Inasistencia a los colegios
La pandemia terminó por acrecentar el fenómeno de la deserción escolar. Urge ahora revertir las cifras en el país.
La educación atraviesa una de sus crisis más profundas, y se ha agudizado por los efectos de la pandemia en cuanto al cierre de escuelas, retrasos en el aprendizaje y deserción escolar. Una de las principales alertas es la tasa de inasistencia de los alumnos. Según un estudio deLibertad y Desarrollo, en 2022 la asistencia promedió 84,6%, una cifra menor al 90,4% que se registraba en 2018, antes de la emergencia sanitaria, o a la de marzo de 2019, que superaba el 92%. También el informe indica que es alarmante que el año 2022 hubo un 37,3% de estudiantes con "inasistencia crónica", lo que se traduce en más de 1,1 millones de alumnos que no concurren a clases en forma regular.
Hace unos días el Ministerio de Educación informó que a marzo de este año, 711 mil estudiantes cuentan con inasistencia grave a clases, y si bien esto es preocupante, al menos muestra una mejoría si se compara con la de 2022 durante el mismo período, donde 1,1 millón de alumnos no asistieron a sus establecimientos educacionales. Sin embargo, para la fundación sin fines de lucro Acción Educar, los datos no son una buena señal, porque implica perder más del 15% de las clases impartidas.
El Gobierno se ha puesto como meta que de aquí al año 2026, este tipo de inasistencia crónica sea un 19,4% de la matrícula escolar, objetivo que la mencionada fundación considera insuficiente, pues implica que uno de cada cinco estudiantes posea una asistencia menor al 85%. Las cifras generales de asistencia son menos malas que las del año 2022, pero aún es temprano para sacar conclusiones, ya que se debe esperar un período más largo. También existen pocos datos públicos sobre el ausentismo docente y las licencias médicas, por lo que el seguimiento del plan en este aspecto es una tarea compleja.
Las causas de la deserción escolar se deben observar al interior de las familias responsables de los estudiantes, ya que los padres deben tener un papel relevante en la toma de decisiones sobre la inasistencia a la escuela. La deserción es un problema que siempre ha estado presente, pero que se agudizó con la pandemia y es necesario reforzar el trabajo para evitar que los estudiantes sigan abandonando el sistema.