Las enfermedades cardiovasculares son la causa de casi un tercio de las defunciones en el país, y cada año en el mundo mueren poco más de 17 millones de personas debido a enfermedades cerebro o cardiovasculares, lo que habla de la importancia de la atención oportuna de las causas de estas patologías. Por eso, el 29 de septiembre (ayer) se conmemoró el Día Mundial del Corazón, ocasión en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama a promover la salud cardiovascular y a tomar acciones para reducir la mortalidad por esa causa.

La OMS señala que el 80% de las enfermedades cardiovasculares son evitables si se siguen conductas de vida saludables, aunque los largos períodos de cuarentena por covid impidieron la actividad física. El principal riesgo de esas patologías es que usualmente no presentan síntomas y que los hábitos cada vez más sedentarios de las personas, así como la mala alimentación y los estimulantes, adquieren relevancia en las causas.

En los dos años anteriores, los sistemas de salud tuvieron que preocuparse con prioridad de los contagios de coronavirus y sus consecuencias, quedando en un segundo plano patologías como cáncer, enfermedades digestivas y neurológicas, entre otras. Sin embargo, este año se retomaron los controles, a medida que se levantaron las restricciones de desplazamiento.

Se estima que en Chile mueren 45 personas al día. Según cifras del Ministerio de Salud, estas enfermedades son la primera causa de muerte en hombres mayores de 35 años y en mujeres mayores de 50 años. A eso se agrega que el 60% de los chilenos tiene entre dos a cuatro factores de riesgo, como hipertensión, sobrepeso, colesterol y glicemia sobre los valores normales.

Es necesario insistir en crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares, sus causas, efectos y prevención. En general, los médicos destacan tres aspectos que son fundamentales para cuidar este órgano: una alimentación sana, realizar actividad física adecuada y llevar una vida que controle especialmente el estrés y la presión de cada día, lo que ha sido difícil en momentos de pandemia. Cada uno de estos puntos plantea desafíos en términos de salud y en políticas que ayuden a promover la vida sana.

La búsqueda de dos militares extraviados en el volcán Puntiagudo es una muestra de las tareas que cada cierto tiempo deben realizar los voluntarios del Cuerpo de Socorro Andino Zonal Sur. El 29 de septiembre de 1987, bajo el alero de la Sexta Compañía de Bomberos de Puerto Varas, nace en nuestra zona la institución de rescate. Ello luego que un trágico accidente en el volcán Osorno, ocurrido en enero de 1986, demostrara la necesidad de contar con socorristas preparados en la región.

La institución que ayer cumplió 35 años, hoy cuenta con cerca de 40 integrantes, entre voluntarios activos y honorarios, a los que se suma una camada de 18 aspirantes que aportan el recambio generacional. Se trata de jóvenes que se están capacitando en materias complejas como orientación terrestre, cartografía, construcción de refugios, telecomunicaciones, desplazamiento en terrenos nevados y hielo, manejo de cuerdas y primeros auxilios. Temas vitales en su futuro desempeño como rescatistas.

Realizar con éxito y seguridad tareas de rescate en terrenos complejos requiere de una formación técnica de primer nivel. En Socorro Andino están conscientes que el conocimiento no pesa en la mochila y que es vital a la hora de tomar decisiones y desarrollar operaciones en escenarios adversos.

En esa línea, el año pasado 16 voluntarios del Club Deportivo Glaciar Sur, todos voluntarios de la institución, recibieron la importante certificación ITRA (International Technical Rescue Asociation), la cual consiste en un nuevo estándar de la Mountain Rescue Asociation, que está siendo utilizado por grupos de socorristas en países como Canadá, EE.UU. y Nueva Zelanda. La certificación se logró gracias a un proyecto regional financiado por la Seremi de Gobierno.

En lo que va del año, la institución de voluntarios se ha activado en al menos 12 oportunidades entre alertas, rescates y búsquedas. Incluso por primera vez fueron requeridos desde la Región del Ñuble, llegando una patrulla desde Puerto Varas para participar en la búsqueda de Leonardo Molina Genel, joven de 21 años extraviado en el cerro Malalcura en la comuna de San Fabián de Alico.

No hay duda que los conocimientos adquiridos en el proceso de certificación ITRA han sido de gran utilidad cuando la comunidad requiere del trabajo de estos hombres y mujeres de montaña. Además, el proyecto demostró que cuando existe unión entre los organismos del Estado y la sociedad civil organizada, especialmente en el área de protección civil, se puede contribuir a mejorar la seguridad y salvar vidas, tal como lo ha hecho en sus 35 años de vida el Cuerpo de Socorro Andino Zonal Sur.

Luis Toledo Mora, ex seremi

de Gobierno de Los Lagos

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