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El sueño de la reinserción penitenciaria ahora va de la mano con la excelencia

Liceo que funciona al interior de la cárcel de Alto Bonito recibió reconocimiento del Mineduc, convirtiéndose en el primer establecimiento de su tipo en el país con tener esta categoría.
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Entre los fríos prejuicios del entorno y el esfuerzo puesto en las ganas de salir adelante, se esconde un lugar para pocos conocido. Las clases en el Liceo de Adultos Coresol de Puerto Montt se desarrollan como en cualquier otro establecimiento con la diferencia que, para la gran mayoría, esta es una oportunidad única que podría cambiarles la vida para siempre.

El establecimiento, que es parte de la fundación sin fines de lucro que lleva el mismo nombre, funciona al interior del Complejo Penitenciario de la capital regional desde octubre de 2007, la misma fecha en la que entró en funcionamiento la cárcel. Actualmente tiene una matrícula de 416 alumnos, 186 en enseñanza básica y 230 en enseñanza media. De este último grupo, 137 cursan la enseñanza media científico humanista y 93 la enseñanza media de carácter técnico y hoy celebra la calidad de excelencia académica (periodo 2022-2023) otorgada por el Ministerio de Educación.

15 años llenos de historia de sacrificios, decepciones, pero, por sobre todo, esfuerzo de internos y profesores por entregar una real posibilidad de reinserción en la sociedad.

Un estudiante cualquiera

Pedro Oyarzo, quien lleva 5 años como docente en el recinto, comenta que hay varias claves para que un proceso educativo intracarcelario sea exitoso, y uno de ellas es olvidar el contexto e insertarse en un proceso educativo común y corriente.

"Se trabaja como en cualquier colegio de afuera, con la programación y horarios", asegura, al tiempo que comenta que, desde su ingreso hasta la fecha, "la actitud de los alumnos ha cambiado radicalmente. En principio sentía que los alumnos venían para ganar beneficios, pero nosotros les hemos dicho que no vienen solo a eso, sino a aprender, cultivarse, tener hábitos, tener conductas distintas, y nosotros como profesores los tratamos como estudiantes, no como internos… como persona. Y eso ha hecho que la prioridad de los alumnos sean los estudios, aprender más, ayudar a los hijos. Vienen con una motivación mayor al aprendizaje y nosotros les inculcamos que si no es responsable ni asuste a clases, no va a tener beneficios. Si viene al liceo y aceptó venir, tiene que cumplir, asistir, tener buenas notas, y así por consecuencia tendrán beneficios".

Agrega que además eso le permite a los reclusos tener claridad en la estructura: "las clases son regulares, no se pierde el tiempo, se trabaja en forma dinámica aplicando metodología actual, las clases no son tan expositivas, etc".

"En la sala de clases los tratamos a todos como alumnos, yo jamás le estoy preguntando por qué está ahí. Esas cosas no se conversan en la sala. Son todos alumnos tratados por igual", acota.

Hoy por hoy recuerda como anécdota que fue a través del Diario que vio la postulación, sin tener idea cómo funcionaba todo, pero con el apoyo de sus cercanos. "Ahora cuando a la gente le cuento se sorprende, porque no saben que existe este liceo", reflexiona.

Esfuerzo conjunto

Pero llegar a catalogarse con "excelencia académica", transformándose en el único recinto de este tipo en el país con ese reconocimiento, requiere un convencimiento y esfuerzo conjunto para alcanzar los objetivos.

Así lo explica el seremi de