"Uno no puede estar pidiendo disculpas por haber criticado las violaciones a los DD.HH."
La vocera reflexiona sobre las distintas aristas de la crisis de seguridad que vive el país y la aprobación del proyecto que hizo celebrar a La Moneda esta semana: "La ley de las 40 horas demuestra que con diálogo social y político podemos llegar a entendimiento y acuerdos (...) Esperamos que irradie a la reforma de pensiones y la tributaria".
Han pasado tres días desde que el Parlamento aprobó por amplia mayoría la reducción de la jornada laboral y la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, trabaja en su oficina del segundo piso del Palacio de La Moneda con una polera que lleva la inscripción "Vamos por las 40 horas". Cuando era diputada, junto a sus colegas y correligionarios del Partido Comunista Karol Cariola y Daniel Núñez, fueron los autores del proyecto que ahora es ley de la República.
La vocera de Gobierno se emocionó hasta las lágrimas en Valparaíso tras la votación y su nombre quedará inscrito como gestora de una norma que tendrá un impacto inevitable en trabajadores, empleadores y empresas de todo tamaño. Más allá del momento histórico, la geógrafa y reconoce un hecho político en el transversal apoyo que tuvo una iniciativa férreamente resistida en su génesis, hace seis años. "Muchos me decían que era imposible, que era voluntarismo, que era un proyecto irresponsable, etcétera. Me emocioné sobre todo por el sueño de ver sonreír a las personas, a las mujeres trabajadoras. Porque pareciera ser que la política o las instituciones o el Parlamento no son capaces de estar a la altura de las necesidades de la gente. Entonces cuando se ha pasado mal por la pandemia, por la inflación, por distintas razones, la inseguridad, el poder entregarle a la gente desde la política un triunfo, es algo que emociona", relata.
-En el ambiente político crispado que existe, no parecen posibles acuerdos tan transversales. ¿Qué debió pasar para que en seis años se pasara del rechazo total de la derecha y del empresariado, a una aprobación amplia?
-Yo creo que se fue madurando en el camino harto por parte sobre todo de la oposición. Había como un ánimo de rechazarlo sólo porque venía de comunistas, más que por su contenido. Era algo como "no podemos darle un triunfo". Pero, luego se fue comprendiendo. De hecho, tuvimos parlamentarios que siendo de derecha votaron a favor en el inicio. Me acuerdo de Gonzalo Fuenzalida, por ejemplo, o el diputado (Cristhian) Moreira, y que se llevaron el repudio de su sector en ese entonces. Pero logramos contar con el apoyo en ese momento de algunos que se atrevieron. Pero después fue pasando el tiempo y la pandemia fue haciendo que surgieran empresas, pymes sobre todo, que pusieron las 40 horas o que nacieron o se acomodaron a las 40 horas por el contexto de pandemia y para dar empleo a las mujeres porque habían perdido muchos empleos. Llegar a ser gobierno también influyó. Todo esto fue permitiendo llegar a un entendimiento.
-Hay críticas de algunos gremios por la excesiva flexibilización laboral.
-Se incorporaron cosas que planteaba la oposición, por ejemplo, esto de permitir que en algunos casos, con acuerdo, se genere como un promedio de horas trabajas, pero al mes. El acuerdo que conseguimos fue súper razonable, porque a-
"Me emocioné por el sueño de ver sonreír a las personas, a las mujeres trabajadoras. Porque pareciera que política, instituciones o el Parlamento no son capaces de estar a la altura de las necesidades de la gente".