Japón aprueba nuevo plan de Defensa para contener a China
FRENTE A AMENAZAS. Gobierno nipón emprende mayor giro en esta materia desde la Segunda Guerra Mundial para dotarse de la capacidad de atacar bases enemigas.
Agencias
J apón emprendió ayer su mayor giro en Defensa desde la Segunda Guerra Mundial para contener a China, tras aprobar sus nuevas directrices que por primera vez incluyen dotarse de la capacidad de atacar bases enemigas en caso de amenaza a la seguridad nacional, además de un incremento récord de su gasto militar.
De esta manera, el gabinete que lidera el primer ministro Fumio Kishida dio luz verde a los tres nuevos documentos que marcan la hoja de ruta de Defensa para la próxima década, que llegan tras dos años de negociaciones en la coalición Gobernante y rodeados de controversia.
La principal novedad, llamada "capacidad de contraataque", estipula que Japón debe contar con los medios militares para alcanzar objetivos en territorio enemigo "dentro de las medidas mínimas necesarias de autodefensa", para hacer frente a lo que se define como "el entorno de seguridad más grave desde la II Guerra Mundial".
Los documentos fijan tres condiciones bajo las que se podrían llevar a cabo estos "contraataques": en caso de una agresión contra Japón o contra un país aliado que comprometa la supervivencia de la nación nipona, cuando no existan medios apropiados para repeler el ataque y siempre que el uso de la fuerza sea el mínimo posible.
Esta medida ha generado numerosas críticas de la oposición y de expertos legales por su difícil encaje en la Constitución nipona, que fija que el país solamente puede recurrir a la fuerza militar para defenderse y que renuncia a la guerra para resolver conflictos internacionales.
Japón no ha contado con capacidades militares para alcanzar objetivos enemigos a larga distancia desde el final de la II Guerra Mundial debido a su Carta Magna pacifista y a su acuerdo de seguridad bilateral con EE.UU., país que garantiza la defensa del archipiélago ante cualquier amenaza a su territorio.
Para dotarse de esas nuevas capacidades Japón planea adquirir armamento "standoff" o de ataque a distancia, entre el que destaca como novedades la compra de misiles de crucero de largo alcance Tomahawk fabricados por EE.UU. y el desarrollo doméstico de misiles hipersónicos, misiles guiados antibuque y drones de combate, entre otros.
China
La nueva hoja de ruta está dirigida a adaptarse al auge militar de Pekín, definido como "un desafío estratégico sin precedentes", a los constantes lanzamientos de misiles de Corea del Norte y a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, país con el que Japón mantiene disputas territoriales.
Las directrices incluyen elevar el gasto militar de Japón entre 2023 y 2027 hasta el 2 % del producto interior bruto nacional (PIB), lo que lo equipara al nivel de los países miembros de la OTAN y rompe el techo inferior al 1 % que mantenía Tokio desde hace décadas.