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Armasur y surgió la idea de ir complementando mutuamente una gran base de datos con los reportes de los centros de cultivo y de quienes navegan por los mares.
Desde WWF Chile Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas, valoró la alianza como "un pequeño gran paso, ya que nos permitirá la correcta y efectiva implementación de medidas tan necesarias como la reducción de velocidad en un área con alta concentración de ballenas".
Cuenta que "este trabajo parte, yo diría que ya vamos a cumplir dos años de conversaciones, de evaluaciones, de revisiones. Todo parte porque hace un tiempo, el año 2020 aproximadamente, que salió un estudio científico visibilizaba fuertemente la intensidad del tráfico marítimo y la implicancia que eso podía tener para las ballenas en el área del Golfo de Corcovado. Nosotros como organización veníamos trabajando en esta temática muchos años atrás, a nivel global. Entonces empezamos a conversar con el gremio, justamente para ver qué podíamos hacer para buscar opciones, alternativas en base a las recomendaciones científicas que hay a nivel mundial y que se pudieran implementar en el maritorio nacional".
Tras ello, hicieron una encuesta, conversaron con los agentes involucrados y encontraron voluntades para llevar a cabo esta estrategia.
Mirada desconfiada
El estudio al cual se refiere Montecinos es uno desarrollado por el biólogo marino, doctor en Ciencias, profesor e investigador UACh, Rodrigo Hucke-Gaete, quién además es presidente del Centro Ballena Azul.
El experto dice desconocer la alianza de Armasur-Intesal-WWF o la plataforma de monitoreo. Asegura, eso sí, que le parece "curioso, porque nosotros pusimos justamente el tema en la mesa al momento de publicar un trabajo científico en que pudimos combinar la información de ballenas azules instrumentadas satelitalmente con la sobreposición de los barcos que también tienen instrumentos satelitales de posicionamiento, y pudimos ver el nivel de sobreposición, además de destacar cuáles eran las zonas más críticas".
Puso por delante, además, su propia propuesta: "Nosotros por nuestro lado estamos a punto iniciar una campaña con Great Whale Conservancy que es una ONG norteamericana que ha tenido mucho éxito en justamente ordenar el tráfico marítimo en zonas complejas como Brasil, Estados Unidos o incluso en el norte de Chile con una iniciativa en Antofagasta. Entonces, nosotros vamos a ir con la información científica que tenemos de respaldo y con los datos que están a disposición desde Sernapesca para poder identificar más estrechamente las zonas más delicadas que hay que implementar alguna medida de regulación en cuanto al tráfico marítimo, porque este es un problema grande a nivel mundial, es la causa de mortalidad más importantes, hoy por hoy, de ballenas y en esta zona de Patagonia Norte que también nosotros fuimos los que relevamos que existía esta población de ballenas azules que venía todos los años en verano y otoño, a alimentarse acá con sus crías hace ya casi 20 años. Por eso me parece un poco curioso no estar enterado de eso. Espero que sea una iniciativa buena y que se llegue a algo, pero me parece curioso que la ONG internacional WWF no considere a los científicos chilenos que hemos estado hace ya 20 años trabajando en el tema".
Sobre la implementación del acuerdo y la participación de WWF, tiene una opinión tajante: "Espero que no sea oportunismo de nuevo de la ONG para ganar algunos fondos desde la industria salmonera. Me gustaría tener esperanzas, pero cuando esta iniciativa la hacen a espaldas de los científicos, a espaldas de las ONG nacionales y los hace WWF, que se conoce que lavan imagen constantemente de la industria salmonera, me surgen mis dudas de si esto va a ser realmente un aporte. Yo espero realmente que sí, necesitamos que así sea, pero por lo mismo, nosotros vamos a seguir nuestro plan de lo que teníamos contemplado".
Sobre si estas medidas llegan a tiempo, dijo que "debió haberse hecho antes, porque ya tenemos mortalidad de ballenas azules en la zona y no nos podemos permitir matar una especie que está en extinción hace demasiados años producto, en su momento, de la caza ballenera (...) Está recuperándose la ballena azul, hemos hecho muchísimos estudios, estamos felices de que se esté recuperando, pero con mortalidad incluso una al año, la ballena azul no se va a recuperar, es así de sencillo y eso lo respaldan los antecedentes científicos. La población que viene a Chile de ballenas azules no supera entre 300 y 400 animales, así que son poquito y eso tenemos que ayudar a que se recuperen".
