Planta de revisión en Lagunitas
Una vía ya colapsada y que espera hace años la ampliación, verá ahora más tránsito con el pronto inicio de funciones del recinto.
La relación entre el Estado y las personas suele entregar ejemplos notables de lo complejas que pueden ser las decisiones relativas a las políticas públicas. Aceptando la máxima de que ellas -se supone- tienen como principal foco el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos (para eso están los gobiernos), hay ocasiones en que una sola decisión de los entes estatales, sea por falta de información, porque quien resolvió aquello estaba en una oficina en Santiago o porque sencillamente no hubo capacidad de previsión de los escenarios probables, termina provocando un daño colateral enorme.
Así se deben estar sintiendo los habitantes del sector de la ruta a El Tepual, en Puerto Montt, que mientras siguen esperando el cumplimiento de la eterna promesa de la construcción de la doble vía (tiempo durante el cual la zona ha experimentado una explosión demográfica), han de prepararse ahora para la entrada en funciones -se dice que en julio o agosto- de una planta de revisión técnica.
No se necesita de muchos datos para visualizar lo que ocurrirá una vez que llegue aquel día: si los tacos son hoy una tortura para quienes viven ahí, tendrán que habituarse a más autos, más esperas y, probablemente, más accidentes de tránsito por una cuestión estadística.
Lo paradójico es que la autoridad de Transportes ha señalado que esta planta permitirá aliviar la congestión que hay en otros lugares de la ciudad (como en Alerce), sin tomar mucho en cuenta que lo más seguro es que el camino que conecta a Puerto Montt con el Aeropuerto El Tepual se tensionará a un nivel indecible.
Aunque se ha asegurado que se han tomado medidas remediales para evitar el incremento de los tacos, el escenario que temen en Lagunitas es que tendrán que levantarse más temprano para llegar a sus destinos o soportar más tiempo en vehículos particulares o en el transporte público, todo un ejemplo de una decisión tomada sin considerar la participación de los vecinos o de los "territorios", como se dice hoy.
Es muy curioso que se haya aceptado construir una planta de estas características en un sector colapsado y que en las fases siguientes, todo transcurriera muy normalmente.