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"Estado de gracia": la expo que trae al Enfoto a "Keko" Larraín

FOTOGRAFÍA. En el Diego Rivera se alberga material exclusivo de Mauricio Toro Goya.
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Redacción

Una lectura a uno de los chilenos que tocó la cima de la fotografía a mediados del siglo XX es lo que presenta Mauricio Toro Goya durante el octavo Encuentro de Fotografía (Enfoto) Los Lagos.

"Sergio suponía en un proceso reflexivo y filosófico que sus mejores fotografías habían sido concebidas en un estado de gracia y le transfería al acto fotográfico, un acto casi mágico, místico, y eso es bien complejo, porque yo tengo una mirada mucho más marxista del mundo, mucho más materialista", dijo Toro Goya, quien a sus 52 años recuerda como si fuera ayer los pormenores de su amistad con el "Keko" Larraín.

Imágenes que dieron vuelta al mundo, sumado a su paso y renuncia inesperada a una de las agencias más grandes de fotografías del mundo, la Magnum, hicieron de Larraín una leyenda de la fotografía en Chile, cautivando el interés de decenas de fotógrafos, coleccionistas y amantes de este arte; uno de ellos era el joven editor de fotografía del Diario El Día de La Serena, Mauricio Toro Goya. "Yo vivía en Coquimbo y una fotógrafa francesa fue la que me habló de Sergio. Yo desconocía su existencia, por allá, por el año '96. No sabía quién era Larraín, no lo había visto nunca, no sabía ni de su existencia, ni menos que había participado de la Agencia Magnum", dice.

Ovalle

El reconocido fotógrafo, oriundo de Vallenar, conoció a Sergio Larraín en Ovalle, durante la segunda mitad de los noventa. Tras conseguirse su casilla de correo con un amigo, y averiguar que el retirado Larraín se encontraba viviendo en Ovalle, Toro Goya decidió comenzar a enviar una serie de misivas al enigmático fotógrafo en retiro, sin embargo, al no conseguir respuesta decidió darse por vencido y escribir la que sería la última carta.

"Le escribí bastante, nunca me contestó (ríe). Después de eso, un día llamé al amigo que teníamos en común y le dije; oye, qué es latero este caballero, no pesca mis cartas, ya le he enviado más de diez y no me pesca. Es bastante soberbio, ¿qué onda tiene?, le dije. Yo soy un cabro no más, quería preguntarle acerca de sus fotos, pero ya no es de mi interés. Y mi amigo me dice; lo mismo que me estás diciendo a mí, escríbeselo y mándaselo en una carta, que ya no te interesa conocerlo y que le pides disculpa por haberle quitado su tiempo, y ¡ahí me contestó!".

"Me dijo que le cargaba vincularse al mundo de la foto porque no le gustaba, que él estaba en otro momento de su vida, que él estaba en la meditación, en el yoga, en temas de ecología y en ese tipo de cosas, y que, si quería conocerlo que, el primer sábado o viernes de cada mes, hacía clases de yoga en una plaza en Ovalle y que, si yo quería ir, que vaya, y fue así como lo conocí el 97".

Relación

Después de eso, Toro Goya relata que vinieron una serie de encuentros, entre tés y galletas. Las conversaciones develaron aspectos íntimos de Larraín, visiones políticas, religiosas y conceptuales. "Fui conociendo su mundo, conversamos, me regaló unos libritos, las típicas cosas que hacía (…), de ahí seguimos manteniendo mucha comunicación por carta, entonces, yo como en ese tiempo tomaba mis decisiones y las hacía no más, sin medir mi saber si estaba haciendo lo correcto o no, le pedí que diera una charla".

"Sergio me enseñó mucho de foto porque me hizo cuestionar lo que yo hacía, y eso fue muy importante para mí, en todo sentido, desde el lado espiritual y el tema de la meditación. Fue un paso muy importante y, además, el tema de reflexionar qué hacía y por qué lo hacía y, además, él hizo que yo tomara la decisión de dejar la fotografía de prensa. Entonces, me retiré porque él me lo insistía tanto. Me decía ¿por qué sigues haciendo eso? Haz algo que te haga feliz, me decía, entonces, yo me fui de la fotografía de prensa. Fue un cambio radical en mi vida, me quedé sin trabajo", recuerda Mauricio

Toro Goya hoy es uno de los fotógrafos más renombrados del país. Su profundo amor por la fotografía lo ha llevado a ser un especialista en el ambrotipo. "Estado de gracia" se puede visitar de lunes a sábado en la Casa del Arte Diego Rivera.

"Fui conociendo su mundo, conversamos, me regaló unos libritos, las típicas cosas que hacía"

Mauricio Toro Goya, Fotógrafo

"Notas recordatorias": los retratos sobre la memoria y nostalgia que llegan al centro Bosque Nativo

PUERTO VARAS. La obra de Constanza Valderrama recorre fotografía, notas de archivos y objetos cotidianos.
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"Notas recordatorias" es la exposición de la artista visual Constanza Valderrama, que es expuesta en el Centro Cultural Bosque Nativo y que invita a los asistentes a reflexionar sobre la memoria.

En su obra, la artista reúne una serie de técnicas y materiales que dan una distintiva textura, color y forma a la fotografía, haciéndola irreproducible.

A su vez, Valderrama trabaja con materiales cotidianos y recolectados en su vida, generando historias que evocan nostalgia.

Esta actividad es financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, utiliza.

Des mañana la muestra podrá ser visitada y hasta el 3 de septiembre en el centro cultural puertovarino con entrada liberada.

3 de septiembre estará abierta la exposición en el Centro Cultural Bosque Nativo de Puerto Varas.