Tanto las regiones de Los Lagos como la de Aysén deben ser las que exhiben la mayor cantidad de pueblos en el país que viven en condiciones de aislamiento. La propia geografía del sur austral, con una infinidad de fiordos, islas y montañas, condiciona muchas veces la conexión de quienes habitan en en esas zonas con las ciudades más grandes a las cuales pueden recurrir por bienes y servicios. Pero no es sólo la geografía. El clima de esta zona del país muchas veces incrementa todavía más el aislamiento de las familias, que durante buena parte del año tienen que resignarse a un escaso contacto con los centros urbanos, haciendo de su existencia un problema de marca mayor cuando hay emergencias de salud o trámites que en las ciudades pueden ser tan sencillos, como el examen de autopsia a un cadáver.

Esto es justamente lo que le ocurrió a una familia de la península de Ayacara, en la comuna de Chaitén, que se vio obligada a pasar por un triste calvario tras la muerte de uno de los suyos. Mirta Ruiz Soto falleció el lunes, a la edad de 63 años, y en lugar de brindarle oportunamente el sentido adiós, tuvieron que someterse a los designios del infortunio y de las decisiones burocráticas ante la necesidad de un examen de autopsia. Infortunio, porque el médico legista de la zona se encuentra de vacaciones; y burocracia, porque en lugar de que el cuerpo pudiese ser trasladado por vía aérea hasta Puerto Montt, para la autopsia de rigor en el Servicio Médico Legal, la familia debió hacerlo por vía marítima y terrestre. Recién hoy o mañana, luego de ese largo peregrinar, podrán darle sepultura a la chaitenina que falleció en su casa, aparentemente por un infarto.

Así como las regiones reclaman, y con justa razón, por el centralismo en la toma de decisiones y asignación de recursos, lo mismo ocurre en aquellos remotos poblados en comparación con las capitales zonales administrativas. Los chilenos que viven en esos apartados lugares necesitan de soluciones creativas por parte de las autoridades, que permitan subsanar con prontitud la ausencia de un médico legista o el largo viaje con un cadáver en vehículo y barcaza.

Vivir en esas zonas reafirma la soberanía, y como tal, justo es que se les trate con dignidad.

¿Alguien recuerda que hubiésemos entrado en mayo con los volcanes vecinos casi sin nieve? Desde hace años ya nos habíamos acostumbrado a que el Calbuco llegase a marzo con aspecto de montón de tierra, pero ver también al Osorno y al Yates con apenas unas pinceladas de blanco llegando a mayo, resultó insólito y nos enfrenta a una realidad ineludible: el cambio climático ya está con nosotros.

Nuestro clima tiene ciclos largos y cortos, las estaciones son siempre las mismas, pero no iguales todos los años. De mis primeros años de escolar recuerdo unos otoños gloriosos, llenos de sol, cuando yo lo último que deseaba era estar en un aula del Grupo Escolar; los que siguieron fueron lluviosos.

Hemos tenido veranos muy secos, tan secos que resultaban peligrosos; en 1942 llovió por última vez en diciembre, durante enero del 43 nuestras tejuelas se secaron como yesca; en febrero, en Calbuco se incendió una casa y se quemó casi todo el pueblo. La noticia ocupó la portada de la revista Vea y eclipsó la rendición de los nazis en Stalingrado.

El evento también sirvió para que algunos descreídos comprobasen que algunos dioses sí se preocupan por sus fieles, en ese infausto día, Jehová, Atenea y Baco se preocuparon de que los únicos edificios que se salvaron en torno a la plaza fueran la iglesia, la escuela y el depósito de vinos y licores de don José Luis López. ¡Brindemos por eso!

En el verano de 1983 era tanta la humareda de la vegetación ardiendo por doquier que no se podía ir a Puerto Varas. Y así hemos tenido altos y bajas, pero la tendencia al alza es visible; otro recuerdo de infancia es patinar sobre los charcos de escarcha en las mañanas de invierno. Ahora hace ya muchos años que no he visto esos charcos con una escarcha con el grosor suficiente para soportar el peso de un chico de unos 7 años.

El cambio climático ya está aquí; aunque sea una noticia difícil de digerir, la realidad es que ya pasamos el punto de no retorno, por lo que más nos vale pensar en cómo responder a esta nueva situación. Lo hecho, hecho está, ya nos mandamos el numerito y no hemos de llorar sobre la leche derramada.

Saquemos lecciones y procuremos no seguir aumentando el desastre, pero no perdamos el tiempo tratando de ignorar o revertir el proceso.

Ya iremos viendo qué color toma el asunto, como se modificarán las estaciones, qué nuevos pájaros e insectos llegarán, qué cultivos se perderán y cuáles serán nuevas oportunidades. Lo único seguro es que aquí no valen las salvaciones individuales; o nos salvamos juntos o nos jodemos en patota.

80 años | 2 de junio de 1943

Fuertes medidas ante incremento de la rabia

Debido al incremento que ha tomado la epidemia de la rabia en la zona, el jefe sanitario provincial determinó el cumplimiento de enérgicas medidas tendientes a su propagación, una de las cuales es que durante un período de tres meses, todos los perros de la provincia deberán mantenerse amarrados y abozalados. El no cumplimiento generará multas de hasta mil pesos.

50 años | 2 de junio de 1973

Preocupa deficiente traslado de estudiantes

Preocupación existe entre las autoridades por el deficiente servicio de locomoción que reciben los estudiantes. Ante ello, el intendente emplazó a los jefes de servicios públicos y a los representantes de los gremios de la locomoción colectiva, a que estos deben recibir un trato preferencial. Además, instruyó para que cuando exista espacio en los vehículos fiscales, ayuden en su traslado.

10 años | 2 de junio de 2013

Trabajadores caen al río cerca de Chaitén

Una intensa búsqueda realizan funcionarios del Gope de Carabineros y de la Armada con la finalidad de encontrar a dos personas que se encuentran desaparecidas, luego de sufrir un accidente en las cercanías de Chaitén y luego que la camioneta en la que se trasladaban volcara y cayera al río. El vehículo fue encontrado, no así los dos trabajadores que viajaban en ella.