Ante la robusta crítica de Hucke, desde WWF, Montecinos, junto con destacar que la investigación del docente UACh no es el único conocimiento considerado para la toma de decisiones; prefirió no ahondar en un posible "lavado de imagen" y destacó la participación de los actores involucrados.
"Esto ha sido un trabajo que ha demandado bastante esfuerzo y conversaciones, en el que se ha ido avanzando lentamente en la generación de acuerdos y compromisos. Paralelamente se ha ido informando y buscando instancias de colaboración con todos los organismos públicos competentes, como la Autoridad Marítima, el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno Regional (…). Se trata de un proceso que ha sido transparente y abierto, y que parte de la comprensión de que no se puede abordar y pretender solucionar un problema tan grave y complejo como este sin trabajar con quienes se dedican al transporte marítimo, que son el primer gran eslabón de la cadena colaborativa en busca de soluciones concretas. Al respecto, existen diversas experiencias internacionales en las que los 'usuarios', que son parte importante del problema, también son parte de la discusión y, lo más relevante, de la solución. Y en cuanto al sector público, evidentemente es clave también, por diversos motivos entre los que se encuentra el que está directamente vinculado con la supervigilancia de estas acciones y medidas de mitigación".
Por su parte, la representante de Intesal aseguró que nunca el ánimo ha sido dejar fuera de todo a los científicos locales. "Siempre, siempre nuestra idea es poder juntar información para poder contarle a los científicos ya con cosas más concretas, y decir 'mira, estos son los datos que estamos recopilando y cómo podemos colaborar'. Nosotros ya tenemos identificados los investigadores que trabajan con esta fauna y la verdad es que sí, que estamos mirando para allá. Nosotros estamos pensando en poder entregar las bases de datos a alguna universidad nacional que pueda hacerse cargo del análisis de esta información, de colaborarnos en la mejora de la información también, porque obviamente es todo ahora un tema logístico y de proceso de implementación".
Otros problemas
Pese a los efectos positivos que declara el acuerdo, la científica y bióloga alemana Vreni Häussermann, también mira todo con recelo.
Quien también es profesora adjunta de la Universidad San Sebastián y parte del centro científico Huinay -ubicado en Hualaihué y dedicado a la conservación de la biodiversidad- cuenta que en un proyecto en que participó hubo varias noticias de choque de ballenas con embarcaciones.
Estima, por lo tanto, que "es una muy buena iniciativa, pero este es solo un punto, hay muchos otros temas de resguardo de la biodiversidad que hay que hablar, por ejemplo, la contaminación acústica y lumínica".
Sobre lo primero, cuenta que hay un proyecto muy grande sobre contaminación acústica en el fiordo de Comau, en el cuál se hicieron grabaciones del fondo marino en áreas lejanas a las salmoneras, donde se escuchó mucho a los invertebrados, los cangrejos moviéndose, mucho sonido de vida marina y cuando se acercó a las salmoneras era un ruido insoportable, como estar al lado de una autopista. Y esto pensando en que las salmoneras están siempre en las desembocaduras o muchas veces en los ríos, cerca de agua dulce, es justo donde viven los delfines, los lobos marinos, que les genera un stress increíble el estar cerca de esta fuente de sonido".
Añade que "lo otro que falta también es la contaminación lumínica. En las noches muchas de las jaulas están iluminadas fuertemente con una luz verde, yo lo vi muchas veces volando en la noche. Cuando uno bucea con linterna en la noche se acerca todo el plancton y las larvas de peces y se van todos a la luz. Entonces cuando hay luz en una jaula, atrae todo el plancton y las larvas de peces como comida para los salmones, ese es un problema gigante para el recurso de los peces y en general para el plancton disponible en un fiordo. Esos son dos temas súper importantes que las mismas empresas tendrán que tocar, porque traen efectos fuertísimos al sistema".
Agregó que "siempre se pide mucho a una industria en autorregularse, pero cada industria, en cualquier país, tiene la meta de maximizar su ganancia, así que solicitar que voluntariamente se regulen para bajar su impacto al medio ambiente, es algo que no debe ser. Está bien si se logra, pero es poco probable que pase porque no es su meta. Debería estar el Estado para mostrar los límites de los impactos con efecto negativo al territorio que, al final, es un bien común de toda la gente".
armasur es responsable de la mayoría de los viajes en el sector que se está trabajando.
la población de ballenas azules no superaría los 300 o 400 individuos en nuestra zona, según los expertos.