Correo
Toma de terrenos en Frutillar
Hace algunos meses, con bombos y platillos, la Delegación Presidencial regional anunciaba el desalojo de la toma que se encontraba camino a Pelluco.
Por supuesto, aquello ocurrió luego de un derrumbe que pudo haber ocasionado una tragedia. Más de algún parlamentario se unió, con bastante júbilo, a la celebración de aquella decisión, ya que por supuesto ayudaba a la popularidad.
Pero al parecer las autoridades no han visitado la comuna de Frutillar, específicamente la caletera que se encuentra en la entrada de la ciudad. Una verdadera población se está conformando en terrenos de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, avanzando y amenazando con tomar propiedad privada de particulares, sin que ninguna autoridad haga algo.
Al parecer es necesario que ocurran catástrofes o situaciones de peligro, que den réditos políticos, para que nuestras queridas autoridades tomen decisiones.
Karl Wammes Soto
Historia en Calbuco
Este jueves 10, en la Biblioteca Pública de Calbuco, seguimos hablando de la historia y la memoria, con el imperativo que ella es el alma de un pueblo que siempre debe estar atento de recuperar su identidad.
Eduardo Nievas
Cónclave del oficialismo
Durante mucho tiempo el Presidente Gabriel Boric y sus ministros sostuvieron que su programa de gobierno no era posible desarrollardo con la Constitución de Pinochet, como ellos acostumbran llamarla. Es por ello que lo dejaron en un cajón y se la jugaron por el Apruebo de la propuesta de la Convención, que era compatible con su programa de gobierno.
Esperaban que el comportamiento de la gente fuese sumiso e irreflexivo, una especie de moral de rebaño, como nos dice Friedich Nietzsche. Se equivocaron, la gente pensó libremente y en el plebiscito dijo otra cosa, rechazó la propuesta de la Convención hecha suya por el Gobierno, dejó plenamente vigente la Constitución del 80 y envió a la lista de espera la idea de una nueva Constitución, ya que las prioridades de la gente son otras.
Este revés dejó anestesiada a la coalición de gobierno y recién ahora, despues de dos meses, están despertando. Deciden realizar un cónclave y milagrosamente descubren allí que sí la Constitución del dictador, que ya tiene como 500 reformas y que sólo le quedan las hilachas, no es tan mala y que sí les es útil para realizar su programa de gobierno. Deciden entonces sacarlo del cajón e intentar desarrollarlo para que el Partido Comunista no se enoje, aun cuando el Parlamento les es adverso.
Se equivocan nuevamente. A la gente no le interesa su programa de gobierno, quieren que solucionen el dramático problema de la delincuencia, las pensiones, el costo de la vida, la salud, la educación, la vivienda, etc. Entre tanta incertidumbre ya perdieron un año y ni una papa pelada, como decían nuestras abuelitas.
Alfredo Raddatz
Bloque oficialista
¿Cuánto va a durar el pegamento de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático? Respuesta: hasta que uno de los dos decida huir.
Eduardo Pérez
Teletón y Constitución
En los últimos 12 meses, y con un poco más de $35 mil millones recaudados en 2021, la Teletón ha podido atender a cerca de 31.317 pacientes, ha entregado 32.417 órtesis y prótesis, ha realizado 5.022 ayudas técnicas y más de 1.200 cirugías de forma completamente gratuita.
Por otra parte, entre julio de 2021 y julio de 2022, se "invirtieron" cerca de $68 mil millones en la realización del proceso constituyente, cuya sola existencia contribuyó a un grave aumento del riesgo país, del tipo de cambio, a una inédita salida de capitales de empresas y personas, y a un fuerte aumento en el índice de incertidumbre de política económica.
La unión, solidaridad y felicidad que representa la Teletón y la nueva superación de su meta para este año, sólo se contrapone a la división, intolerancia y permanente descalificación que produjo la vigencia y propuesta de la Convención Constitucional. Se trata de una demostración más de que la sociedad civil organizada, a través de instituciones privadas, puede funcionar de manera más eficiente, eficaz y solidaria que el tan anhelado Estado.
Pablo Venezian
Abusos en el país
Las masivas protestas de 2019 contenían, entre muchas demandas, una que congregaba de manera trasversal a la mayoría de la ciudadanía. Era la sensación de abuso generalizada, que se traducía y se traduce aún en un elevado costo de la vida. Esta queja permeó la discusión constitucional y las campañas presidenciales que le siguieron. Y como guinda de la torta vino la mayor inflación en 30 años, empujando el costo de la vida a límites no vistos en 30 años.
Tres años después, las condiciones materiales que dieron origen a esa movilización no han cambiado y objetivamente se han agudizado producto de la misma crisis social, la pandemia y la guerra. Al parecer, las autoridades chilenas tienen aprendido un guión: sorpresa-indignación-mirar al cielo esperando recetas milagrosas (que no llegan nunca); para enfrentar las distintas demandas de la población.
Esto sucede con cada denuncia de abuso. Pueden variar los detalles, pero las condiciones para que estos se repitan siguen intactas. Y normalmente vuelven a suceder. Se podría comenzar con los precios absurdos de los medicamentos de marca e innovadores, varias veces más elevados en Chile, que los mismos en la comunidad europea o países vecinos a esta.
El abuso en el precio de los medicamentos es el estandarte de los abusos por su implicancia en la salud de las personas, sin embargo, sería correcto también investigar y sancionar cuándo corresponda, las alzas extremas en muchos productos de primera necesidad. Basta asistir a una feria o supermercado y observar semana tras semana la espiral de alzas, sin razones muy comprensibles para la población o justificadas desde el punto de vista económico.
A mi juicio en Chile se aplica claramente aquel dicho que dice, "el que no corre vuela". Ahora que viene la temporada de reajustes salariales, es una lástima que ese enorme esfuerzo caerá en un saco roto si no se le pone atajo a los abusos y, además, no se enfrenta esta espiral inflacionaria, que en conjunto agravan más el elevadísimo costo de la vida en Chile.
Cuando estas situaciones y otras similares paren, recién seremos un país más justo.
Daniel Zapata Zapata