Es innegable que estamos ante una crisis climática a nivel global y que cada uno de nosotros puede tomar alguna acción que contribuya a mejorar nuestra propia calidad de vida y cuidar al planeta. El último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) indica que las emisiones anuales promedio de GEI durante 2010-2019 fueron mayor que en cualquier década anterior.

Este escenario hace extremadamente necesario contar con medidas más ambiciosas que logren disminuciones drásticas de emisiones para lograr limitar el calentamiento global a 1,5°C, sobre los niveles preindustriales.

Según la académica Romina Reyes, directora de Sostenibilidad de la Universidad Andrés Bello, la acción climática es fundamental, considerando políticas, marcos regulatorios e instrumentos de mercado que permitan tomar medidas concretas.

Por ejemplo, plantea la especialista, acelerar las cero emisiones netas, mejorar e incentivar las iniciativas de eficiencia energética, incorporar más y mejores tecnologías en energía renovable, que además han disminuido sus costos, incentivar el desarrollo de combustibles alternativos como el hidrógeno verde, impulsar la movilidad eléctrica, entre otros.

Otro aspecto importante tiene que ver con la naturaleza y cómo invertir en soluciones para mejorar el uso de la tierra y aumentar la siembra de árboles que ayudan a una mayor absorción de CO2.

Existe aún la oportunidad de limitar el aumento de las emisiones a niveles críticos, pero debemos actuar ahora, principalmente en regiones que conviven cotidianamente con este problema, principalmente en los meses de mayor frío, donde el uso de la leña genera un problema real en los niveles de contaminación, sobre todo cuando se utiliza este producto mojado o sin la certificación necesaria.

Es crucial entonces un trabajo en conjunto entre los distintos sectores de nuestra sociedad, gobierno, sector privado y sociedad civil, evitando así el costo de la inacción.

Como una explosión de gentes y movimiento virtuoso, a fin de cuentas, la temporada alta supone una oleada de estímulos, en particular para las cocinas de la región. El flujo turístico se ha fortalecido -quizá menos lo esperado-, respecto de tiempos prepandémicos, pero sin duda ese flujo aporta en engrasar los engranajes -casi siempre chirriantes-, del desarrollo culinario público. Solo con demanda se consigue un ritmo de trabajo que, de continuar el resto del año, de seguro sería fuente de consolidación de equipos, de ideas, de crítica. En suma, progreso para una actividad, que se asoma clave en el devenir económico en Los Lagos.

El tema es que enero y febrero acaban y llega el tercer mes del año, con sus cargas propias del retorno masivo a esa cierta normalidad de lo cotidiano. Allí es donde importa cuestionarse a nivel público y privado, ¿se podrá estirar algo de esa fuerza propia de la temporada alta? Es cierto que algunas autoridades a nivel nacional estiman alargar el período, en consonancia particular con los efectos de los incendios de la zona centro sur; pero los decretos se convierten en pensamiento mágico si la comunidad no engancha y se estimula, por medios propios, en pro de conseguir llegar a esa meta.

Aparecen oportunidades en el horizonte para ese objetivo. Como la legendaria canción del brasileño Tom Jobim, el frescor de las aguas (lluvias) de marzo, fruto del oscilante clima de la región, resulta un espacio gozoso para ese público nortino y nostálgico, abrumado por la sequedad de su entorno, atento a paisajes melancólicos y enemigo de las aglomeraciones estivales.

Sin duda agradecerá la tranquilidad en un comedor con vista al mar, al lago, a la ciudad que les parece ajena y grata a la vez porque no se trata de "su" ajetreo. Un visitante creciente en silenciosa cantidad y necesitado de servicios acordes a su interés: el agua vende, y por lo mismo se requiere de estímulos -llámese eventos, promociones--, a tono con aquellas ganas de sur.

Asimismo, las comunidades locales requieren que diversas acciones de sus territorios no se agoten al llegar el último día el segundo mes del año. En ese sentido, "un verano permanente" podría ser una buena consigna.

Carlos Reyes Director de www.viajealsabor.cl

80 años | 28 de febrero de 1943

Amago de incendio afecta a Radio CD 101 Llanquihue

A las 05:25 horas de ayer se declaró un principio de incendio en una casa de O'Higgins con Benavente. La emergencia tuvo como origen la inflamación de una chimenea. En el edificio afectado funciona la Radio CD 101 Llanquihue. Concurrieron al lugar diversas compañías de Bomberos, así como tropas de Carabineros.

50 años | 28 de febrero de 1973

Presidente Allende visitará zona durante mes de junio

El Presidente de la República, Salvador Allende, realizó ayer una breve escala en el Aeropuerto El Tepual. A los periodistas que lo esperaban en la terminal aérea, el mismo Mandatario les confirmó un viaje en particular a Puerto Montt y la zona durante junio. Su itinerario seguía hacia la ciudad de Punta Arenas.

10 años | 28 de febrero de 2013

Pasmar compra casa que alberga a Radio Reloncaví

El empresario puertomontino Jacob Mosa, a través del grupo Pasmar, adquirió el histórico edificio donde funciona la Radio Reloncaví, de propiedad de la familia Salinas - Mora, herederos de René Salinas y Mafalda Mora. Los tres hermanos herederos vendieron el inmueble, el que se ubica en la calle Illapel con Egaña.