Con condena a chofer ebrio vuelven juicios presenciales
EN CHILOÉ. Fin de la actividad remota para audiencias en la isla fue valorada por abogados. Proceso duró dos horas y concluyó con la culpabilidad del acusado.
Pasaron 33 meses para que se retornara la presencialidad dentro del Tribunal Oral en lo Penal (TOP) de Castro, que fue el primero en abrir ayer por completo y de manera oficial sus puertas en la provincia, tras el impacto y restricciones por la pandemia del covid.
Con un veredicto condenatorio contra un chofer ebrio, volvieron las sesiones con todos los intervinientes, dejando de lado la modalidad remota o híbrida, que se mantienen en los otros tribunales de la jurisdicción.
Reflejando la mayor versatilidad y eficacia de estas actuaciones en sala, menos de dos horas duró el juicio oral en que se acreditó la responsabilidad del conductor Y. S. C. A. (24) en dos delitos de manejo en estado de ebriedad sin haber obtenido licencia de conducir.
El primero caso se registró el 20 de agosto del 2020, en calle Pedro Montt de Quellón, donde Carabineros sorprendió al imputado a bordo de una camioneta, con 2,21 gramos de alcohol por litro de sangre, según el Intoxilyzer. La alcoholemia marcó 1,80.
Por su parte, el segundo ilícito fue el 11 de septiembre de ese mismo año, en el pasaje Diego Portales de la ciudad puerto, donde los efectivos policiales de la Sexta Comisaría detuvieron al joven que en la prueba respiratoria arrojó 2,56 g/l, mientras que la alcoholemia fue de 2,33 g/l.
Dictamen
Tal como explicó la magistrada Angélica Monsalve, quien presidió al trío de jueces, se desvirtuó la presunción de inocencia del encartado, en virtud "de la declaración de testigos, de los funcionarios de Carabineros que abordaron los procedimientos, más la prueba pericial y documental, como las alcoholemias".
El fiscal Luis Barría, quien tomó este juicio en reemplazo de su colega Karyn Alegría, mantuvo su pretención punitiva de dos penas de 800 días de presidio, "en base a la extensión del mal causado y reconociendo la atenuante de irreprochable conducta anterior". También pidió dos multas de 10 UTM y la suspensión de licencia de conducir por 2 y 5 años, respectivamente por los casos.
A su vez, el defensor Daniel Fuenzalida, junto con recocer que "no vinimos a contravenir la existencia de los ilícitos", remarcó que concurre además la aminorante de la colaboración sustancial, "ya que mi representado declaró en el juicio reconociendo los hechos, además cooperó en la indagatoria al someterse a las pruebas respiratorias y alcoholemia".
Bajo este escenario, el abogado solicitó que las penas no se apliquen en el grado medio del presidio menor, sino que en el mínimo. Con ello, aclaró que "se cumplirían los requisitos para dictar la remisión condicional" en favor del isleño. También, pidió que la suspensión de licencia sea de 4 años en total.
La lectura de fallo quedó programada para el 6 de diciembre próximo, también de manera presencial.
Valoración
Justamente, esta modalidad retomada fue valorada por los intervinientes. Como enfatizó el fiscal Barría, el regresar a la presencialidad "nos tiene contentos", aunque no ocultó que ha significado un desafío para todos los intervinientes.
"Le da una mayor solemnidad a estas audiencias y permite una mayor justicia", acotó el persecutor.