliberal que puede causar daño en la indemnidad sexual de los menores. Además, los niños pueden manifestar dudas en torno a su sexualidad, en una edad en que no piensan en estos temas.
En una sociedad liberal, los padres tienen el derecho preferente de educar a sus hijos y podrían elegir un colegio con sus valores, pero hoy en Chile el Estado dirige la educación, sin preocuparse de los daños irreparables que pueda generar en los menores al intentar deconstruir una identidad en formación.
María Fernanda González
Medio ambiente
En la actualidad, se observa un creciente llamado de la sociedad para que las empresas asuman una mayor responsabilidad ambiental. Resulta preocupante que la ciudadanía perciba que solo el 39% de las organizaciones cumplen ese rol, constatando una brecha significativa entre la realidad empresarial y las expectativas de la población. Por consiguiente, resulta fundamental establecer una coordinación efectiva entre ambas perspectivas. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representan una visión transformadora para lograr la tan anhelada sostenibilidad económica, social y ambiental. Esta ambiciosa agenda brinda una oportunidad inigualable para América Latina y el Caribe. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa depende de la participación de todos los sectores de la sociedad, incluyendo los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y el público. En el contexto nacional, gran parte de las instituciones toman decisiones sobre sus lineamientos empresariales de manera centralizada, sin involucrar a todos los niveles de la organización. Esto refleja las brechas existentes en términos de poder, propósito y conexión con el entorno.
Es esencial que tanto las y los trabajadores, como los directivos, internalicen el propósito empresarial de manera equitativa. De hecho, el 96% de ellos considera que el propósito es primordial para el éxito de su compañía. La evidencia comparada demuestra que las empresas que adoptan una razón de ser centrada en los tres pilares (económico, social y ambiental) mejoran un 17% sus resultados financieros, aumentan un 52% la fidelización de sus clientes y logran incrementar su productividad en un 72%.
Este escenario plantea un posible camino para abordar los desafíos ambientales y alcanzar un desarrollo sostenible, donde es prioritario que la industria asuma su responsabilidad y colabore con otros actores de la sociedad. Asimismo, para lograr una implementación efectiva de la Agenda 2030 y los ODS, las organizaciones deben valorar a sus partes interesadas, gestionar su marca y establecer con convicción su propósito empresarial, fomentando una cultura de sostenibilidad. Solo así podremos construir un futuro más próspero y equitativo para las generaciones venideras.
Felipe Rivera, académico Escuela de Ingeniería U. Central
Datos y salud
Hace poco se conoció que en California se está experimentando con el uso de algoritmos de machine learning en temas de salud, como la elaboración de vacunas. Los investigadores están buscando identificar en base a datos las secuencias de ARN, con formas y estructuras complejas, para conseguir vacunas con mayor potencia y estabilidad que las actuales.
El machine learning es una rama de la ciencia que estudia y desarrolla algoritmos y modelos predictivos, para identificar patrones de comportamiento poco evidentes dentro de enormes bases de datos, que ayudan a realizar predicciones. En el mundo de los negocios, no es nuevo, pues pueden identificar patrones que discriminan entre una transacción que es un fraude de una que no lo es. Sobre la base de la información histórica, podrían predecir el futuro en términos del fraude y evaluar las potenciales pérdidas económicas. Esta es una de miles de aplicaciones. El avance en la creación de vacunas es notable, pero no el único. En salud, se han tratado problemas de predicción de enfermedades como el cáncer o Alzheimer, para anticiparse a la enfermedad y así curarla antes que el daño sea irreparable. Si bien ha habido cuestionamiento,se debe precisar que en sí no son peligrosos. Sin embargo, es necesario tener cuidado con la manipulación, seguridad y vulnerabilidad de datos.
Jaime Miranda, académico U. Chile