Componente de la votación rural
Un análisis estableció que la participación electoral de Los Lagos en este segmento fue una de las más bajas del país.
Cada proceso eleccionario que se realiza en el país permite realizar múltiples análisis, cada uno de los cuales entrega información sobre el porcentaje de la población que vota, de los que no lo hacen, sus preferencias, prioridades y adhesiones. Según sea el área de interés, cada especialista, político profesional o de los aficionados puede hurgar en el material recopilado detrás de los votos y examinar cuáles son las mareas subyacentes en la opinión pública de la ciudadanía.
Uno de estos análisis, muy interesante por lo demás, lo ha efectuado el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Rimisp, que se dedicó a revisar específicamente la votación de las comunas rurales del país, entendiendo que el comportamiento de ese electorado puede tener ciertas variaciones respecto de los electores urbanos, atendido que tienen otras prioridades, otro contexto e incluso una manera distinta de asir la realidad que les rodea. De acuerdo a ese análisis, la votación rural de Los Lagos fue una de las más bajas del país, superando sólo a otras cinco regiones, al tiempo que entre el plebiscito de salida de septiembre pasado y la elección de consejeros constitucionales, prácticamente no hubo variaciones significativas en cuanto al porcentaje de participación. Otro de los indicadores significativos es que Frutillar se ubicó en el décimo lugar nacional, de las comunas con votación rural, de aquellas con mayor variación entre los dos procesos eleccionarios a los que se convocó a los chilenos entre 2022 y 2023.
Con todo, una de las apreciaciones de mayor interés la aportó el investigador del centro de estudios, quien, para explicar las diferencias entre el electorado urbano y el rural, propuso que en el caso de estos últimos, los sufragios con componente local, esto es, por ejemplo, aquellos que son municipales, generan mayor preocupación y, por tanto, mayor participación. Los procesos de carácter nacional, como el constitucional actualmente en curso, aparentemente son vistos con más distancia.
Esto representa, por cierto, un desafío para la política, que debe tomar nota y comprender que en las zonas rurales hay problemas diferentes a los de las ciudades y que quienes viven ahí merecen atención y soluciones modernas, dignas y eficientes.