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Estudio revela grave pérdida de bosque nativo desde Puerto Montt al sur

Científicos de la UFRO calculan que la reducción del bosque natural alcanzó a 206 mil 142 hectáreas desde Valparaíso a Aysén, en 17 años. El problema se concentra especialmente en las provincias de Llanquihue, Palena y la Región de Aysén. Expertos proponen sus posibles factores que explican el fenómeno y las soluciones.
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La situación de emergencia climática en el mundo tiene a científicos, académicos y a la población en general en alta preocupación.

Escasez de precipitaciones e incendios forestales son, entre otras materias, focos de alarma permanente en nuestro país, sobre todo cuando se aproxima la época estival.

En este contexto, un estudio realizado por la Universidad de la Frontera, y que consideró el cambio de situación durante 17 años -debido a diferentes factores- desde Valparaíso hasta Aysén se han perdido más de 200 mil hectáreas (h) de bosque nativo: un promedio de 12 mil 884 h por año. En total, casi cuatro veces la dimensión del gran Santiago.

Se trata de una investigación multidisciplinaria internacional, publicado a fines de 2020 en la revista Environmental Research Letters y que en la actualidad avanza con un nuevo trabajo de campo en Chile, Brasil y Argentina liderado por el Laboratorio de Ecología del Paisaje y Conservación de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente de la Universidad de La Frontera. Su autor principal es el doctor en Ciencias Forestales y decano de esa unidad, Adison Altamirano.

La investigación combinó el empleo de una base de datos global de cambios en la cubierta arbórea, imágenes satelitales de alta resolución Landsat y de Google Earth, como también el conocimiento de expertos locales. Así, el análisis permitió diferenciar los bosques naturales de las plantaciones forestales de especies exóticas con una exactitud general del 99% a través de una extensión de 40 millones de hectáreas entre Valparaíso y Aysén.

Según determinó el estudio, la mayoría de los bosques naturales que se perdieron (75%) se convirtieron en matorrales, tierras desnudas o pastizales. Una proporción importante de estos eventualmente ha terminado como terrenos agrícolas o plantaciones, sustitución que puede socavar los objetivos de un mayor almacenamiento de carbono y protección de la biodiversidad, indicó Altamirano.

El profesor Altamirano agrega que "a nivel general, los bosques son uno de los mayores reservorios de carbono en el mundo. Por lo tanto, su pérdida tiene consecuencias críticas para la lucha que tenemos contra el cambio climático. La presencia de los bosques incluso en sistemas agrícolas es beneficioso para la propia agricultura, por ejemplo, para el control de plagas".

Coral Herencia, directora de contenidos de la Fundación Cuidemos Paraísos, considera que "es tiempo de escuchar el grito silencioso del bosque. Es a través de estas estadísticas que podemos dimensionar la problemática a la que nos estamos enfrentando, porque sabemos que se pierden bosques, pero no sabemos las cantidades. Y el hecho que en este estudio se hable de más de 200 mil hectáreas perdidas, que es cuatro veces el gran Santiago, nos permite dimensionar y visibilizarlo".

Raffaele Di Biase, encargado de la Comisión de Biodiversidad del Comité Ambiental Comunal de Puerto Varas y director de Fundación Legado Chile, asegura que no le sorprenden las cifras: "Creo que la pérdida de ecosistemas y biodiversidad (es evidente). Se acaba de publicar además el informe de World Wildlife Fund, donde resulta que América Latina es la región con mayor pérdida de biodiversidad en los últimos 50 años, casi un 80% de pérdida de población de vertebrados… entonces no me sorprende porque pese a la emergencia climática y a lo urgente de implementar políticas no solo públicas, sino desde el mundo privado, para no seguir trabajando con el mismo modelo extractivo, esos cambios no se han visto reflejados de forma patente en la actualidad.

Por su parte, Ingrid Espinoza, directora de conservación de Rewilding Chile, legado de Tompkins Conservation hace hincapié en que hay que mirar con detención las cifras, y tratar de interpretar las razones de esta pérdida.

"Siempre son buenos los análisis. Es bueno que se trabaje como un estudio multidisciplinario internacional, pero hay algunas cosas que nos llaman la atención, y tiene que