Correo
Aniversario del 18-O I
El 18 de octubre de 2019, Chile demostró un malestar incubado durante décadas. Una respuesta a las diversas expresiones de la desigualdad que vivimos día a día, como ciudadanos a pie. En primera persona vimos los excesos que se vivieron en las calles en esos días posteriores al 18-0. Como un Presidente nos declaró la guerra, como incluso a aquellos que estábamos acreditados como prensa éramos violentamente reprimidos por agentes del Estado, como centenares de chilenos fueron violentados por el actuar de los órganos policiales bajo el mando del ex Presidente Sebastián Piñera y otros cientos afectados por el vandalismo y el lumpen.
Todas situaciones nos dejaron al borde del despeñadero. Al mismo tiempo, la clase política nos mostró un camino de salida para reconducir esta joven democracia, tras un acuerdo constituyente que trataba de poner fin al momento que vivíamos. Con los traumas del pasado, de nuestra historia republicana marcada por golpes de Estado y dictaduras en los poco más de 200 años de historia independiente; muchos volvimos a confiar en los congresistas y adherir al proceso que nos presentaron.
Tras ello, nos pusimos a la tarea de generar una nueva Carta Magna, donde tanto la Convención Constituyente como la clase política en general cayeron en los maximalismos y las utopías que poco aportaron a una discusión seria respecto del Chile que soñamos. Ese país que día a día sufre en carne propia las diversas expresiones de la desigualdad: desempleo, pobreza, inseguridad, narcotráfico, inequidad territorial y un largo etcétera.
El problema a estos tres años del 18-O es que la política nacional sigue pensando en la cuenta propia, en la trinchera y en capitalizar para sus proyectos personales la "liquidez" del escenario actual. Cambió todo, para no cambiar nada.
Pero ya basta de justificar la violencia sin sentido o la represión descontrolada, basta de generar dualidades absurdas como el octubrismo y noviembrismo, basta con seguir pensando en los proyectos individuales, basta con seguir permitiendo que las instituciones sean destruidas, basta con seguir jugando al ritmo de los extremos. Basta, ya basta de seguir perdiendo el tiempo y no pensar en el Chile real que necesitamos.
Es imprescindible poner en el centro de la discusión a las personas y abordar con urgencia la desigualdad que aún nos asfixia. Es necesario superar el pathos de la política actual y restaurar el poder del logos. Que sea la razón la que impulse el actuar político, sentarnos a una mesa legitimando al otro como un legítimo otro y desde ahí coincidir en los máximos comunes que nos unen, para restaurar en Chile la convivencia democrática y con ello pensar en el país real, que sufre los embates de la inseguridad, la vulnerabilidad, la cesantía, entre otros flagelos. Es decir, que sigue viviendo sin dignidad y en una desigualdad que sigue siendo la gran amenaza del Chile real.
Giovanni Riffo Fica
Aniversario del 18-O II
Hace tres años, el país ingresó a un túnel de odiosidad y pareciera que recién ahora los políticos empiezan a entender que apoyar la violencia no es gratuito. Aún no olvido a los jóvenes frenteamplistas recelosos de condenar las barricadas o el que baila pasa, bajo la excusa de la "protesta social".Ahora deben estar comprendiendo que la política es para gente seria y no para niños de buenas familias devenidos en revolucionarios.
Patricio Muñoz
Aniversario del 18-O III
Del estallido tengo sólo malos recuerdos. Una ciudad enfurecida, calles de odio, un Estado que claudicaba, una izquierda radical exultante, una centroizquierda temerosa, un centro inexistente y una derecha inoperante. "Gracias" a todos por su ceguera.
Rodrigo Santibáñez
Más democracia
Tal como dijo el Presidente Gabriel Boric, los problemas de la democracia se resuelven con más democracia.
Entonces, siendo consecuente con lo expresado, dejemos que los chilenos decidan qué es lo que quieren en un plebiscito de entrada. 1.- Constituyentes ciento por ciento elegidos. 2.-. Constituyentes elegidos y expertos designados. 3.- Reformas a la actual Constitución.
Rodrigo Meneses Ciuffardi
Constitución y soluciones
Un cambio de la Constitución no resolverá los problemas que afectan a los chilenos, puesto que la solución de ellos no depende de la Carta Fundamental, sino que de buenas políticas públicas establecidas por gobernantes virtuosos, eficientes, realizadores y promotores del bien común.
Si eventualmente fuese promulgada una nueva Constitución y transcurridos un par de años desde su entrada en vigor nos diésemos cuenta de que todo sigue igual o peor, ¿volveremos a iniciar un nuevo proceso constituyente?
Adolfo Paúl Latorre
Expulsión de extranjeros
La nueva Ley de Migración y Extranjería N°21.235 incorpora el reconocimiento de principios y derechos relevantes para la protección de las personas migrantes, alineándose con el estándar internacional sobre expulsión de extranjeros. Sin embargo, existe una tensión entre el paradigma de control y seguridad que rige en materia de extranjería y el enfoque basado en derechos humanos, el cual enfatiza su calidad de grupo vulnerable.
Un ejemplo de esta tensión es el ingreso clandestino de extranjeros. Si bien la ley indica expresamente que no se criminalizará la migración irregular, no crea directamente mecanismos de regularización para este caso, sino que faculta a la Subsecretaría del Interior para establecerlos.
En este sentido, los Estados deben facilitar la migración regular. El principio de migración ordenada no significa que se deba expulsar a todos los irregulares, al contrario, implica que se debe posibilitar que regulen su permanencia en el país, en tanto no constituyan una afrenta a la seguridad nacional o al interés público.
Desde luego, nos referimos al éxodo venezolano, el cual se reconoce por las organizaciones internacionales como un caso de refugio, y el segundo más grave y cuantioso después de la diáspora siria. Es necesario, por lo tanto, crear mecanismos de regularización por motivos humanitarios. Mientras éstos no se establezcan, mayor importancia cobra la aplicación del estándar internacional sobre expulsión de extranjeros, ofreciendo a las personas una protección sustantiva que impida la aplicación arbitraria de medidas de expulsión.
Dra. Regina Díaz Tolosa, académica de la Universidad Autónoma de Chile