Envejecimiento de la población
Chile está experimentando un cambio acelerado de su composición etaria que exigirá muchos cambios en las políticas públicas. El mayor número de adultos mayores en el país ya está representando repercusiones en salud, economía, educación y social en la población.
El Instituto Nacional de Estadísticas ha señalado que la cantidad de niños entre 0 y 14 años ha bajado sostenidamente en las últimas décadas: hay casi 350 mil menos que en 1992, y para 2050 las proyecciones indican que habrá casi 670.000 niños menos que en 2020. Si en 1992 ese segmento era el 29,7% de la población, en 2050 representará sólo el 14,2%. Aunque el número de niños en el país está descendiendo, la cantidad de extranjeros que vive en Chile se está incrementando, llegando a casi 150 mil niños inmigrantes, especialmente procedentes de Venezuela, Perú y Bolivia.
El país envejece a tasas aceleradas, tanto porque los adultos mayores viven más, como porque las familias tienen menos hijos. Y si bien es cierto que se vive más, la gente muere por causas que podrían evitarse, como accidentes o ciertas enfermedades.
El envejecimiento de la población es una realidad inversamente proporcional al número de nacimientos. Resulta evidente que desde hace unos años la natalidad muestra retrocesos que hacen insuficiente asegurar el recambio generacional. Esta situación abre un problema estructural, ya que se observa una población en franco envejecimiento, a menos que como sociedad se trabaje en políticas de incentivo a la natalidad, pero no parece que Chile esté adoptando las correcciones para enfrentar tal desafío, con políticas que la fomenten.
El fenómeno tiene repercusiones de salud, económicas, educacionales y sociales que exigirán repensar la forma en la que se ha construido el país y cómo se hará en el futuro. El envejecimiento presenta desafíos de cómo preocuparse de esa masa ciudadana que vive más y tiene más requerimientos de salud, medicamentos, asistencia social y compañía. O de la educación y formación que recibirán los niños, donde cada vez toma más fuerza la presencia de inmigrantes, que podría acentuarse cuando termine la pandemia, ya que algunos expertos estiman que llegaría gran cantidad de familias latinoamericanas en busca de mejores oportunidades.
Mucho puede hacerse para seguir mejorando indicadores, sobre todo en salud, y ofrecer panoramas y programas de alimentación más saludables para la población infantil y joven, pero es un cambio que obliga a repensar las políticas públicas del país.