Finlandia y AI acusan a Rusia de matar cientos de civiles con armas prohibidas
GUERRA EN UCRANIA. El Presidente finés, Sauli Niinistö, habló de armas de destrucción masiva, como artefactos termobáricos, y Amnistía Internacional dio a conocer un informe con pruebas del uso de bombas de racimo en la región Járkov.
El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y Amnistía Internacional, acusaron ayer a Rusia del uso de armas prohibidas que pueden haber causado la muerte de cientos de civiles en Ucrania.
Niinistö, quien alertó de una "escalada vertical" del conflicto debido al empleo de armamento cada vez más pesado por ambas partes, dijo que "Rusia ha comenzado a usar armas muy poderosas, bombas termobáricas que, de hecho, son armas de destrucción masiva".
Las autoridades de Ucrania han publicado videos con supuestos ataques rusos sobre su territorio con este tipo de poderosas bombas, cuya onda expansiva supersónica puede destruir todo a su paso.
Niinistö admitió que los países occidentales que apoyan a Ucrania también han empezado a suministrarle armamento cada vez más pesado a Kiev para frenar el avance de las tropas rusas.
"La irracionalidad de la situación queda reflejada en el hecho de que tanto la paz como un alto al fuego son considerados un riesgo, una oportunidad para rearmarse. ¿Qué se puede hacer entonces?", se preguntó Niinistö.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) también denunció el uso de armamento prohibido por parte de Rusia, como bombas de racimo, que pueden haber causado la muerte a cientos de civiles en la ciudad ucraniana de Járkov.
En su informe "Cualquiera puede morir en cualquier momento", la organización acusó a las tropas rusas de bombardear indiscriminadamente barrios residenciales de esa ciudad con cohetes que por su naturaleza tienen escasa precisión para alcanzar objetivos determinados.
BOMBAS racimo
Los investigadores de AI hallaron pruebas del uso reiterado de municiones de racimo 9N210 y 9N235, así como de minas dispersables, prohibidas todas ellas por los tratados internacionales.
"La población de Járkov se ha enfrentado a incesantes bombardeos indiscriminados en los últimos meses, que han matado y herido a cientos de civiles", dijo en un comunicado Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional.
Rovera consideró "escandaloso" el uso de ese armamento y agregó que evidencia "el absoluto desprecio" de Rusia por las vidas de los civiles.
"Las fuerzas rusas responsables de estos terribles ataques deben rendir cuentas por sus acciones, y las víctimas y sus familias deben recibir una reparación completa", señaló la responsable de AI.
Amnistía recordó que, pese a que Rusia no está suscrita a la Convención sobre Municiones en Racimo o la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal, está sujeta al derecho internacional humanitario, que prohibe los ataques indiscriminados.
El organismo citó algunos ejemplos del uso de ese armamento como un bombardeo en la tarde del 15 de abril, cuando al menos nueve civiles murieron y otros 35 resultaron heridos, entre ellos varios menores, por bombas de racimo en la calle Myru, en el barrio industrial.
Los médicos extrajeron fragmentos metálicos de los cuerpos de pacientes, como los característicos trozos de varillas de acero que contienen las bombas de racimo 9N210 y 9N235.
La ONG explicó que los cohetes no guiados -como los Grad y los Uragan, que utilizan las fuerzas rusas- tienen un margen de error de cien metros y "son intrínsecamente imprecisos, por lo que sus efectos son indiscriminados cuando se utilizan en zonas pobladas".
Amnistía también indicó que las fuerzas ucranianas lanzan a menudo ataques desde barrios residenciales, poniendo en peligro a la población civil de estas zonas.
El bombardeo de Járkov comenzó el 24 de febrero, al mismo tiempo que la invasión a Ucrania, aunque el Ejército ruso cejó a mediados de mayo en sus intentos por controlar la ciudad, de más de un millón y medio de habitantes antes de la guerra.
Los barrios residenciales del norte y del este de la ciudad han sido los más afectados por los bombardeos.
Según el director del departamento médico de la administración militar regional de Járkov, desde que comenzó el conflicto en la zona han muerto 606 civiles y otros 1.248 han resultado heridos.
9N210 y 9N235