Correo
Centros comerciales y delitos
Los centros comerciales se han constituido en referentes urbanos de gran significación social y en un punto de encuentro para miles de mujeres, hombres, niños que buscan un lugar tranquilo para disfrutar paseando, comiendo, comprando o, simplemente, disfrutando de un espacio seguro y tranquilo.
Es un hecho que la delincuencia en Chile ha aumentado en violencia y con ella el miedo de las familias que los lleva a limitar sus libertades para no exponerse al riesgo de ser víctimas de un delito.
Los centros comerciales, a pesar de los enormes esfuerzos de inversión y coordinación con la autoridad, también hemos experimentado este flagelo, el que afecta a nuestros asociados, trabajadores y visitantes. Mas allá de tratarse de un fenómeno que afecta a toda la sociedad, nuestros operadores continuarán trabajando arduamente para evitarla. Seguirán innovando con tecnología de punta, coordinándose con las policías, autoridades y adoptando medidas preventivas para proteger a nuestros visitantes y locatarios, ya que la delincuencia no distingue lugar, ni víctimas, por lo que debemos enfrentarla en conjunto.
En este sentido, reiteramos nuestro compromiso de colaboración con las instituciones públicas como el Ministerio del Interior, la Fiscalía, Carabineros y la PDI. En ese marco, nos permitimos proponer algunas medidas que creemos podrían aportar a lograr mejores resultados preventivos y de control, tales como: cambiar el horario de retiro de camiones de valores de los centros comerciales a horarios nocturnos, evitando la presencia de visitantes en dichos horarios, como era hasta algunos años. Luego, retomar el debate y pronta aprobación del proyecto de ley que regula la seguridad privada, lo que permitiría contar con mejores estándares para la industria y mejorar la calidad de servicio, actuando como coadyuvantes de la seguridad pública.
De igual forma, proponemos incluir una agravante de responsabilidad penal a quienes cometan los delitos de robo con fuerza en lugar habitado, robo con violencia o robo por sorpresa en lugares de afluencia masiva de público usando armas de fuego, debido a la exposición al riesgo de la vida de decenas, cientos o miles de personas que se encuentren en el lugar. Así se protegería a las familias que asisten a espectáculos masivos, deportivos, establecimientos educacionales, ferias o centros comerciales.
La situación nos demanda voluntad, generosidad, colaboración y unidad. Necesitamos trabajar juntos en función de resultados medibles y cuantificables, tanto preventivos como de persecución, a fin de defender la vida, la integridad física y la libertad de la gran mayoría de gente honesta que habita en nuestra sociedad y quiere seguir disfrutando de sus momentos de esparcimiento.
Se trata de volver a vivir con seguridad; es decir, recuperar el derecho a vivir en paz.
Katia Trusich O., presidenta de la Cámara de Centros Comerciales
Violencia en Chile
Durante una transmisión en Radio Agricultura, Fernando Atria aseguró no haber "apoyado ningún delito", respecto de los hechos de violencia del 18 de octubre. A lo anterior también se suman las declaraciones de parte del Gobierno, en las que se visibiliza una faceta totalmente distinta a la evidenciada durante la insurrección de 2019.
Actualmente, Chile sufre día a día con la crisis de seguridad y los altos niveles de violencia. Ya no sorprende que quienes en un principio relativizaron, avalaron y no condenaron directamente estos actos, hoy se encuentren en una encrucijada.
Después de todo, la violencia ya no genera rédito político, ni mucho menos es un instrumento para la toma del poder.
Sebastián Millán Calisto
Delincuencia y migración
Con todo el respeto que se merece el mayoritario grupo de migrantes que ha elegido nuestro país como su nueva patria para consolidar una estabilidad económica para su grupo familiar de una manera esforzada y honrada, las autoridades a todo nivel, de una vez por todas y sin temor, deben abordar el tema delictual en el cual se ven involucrados los migrantes.
Chile es considerado el país de las oportunidades, pero en el presente lo es para el delincuente. Asaltar, robar, asesinar, son el pan de cada día y no hay una política realmente de mano dura. El delincuente hace y deshace a vista y paciencia de todo el mundo, sabiendo que irá a la cárcel a tomar desayuno, almorzar y a cenar gratis, y que luego saldrá a continuar haciendo de las suyas.
Lamentablemente, con la excusa de los derechos humanos, se favorece más al delincuente que a la víctima. Autoridades, hay que hacer funcionar el cedazo migratorio, los buenos chilenos no merecemos vivir enclaustrados en nuestros hogares con temor a ser víctimas de los antisociales.
Jorge Valenzuela Araya
Accidente cerebro vascular
De cuatro horas y media a seis horas es el plazo máximo para que un paciente con síntomas de ataque cerebro vascular (ACV) sea atendido en un centro asistencial y reciba el tratamiento que permita lograr una recuperación exitosa o las menores secuelas posibles producto del daño neuronal.
El ACV ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre que irriga una parte del cerebro. Si bien aumenta el riesgo a mayor edad, puede ocurrirle a cualquier persona y de un momento a otro, independiente de su edad o sexo.
En Chile cada año hay 40 mil personas que sufren un accidente cerebro vascular. En el Mes del ACV, el llamado es que las personas con sospecha de ACV acudan de inmediato a un servicio de urgencia ante la aparición de los primeros síntomas: repentina falta de fuerza o de sensibilidad de la parte inferior de la cara, de un brazo o una pierna o todo un lado del cuerpo; súbita dificultad para hablar o modular; desequilibrio repentino; brusca pérdida de visión de un ojo o hacia un lado del campo visual, y cefalea muy severa.
La atención médica inmediata puede salvar la vida de la persona afectada por un ataque cerebro vascular y aumentar las posibilidades de una recuperación favorable. Se debe acudir rápidamente a consultar a un centro de salud -que tenga tomografía computada o escáner-, porque si se confirma la sospecha de un ACV y no ha transcurrido mucho tiempo, se pueden hacer intervenciones que disminuyen el daño.
Para prevenir esta enfermedad es necesario conocer sus principales factores de riesgo: presión arterial alta, obesidad, diabetes o resistencia a la insulina, tabaquismo, colesterol alto, sedentarismo, alimentación poco saludable, arritmias cardiacas, la mayoría de ellos modificables.
Pablo Lavados, presidente de la Asociación Chilena de Enfermedades Vasculares Encefálicas