Ciudades y automóviles
Desde hace varios años se viene impulsando la reducción del uso de los vehículos motorizados en los centros urbanos. Los asfixiantes tacos constituyen una señal más que evidente de la tensión que provocan los autos en el entramado urbano.
Este 22 de septiembre, ayer jueves, se celebró el Día Mundial sin Auto, una efeméride que pretende promover entre la ciudadanía una conciencia ecológica, de manera de contribuir al cuidado de la salud de las personas y del medio ambiente. Se trata de una instancia que es apoyada por la Comisión Europea desde el año 2000 y que surgió para difundir las políticas de la Unión Europea en los ámbitos del transporte, el cambio climático, la eficiencia energética y el desarrollo urbano sostenible, cuyos alcances se han extendido a todo el mundo.
Si bien hoy no existen dudas de que el uso del automóvil facilita la vida de las personas, al ayudar en el traslado cómodo y eficiente de un lugar a otro -en especial en la lluviosa zona sur como lo es la Región de Los Lagos-, lo cierto es que el aumento de vehículos circulando por las calles se ha convertido en un problema cuyos efectos ya se sienten en la mayoría de las ciudades, teniendo a Puerto Montt como un ejemplo paradigmático. Calles atestadas de vehículos en horas punta son el indicio más claro de que se debe pensar en medios de transporte más eficientes y a la vez menos contaminantes, pues la gran cantidad de automóviles recorriendo las ciudades aumenta significativamente su huella de carbono, ocasionando daños irreparables a la capa de ozono.
En la búsqueda de estas estrategias que permitan a los ciudadanos dejar el auto en casa y desplazarse a través de otros medios, una de las alternativas que se ha propiciado en varias ciudades pasa por la habilitación de una red de ciclovías, con mayor o menor intensidad dependiendo de la gestión municipal y, por cierto, de la realidad climática.
Considerando la evidente dificultad que representa la lluvia en el sur, se requiere aun así generar más conciencia sobre los beneficios del uso de la bicicleta, tanto en la descontaminación de la ciudad como en la propia salud de las personas, ello, además de generar educación vial entre todos quienes utilizan el espacio público del respeto que se le debe brindar al ciclista.