Correo
Problemas del Challenge
El pasado fin de semana se realizó la carrera Challenge Puerto Varas por segundo año consecutivo, que trajo corredores y familias, lo que significa una excelente noticia para una parte del sector turismo que representamos. Sin embargo, hemos visto cómo se han repetido los importantes impactos que esta carrera tiene en la comunidad residente.
Hace justamente un año, esta corporación compartió una carta al alcalde Tomás Gárate proponiendo soluciones para minimizar el impacto en el destino. Este año volvimos a tener tres días de cortes de tránsito en el centro de la ciudad y el corte total de tránsito el domingo en la Ruta 225 hacia Ensenada. Cortes que fueron informados dos días antes del evento.
Las consecuencias de dichos trastornos estuvieron a la vista de todos: caos vial en Puerto Varas por tres días, suspensión de actividades que se desarrollan en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales y alrededores durante el domingo, ya que la alternativa propuesta por la productora era movilizarse por la ruta Puerto Octay-Cascadas, transformando un viaje de 45 kilómetros en uno de 110.
Las pérdidas para este sector de la cadena turística han sido millonarias. Como corporación siempre apoyaremos este tipo de actividades, pero no podemos afectar negativamente la calidad de vida de la comunidad.
La forma en la que la autoridad local, el Gobierno Regional y Vialidad, quienes facilitan los permisos para el uso y cortes de caminos, no parece tener en cuenta estos impactos. El turismo sostenible se proyecta siempre desde la vereda de la construcción colaborativa con la comunidad local.
Como corporación estuvimos en conversaciones con los organizadores. Expusimos nuestra voluntad de cooperación y nuestra oposición al corte total de ruta. Existen alternativas para realizar el trayecto de ciclismo, que no causarían el grave impacto que significó el cierre de la 225.
Hoy hay responsables de lo bueno y lo malo que nos deja este evento. Las autoridades locales saben de los impactos negativos que causan las decisiones tomadas con desprolijidad. No podemos permitir que las externalidades negativas comiencen a generar rechazo a este tipo de actividades en la comunidad local. Puerto Varas está preparado para eventos de esta magnitud, pero siempre asociados a una cuidada planificación vial.
Paulina Ros, presidenta ejecutiva de la Corporación de Turismo y Cultura de Puerto Varas
Agua e innovación
El agua, a través de las diferentes funciones que lleva a cabo en nuestro medio, es un recurso capaz de conectar diferentes ecosistemas, sociedades y sectores productivos. La interacción con el agua ha traído algunas innovaciones tecnológicas más importantes de las que ha sido testigo la humanidad. Es un factor decisivo en la creación de un mundo más sostenible.
Sin embargo, su gestión necesita muchas mejoras. Dos mil 300 millones de personas en todo el mundo viven en países con estrés hídrico y el 46% de la población mundial carece de acceso a un saneamiento seguro. Chile se encuentra entre los 10 países con mayor gasto asociado a desastres y casi la mitad de este monto es destinado a cubrir situaciones relacionadas con escasez hídrica.
Además, la crisis climática que actualmente vivimos agravará esta situación. Necesitamos tomar medidas inmediatas y efectivas.
Frente a este escenario, el uso sustentable de los ecosistemas hídricos, como lagos, humedales, ríos o acuíferos, permitirá resguardar la provisión del agua para el desarrollo del futuro de Chile. Este uso sustentable es necesario materializarlo con nuevas estrategias de gestión que integren datos para la toma de decisiones de las autoridades y que permitan mantener a la ciudadanía informada.
La innovación para la sustentabilidad tiene el potencial para revertir muchos de estos impactos, con mayor rapidez de lo que se ha hecho hasta ahora, y las nuevas tecnologías podrían ser la punta de lanza para este fenómeno.
Alberto Fernández Ortego, académico de la Universidad San Sebastián, sede de la Patagonia
Agua y cambio climático
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, que se lleva a cabo estos días bajo el lema "Acelerando el cambio", tiene un desafiante punto de partida para buena parte de la población, pues cerca de 2.200 millones de personas no pueden acceder todavía a agua dulce segura.
El caso de nuestro país es diferente, pues tomar agua potable en las ciudades de Chile es un acto garantizado y seguro para la salud gracias a la visión de Estado y al trabajo multiactor y de largo aliento realizado en las últimas décadas en materia de agua y saneamiento (logro gigante que muchas veces se vuelve natural e invisible). Pero a su vez, tenemos el enorme reto de hacer frente al cambio climático y sus efectos, en especial la megasequía que se prolonga por ya más de una década.
Para los servicios sanitarios ese es justamente, y desde hace varios años, el principal desafío. Con una mirada de largo plazo, pero también ajustada a la realidad de cada zona del país, es que nos trazamos el objetivo de mantener la amplia cobertura, continuidad y altos estándares de los servicios sanitarios urbanos.
La gran lección de estos años es que las soluciones no pasan por el esfuerzo de un solo actor, sino en trabajar cada vez más unidos y coordinados para impulsar condiciones propicias para la implementación de estas soluciones adaptadas a las diversas realidades hidrológicas de nuestro extenso territorio, y esa es la convicción que mueve a la industria sanitaria nacional de cara a los próximos años.
Lorena Schmitt C., presidenta ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios
Cambio de hora
En distintas notas de prensa se indica que el Ministerio de Salud estaría a favor de abolir los cambios de hora en nuestro país. ¡Bien ahí!
Lo preocupante, sin embargo, es que se les cita diciendo que "hemos recomendado que lo mejor es mantener uno solo, pero no hay definición respecto a cuál es el mejor: si el de verano o el de invierno".
Esto es preocupante, ya que los estudios científicos son claros al respecto y no admiten segundas lecturas. Desde el punto de vista biológico y de salud humana, el horario que nos corresponde es el de invierno (también llamado horario estándar), y no el de verano.
En el cálculo administrativo de qué horario mantener, sin duda se pueden esgrimir argumentos anexos.
Sin embargo, la postura del Ministerio de Salud debería estar del lado de la salud humana y de la evidencia científica (junto al Ministerio de Ciencias), siendo tajantes que de mantener un horario fijo, este tiene que ser el de invierno.
Luis F. Larrondo, académico de la Universidad Católica de Chile