Correo
18 de octubre
Las cartas publicadas en los últimos días en su distinguido medio, a propósito de las leyes sobre "seguridad" que hoy se tramitan en el Parlamento , son desesperanzadoras.
De la visión embriagada de revolución del 18 de octubre, pasamos al populismo conservador del 4 de septiembre. Es lamentable que después de todo lo sucedido no hayamos superado ni el simplismo de los análisis, ni el infantilismo dialéctico, ni tampoco la soberbia del triunfo electoral.
Lorenzo Miranda Morales
Teléfonos en las cárceles
Es un chiste o no es novedad los allanamientos de Gendarmería en los penales. Respecto de la incautación de 90 armas artesanales y también celulares nuevamente en las cárceles de nuestra región, la mencionada institución debería tener mejores controles en los ingresos, sobre todo por los teléfonos, los cuales van al interior de la ropa interior de los bebés.
En este tema debe haber colusión con los gendarmes, así que no es de sorprender la cantidad incautada en cada procedimiento. Hay incluso ex gendarmes de Osorno que están privados de libertad en la cárcel de Alto Bonito, porque la colusión es un negocio, sobre todo para estafas a través de estos aparatos tecnológicos.
En resumen, a mejor calidad en los registros de ingreso, menor será la incautación de elementos prohibidos.
Boris Cortez
Balas de salva
El 30 de marzo pasado, en Contulmo, Región de La Araucanía, hubo un enfrentamiento en el que los delincuentes atacaban con armas y munición de guerra, mientras que el personal de Carabineros y de la Armada respondía con balas de salva.
La delegada presidencial dijo que estaba todo bien, porque se cumplieron los protocolos. Por supuesto, ningún delincuente resultó herido ni detenido, quizás sí ligeramente asustado (¿ y sus derechos humanos?).
El subsecretario dijo que el incidente fue grave, pero le vio el lado positivo diciendo que en ese lugar los hechos violentos habían bajado en un importante porcentaje.
Conclusión políticamente correcta: las balas de salva reducen los hechos de violencia. Habría que felicitar al que propuso y a los que aprobaron esta novedosa táctica, disparando en su honor 21 balas de salva.
José Luis Hernández
Víctimas de la delincuencia
En los últimos días hemos visto cómo niños han perdido a sus padres y a padres que han perdido a sus hijos víctimas de la delincuencia. Es algo que no debemos normalizar, no debe dejarnos de conmover el dolor de quienes hoy se irán a dormir sin un beso en sus mejillas, sin una caricia que tranquilice sus sueños. Vidas arrebatadas a quienes sirviendo a la comunidad no dudaron en cumplir con su deber. Los verdugos, hombres marcados por trayectorias delictivas iniciadas tempranamente.
Con un sistema de justicia incapaz de reinsertar. Una y otra vez cumpliendo condenas, también quebrándolas. Fugándose o incumpliendo las condiciones de un beneficio.
Detrás del gatillo hay exclusión escolar, abandono de la casa, modelos delictivos de padres y cuidadores, consumo desde muy corta edad de drogas y alcohol; hay también trastornos de personalidad y conductas, sin haber recibido salud mental en ningún momento de sus vidas.
Lamentablemente, vemos cómo estas trayectorias que derivan en tragedias colectivas, no acabarán si no somos capaces de ir a las causas que las originan. Hoy, la niñez en el país sufre una crisis gatillada por el surgimiento de múltiples factores de riesgo. Altas tasas de ausentismo crónico y los niveles más altos de exclusión educativa de los últimos años, consumo de alcohol y otras drogas que lideran las Américas, listas de espera en el Sistema de Protección de la Niñez, qué más que duplican las que había en 2021, falta de cupos en salud mental para 14 mil niños y adolescentes.
Si no impulsamos una Agenda Temprana de Prevención Social con una oferta disponible localmente y estándares de calidad, no seremos capaces de cerrar la brecha que nos lleva a perder el presente y futuro de miles de niños secuestrados por bandas delictivas y de narcotraficantes, que ven en la omisión, en el miedo y pasividad, el triunfo de su poder. No queremos más mártires de la delincuencia, soñamos con un país donde hoy no haya rejas en nuestra casa tapando la ventana, donde podamos ver un amanecer sin sombras y un futuro para cada niño que viva libre y crezca feliz.
Marcelo Sánchez, Fundación San Carlos de Maipo
Autismo e individualidad
El cambio de autismo a "espectro autista" no es antojadizo, tiene que ver con comprender y respetar las individualidades. Ser un espectro permite identificar que hay muchas diferencias y variables entre persona y persona. Que la ley recientemente promulgada empiece estableciendo definiciones de conceptos, hablando de diversidad en el neurodesarrollo típico, da cuenta de lo que se ha avanzado en la investigación y que hoy se entiende que es una condición de vida, no es una enfermedad ni tampoco "se pasa con la edad".
En este sentido, es un gran avance que se reconozca desde el Estado que hay que abarcar todo el ciclo vital de forma intersectorial, intercultural y con perspectiva de género. Dejar de asociarlo a la niñez, fomentando la capacitación y perfeccionamiento para funcionarios públicos que se desempeñen en salud, educación, fuerzas de orden, entre otras áreas. La ley exige más campañas para concientización y educación en temas de inclusión, promoción y protección de derechos de las personas autistas. Se ha avanzado mucho, aunque todavía persiste el estigma, por lo que tenemos que seguir trabajando día a día para defender y proteger la diversidad.
Macarena Krefft, académica de la Universidad Autónoma de Chile