Correo
"Plaza: lugar de vagos"
No me considero mojigato. Menos un ejemplo a seguir, tampoco un predicador de buenas costumbres y temperancia. Sin embargo, sí soy un fiel creyente de que cada cosa tiene su momento y tiempo determinado. La introducción es para contar una breve escena que me tocó contemplar desde un céntrico café puertomontino, a las 8:30 horas de esta semana. Mientras le daba unos sorbos a mi cortado, me llamó la atención cómo un grupo de estudiantes, todos con uniforme, compraba en un quiosco.
Como dicen ellos, "poco víos", poco avispados, porque como estaban todos juntos era evidente que ahí no pasaba nada bueno. O que intentaban ocultar algo. Sí. Reconozco que siempre pienso mal de todo y todos. A metros de la plaza de Armas comenzaron a armar un cigarrillo. Lo que estaba ahí adentro queda a imaginación, puesto que no pude distinguir las condiciones organolépticas del producto aquel, dado que seguía ensartado con mi café. Cortado, por supuesto.
El asunto sigue cuando pago la cuenta y me dirijo a realizar unos trámites. Al pasar cerca de la glorieta de la plaza de Armas, me encuentro de frente con los mismos adolescentes. Y bueno, ahí era evidente que estaban fumando marihuana. La conozco y distingo su singular aroma.
Entiendo que aquello no es delito. Sí una infracción, según la Ley 20.000 de Drogas, puesto que el consumo ocurre en un lugar público. En fin, aquello se lo dejo a los leguleyos. No es lo mío. Eso sí, mientras pienso eso, levanto mi cabeza y veo que hay más cámaras de vigilancia en el entorno que dedos en mis manos: en la misma plaza, la Corte de Apelaciones, locales comerciales, etc.
Mala cosa. Lamento que, antes de las 9 de la mañana, un puñado de chiquillos gasten su salud, dinero y tiempo en fumar hierba, aparentemente antes de clases, en circunstancias que deberían estar pensando en otra cosa, como, por ejemplo, estudiar, aunque sea a última hora. O quizás usar el famoso Chat GPT para inventar un trabajo encargado por un profesor hace varias semanas.
Las horas libres, el fin de semana, las vacaciones, etc., podrían ser contextos mucho más aceptables para tales conductas. Hay tiempo y contexto para todo. Es parte de la libertad que defiendo. Y en este caso, al haber una clara infracción, alguien debe hacer algo, porque tal escena sólo reafirma que la plaza de Armas de Puerto Montt es hoy un lugar de vagos.
Enrique Cortés
Juventud, narco y delito
A raíz de los asesinatos de funcionarios de Carabineros en unas pocas semanas, el mundo político ha decantado por tomar una postura de "mano dura" que es llegar tarde a enfrentar a la violencia y criminalidad.
Las medidas implementadas destacan por las facultades y recursos que tendrán las policías, y la recuperación de los espacios públicos, pero no se han planteado medidas para quitarle una base fundamental del poder a los grupos que se benefician de la violencia y el delito: evitar que la juventud engrose las filas y bolsillos de estas organizaciones. El sistema educativo es fundamental para crear oportunidades para la infancia y juventud, pero son las familias quienes deben hacerse responsable de los valores de sus hijos e hijas, a la vez de apoyarles en su crecimiento, y de corregirles frente a sus errores.
Mientras las escuelas y familias no funcionen adecuadamente, el narco y la delincuencia siempre tendrán jóvenes a quienes atraer.
Óscar López Aros, profesor de Historia, Colegio Salesianos Puerto Montt
Asesinato de carabinero
Cuando en una nación se pierde la seguridad, se pierde uno o el más importante de los pilares en que se sostiene una sociedad, además del sentido de patria y arraigo, y como consecuencia, esa sociedad habrá fracasado. Así vemos con angustia como un nuevo mártir, el carabinero Daniel Palma, cae vilmente asesinado a manos de los agentes de la inseguridad.
Señor Presidente, de no cambiar y con urgencia la seguridad en nuestra sociedad chilena, usted habrá traicionado y abandonado a su nación.
José Manuel Caerols
Desprestigio de instituciones
Cuando pasas años desprestigiando instituciones, no es fácil después, estando en el Gobierno, demostrar lo contrario.
Esteban Meza
Loteos en Puerto Varas
Con sorpresa leo en la edición del miércoles en El Llanquihue que el alcalde de Puerto Varas, Tomás Gárate, no da ningún crédito a la labor que hace el Juzgado de Policía Local sobre los decretos de paralización que llevó adelante el municipio contra dos loteos rústicos de la comuna. El edil se equivoca porque invoca un mandato legal de la Ley General de Urbanismo y Construcción (LGUC) inexistente, ya que esta misma ley otorga al Juzgado de Policía Local dicha atribución.
Pero no sólo eso, según el detalle de la sentencia, todos y cada uno de los argumentos expuestos por el municipio para paralizar loteos fueron desestimados por el juzgado por ser contrarios a la LGUC. Lamento la soberbia con la que anuncia que llegará a la Corte Suprema para defender su postura, intentando imponer por decreto un criterio sesgado a una materia que es tema de ley y se debe resolver en el Congreso Nacional.
El espíritu refundacional que muestran las autoridades que hoy administran distintas posiciones en el Estado choca con una realidad patente: no pueden hacer lo que quieran, saltándose las reglas de la democracia y atropellando las libertades consagradas en las leyes de nuestro país. Espero que el Concejo Municipal cumpla su rol fiscalizador y detenga estos gustitos que pueden traer consecuencias económicas enormes a las arcas municipales, en desmedro de las reales necesidades de la comunidad.
Jorge Andrés Guevara