El plan Angelmó para olvidar los $160 mil de boleta de la vergüenza
TURISMO EN PUERTO MONTT. Con la incorporación de cartas con código QR y precios a la vista, el tradicional mercado quiere recobrar la confianza de sus comensales. Además, quieren erradicar al personal que busca clientes en los pasillos de las cocinerías.
Ha pasado casi un año desde que el mercado de Angelmó se hizo noticia nacional debido a una imagen viral que mostraba el detalle de la boleta de un almuerzo, al interior del recinto que superaba los $160 mil pesos y que, en aquel entonces, fue cuestionado por su alto costo.
Se trataba de la fotografía de una comanda con los precios, compartida y replicada en Twitter, dando cuenta de los elevados valores. El documento especificaba que una paila marina, en esa oportunidad, costaba 18 mil pesos cada una; un salmón, 14 mil pesos; un pollo 12 mil pesos; una merluza 12 mil pesos, un chupe 18 mil pesos y un jugo 4 mil pesos. En total la cuenta, sumada la propina, alcanzaba los $162.800.
"Claramente eran precios muy caros, considerando que nuestro Mercado se ha caracterizado históricamente por contar con muy buenos precios y una excelente calidad en los productos que ofrecemos", explica Juan Andrade, presidente del sindicato de trabajadores de Angelmó.
Un día después de esta situación, el diputado Alejandro Bernales (PL) reaccionó en su cuenta de Twitter, indicando que se le estaba causando un "daño" a la imagen de Angelmó. En la misma publicación, el legislador calificaba de "estafa" los precios y señalaba que, lo ocurrido era "algo que debería avergonzarnos". El tuit del parlamentario tuvo miles de interacciones y ayudó a propagar la noticia.
"Fue una denuncia ciudadana que se viralizó en diferentes sitios y yo lo que decidí fue hacer eco de esa noticia, compartiendo una preocupación que tiene que ver justamente con el Mercado de Angelmó, que es uno de nuestros patrimonios culturales más importantes de Puerto Montt y que lamentablemente, este tipo de situaciones lo dañan, como el alto precio de los productos versus lo que alegaban las personas: la calidad del servicio", recuerda el diputado Bernales.
Juan Andrade, quien por esos días aún no era dirigente del mercado, rememora que durante esa temporada "estábamos en el peak de las ventas, fue el tiempo en que se entregaron varios bonos, la gente tenía dinero para gastar y