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Toledo, máster en Protección Civil y Gestión de Emergencias de la Universidad de Valencia y ex seremi de Gobierno.
La presencia de esta especie se torna crítica en zonas de interfase por el riesgo de que el incendio forestal involucre infraestructura urbana como casas habitaciones o infraestructura crítica, coinciden los especialistas.
"Tenemos una zona roja en La Vara-Alerce, donde la temporada anterior tuvimos muchas dificultades en el combate. De hecho, el 25 diciembre tuvimos una activación de la alarma de evacuación en el sector de Las Vertientes por el peligro que involucraba el incendio forestal porque el combustible está a cinco metros de las viviendas, después del incendio la municipalidad metió máquinas y abrió un cortafuegos". "Afortunadamente no se nos quemó ninguna casa, pero tuvimos que evacuar a la gente, fue muy, muy complejo", recuerda Gallardo.
"Gracias al trabajo de Bomberos y Conaf se evitó que el fuego llegara a las edificaciones", coincide Toledo quien recuerda que esa situación se generó solo unos días después de la tragedia ocurrida en Castro, Chiloé, donde 140 viviendas fueron destruidas por un siniestro de estas características que se inició como forestal y cambió a estructural con las consecuencias ya conocidas.
Otras áreas complejas están en el ex Matadero, cerca del Hospital Regional, que genera enorme preocupación porque es una zona de interfaz mixta, un sector habitado inserto en medio de un entorno forestal, entonces un incendio en esa zona involucra automáticamente el riesgo de viviendas aledañas, con el problema adicional de la falta de red de grifos, lo que nos obliga a instalar puestos de abastecimiento con camiones aljibe, explica Gallardo.
Muy cerca de allí, donde estaba el ex Homecenter, hay otros dos puntos donde se genera además riesgo para infraestructura crítica, por la cercanía a una planta distribuidora de gas y a la planta de distribución del Sistema Interconectado Central (SIC), que si cae afecta el suministro de energía eléctrica a diferentes puntos del sur país, repara.
Hay que agregar el sector de Chamiza, apunta Gallardo, "en donde también tuvimos episodios difíciles durante la temporada anterior y en las inmediaciones de Valle Volcanes".
En una década, entre 2006 y 2016, Puerto Montt enfrentó anualmente un promedio de 85 incendios forestales con una pérdida de cerca de 4 mil hectáreas de vegetación, equivalentes al 2,3% de la superficie comunal, según datos de Conaf en el Plan de Protección comunal vigente desde 2016 y que debe ser actualizado, "de aquí al próximo año lo volvemos a actualizar porque cada tres cuatro años se actualiza", afirma Juvenal Bosnich, jefe de Prevención de Incendios Forestales de Conaf.
Mayor ocurrencia
Porque la mayor ocurrencia se complejiza cuando además se conjugan escasez de precipitaciones, altas temperaturas y un resecamiento de la cobertura vegetal como se anticipa que podría ser el verano al que llegaremos en el peor escenario para el control del chacay.
A simple vista en un recorrido por distintos sectores de la ciudad se puede observar verdaderas alfombras, extensos campos de amarillo intenso. El cambio climático ha incidido, dice Gallardo, "directamente en el crecimiento y floración del chacay. Hemos podido evidenciar, y ratificado en reuniones técnicas con Conaf, que han caído lluvias con calor, ese evento es propicio para la floración en general de todos los vegetales. Y el chacay está en condiciones óptimas para que en un tiempo más pueda arder".
Un tema que preocupa a los puertomontinos, reconoce Karem Barrientos, presidenta de la Junta de Vecinos de Valle Volcanes, donde hay muchos espacios copados por espinillos, incluso en zonas muy transitadas, como la Cuesta Fourcade, desde donde esta especie, "tan resistente, debiera ser erradicada", porque es un problema recurrente, agrega.
En algunos puntos, como Los Ñirres o en Los Geranios, ya ha habido incendios en la época estival y a falta de recursos municipales, en el primer caso, han sido vecinos quienes haciendo un esfuerzo económico colectivo importante están limpiado y despejando el sector.
Pero se requiere un operativo municipal, maquinaria, cuyo costo por hora supera los 25 o 30 mil pesos, tolvas para el retiro, un combate químico y luego reforestar con plantas nativas, "para evitar que siga creciendo y se desborde, pues será más difícil de manejar", agrega la dirigenta.
"Tuvimos la visita del alcalde del año pasado en septiembre cerca del parque Luis Ebel y le planteamos que dado que tenemos una vista privilegiada se podría limpiar y hacer un mirador, algún proyecto turístico. Sin embargo, no ha habido ningún avance", afirma Barrientos.
"Nosotros generamos cada año un mapeo de puntos críticos de riesgo, se prioriza los que tienen más riesgo de viviendas", explica Felipe Segovia, encargado de emergencias de la Municipalidad de Puerto Montt. Detalla que ya se realizó la primera reunión de coordinación con Conaf y Onemi en el municipio, "y de acuerdo al informe de Conaf, el punto más crítico es Alerce, donde tenemos mayor presencia de chacay y donde ya hemos realizado varios cortafuegos que nos han permitido prevenir situaciones de emergencia mayores".
Segovia explica que están preparando la licitación para la contratación de maquinaria por 200 horas y con lo que esperan duplicar hasta unos 10 kilómetros de fajas cortafuegos los 5 kilómetros que hicieron entre enero y febrero pasados.
Causalidad y prevención
El 99% de los incendios forestales está estrechamente ligado a actividades antrópicas y en el caso de esta comuna a la acción de individuos, la mayor parte niños sin conciencia de las graves consecuencias del "juego" con el que eligen divertirse. Y de acuerdo a datos contenidos en el informe de Conaf, un 32,35% de los incendios tienen como causa "Niños jugando".
Respecto del combustible, en el 78,5% de los casos de incendios forestales correspondió a matorrales, en particular chacay o espinillo (Úlex europaeus), su presencia es indicador de poca o nula actividad humana, invadiendo agresivamente terrenos abandonados.
"Lo que cuenta desde el punto de vista de la gestión para reducción del riesgo es la detección, el aviso y la denuncia oportuna (DADO)", afirma Alejandro Vergés, director regional de Onemi en Los Lagos. Con eso más los planes de mitigación que Conaf ha ido trabajando con cada uno de los municipios, a través de un plan para que ellos vayan coordinada y preventivamente ejerciendo acciones básicamente de retiro, de corte, de extracción".
"No tenemos recursos económicos para disponer, pero sí lo que tenemos que hacer es hacer visible la problemática con todo lo visible que es", explica Vergés.
Isla Tenglo, Lagunitas, Tepual, Chinquihue, Trapén, Alto la Paloma, Alerce, Metrenquén, Río Chico, Correntoso, Lenca - La Arena y La Vara, han sido sitios identificados por Conaf con alta presencia de espinillos.
Como es tan dependiente de la luz, las ramas que van quedando bajo el arbusto, a la sombra, muere y se convierte en un combustible con alta concentración de aceites que incrementará la intensidad del fuego.