Correo
Prohibición de armas I
"La única manera de frenar a un mal hombre con un arma, es un buen hombre con un arma", escribió el empresario estadounidense Wayne LaPierre, defensor de la tenencia legal de armas. Con las particularidades propias de nuestras tierras australes, concuerdo con LaPierre. El derecho que tenemos los ciudadanos de bien a poseer armas legales es el derecho preferente a defender a nuestra familia en el hogar.
Esto es lo que contempla la legislación, el derecho a la legítima defensa, que siempre se debe ejercer apegado a la ley. Somos tenedores de armas legales, es nuestro derecho y debemos defenderlo. Eso es lo que hacemos en la Asociación Chilena del Rifle (ACDR). Una agrupación por la libertad y defensa del derecho a poseer y utilizar armas de fuego, el fomento del deporte del tiro al blanco, la caza sustentable, el coleccionismo y el uso responsable de éstas en la defensa personal.
Hoy en Chile nuestra realidad es el alto nivel de delincuencia. Se puede observar como el país es cada vez más violento. Los delitos de alta connotación pública como homicidios y los robos con violencia se han incrementado en un de 41%, según la Subsecretaría de Prevención del Delito.
Paralelamente, las policías, con limitaciones en su actuar y escaso apoyo político de las autoridades, se ven superadas en poder de fuego por los verdaderos enemigos que son el crimen organizado con sus armas ilegales, de contrabando y de fabricación hechiza. Los ciudadanos de bien que tenemos armas inscritas y empadronadas no somos los proveedores de bandas delictuales, como lo pretende hacer creer el Gobierno.
Desde La Moneda se nos pretende mostrar como coautores materiales de delitos con resultado de muertos y lesionados graves por el sólo hecho de tener un arma legal, ello en la voz de la ministra del Interior, quien señala que el mayor porcentaje del armamento empleado en estos ilícitos provenía de tenedores legales. El Gobierno fabrica una historia con estadísticas antojadizas, utilizando extractos de datos de realidades extranjeras, para construir argucias legislativas levantando acusaciones y atentar contra las libertades de las personas.
Somos ciudadanos de bien, que en cumplimiento de la ley tenemos registrado legalmente nuestro armamento. Nos capacitamos, responsablemente tomamos cursos, lo que nos permite alcanzar un dominio técnico de nuestras armas de un nivel similar que el de funcionarios policiales.
Hay que ponerle atajo a la delincuencia, al crimen organizado y al terrorismo, al tráfico de armas ilegales. El Estado debe apuntar su esfuerzo en controlar el contrabando de armas destinadas al crimen organizado, muchas de ellas de alto poder de fuego que ingresa de manera ilegal al país: También en detener las armas ilegales de fabricación hechiza, o adaptadas por técnicos al servicio de bandas delictuales de narcotraficantes.
Yerko Papic Mardones, miembro puertomontino de la Asociación Chilena del Rifle
Prohibición de armas II
El Presidente Gabriel Boric anunció en la cuenta pública el envío de un proyecto de ley para prohibir totalmente la tenencia de armas por civiles, lo que está en consonancia con el postulado 10 del "Decálogo de Lenin", conocido como "Manual para tomar el control de una sociedad" que reza así: "Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa".
Adolfo Paúl Latorre
Prohibición de armas III
Inconsecuente e incongruente resulta la intención presidencial de desarmar a la población civil. Incongruente, porque desarmando a gente común, que sólo posee un arma para defenderse o defender su hogar, no soluciona el problema.
Curiosamente se espera que la gente buena entregue sus armas, ¿qué pasará con los delincuentes? Me es muy difícil imaginar que las vayan a entregar voluntariamente.
Es más, se trasluce una intencionalidad de que la población esté desarmada y así, completamente indefensa ante un estado totalitario. Hugo Chávez fue por la misma línea, y ahí tenemos a los venezolanos, indefensos y sometidos a un estado totalitario dominado por el narcotráfico.
Inconsecuente, porque existiendo sin lugar a dudas en el país una cantidad de armamento militar de difícil determinación en cantidad y calibre, no se menciona ni ataca esta situación. Puede que el Ejecutivo diga que están confiscando armamento de esas características, pero en la realidad no es así.
Este no es un tema menor, es un engaño para desarmar a los chilenos y dejarlos indefensos ante un enemigo interno, que avanza planificadamente paso a paso hacia un estado dominante.
El desarme de la población es uno de estos pasos.
Eduardo Mas Huber
Descentralización efectiva
El debate en torno a una efectiva descentralización de los territorios es un tópico habitual dentro de las discusiones políticas en el último tiempo en el país.
Un avance en esta materia fue la elección de gobernadores regionales el año pasado, un hito en la administración de los territorios alejados del centralismo político, con sus evidentes necesidades, anhelos y aspiraciones que escapan de los intereses y demandas de la capital del país.
La lucha contra un modelo centralista debe estar acompañada de un cambio en las estructuras sociales preestablecidas por la sociedad. Un ejemplo de lo anterior es la reiteración por décadas de un modelo educativo unitario, que no ha favorecido el conocimiento de las realidades territoriales, sus historias y sujetos. La nueva época de las regiones debe también aspirar a un cambio en el paradigma educativo, donde la enseñanza esté vinculada a los entornos inmediatos, con personajes y relatos históricos reconocidos en los marcos de acción comunitarios.
Otro modelo que nos advierte del centralismo imperante son los medios de comunicación masivos como la televisión, cuyos noticieros día a día bombardean de información de la capital, donde si bien hay temas comunes y que repercuten en las regiones, en su mayoría informan de problemáticas que no representan intereses y demandas locales, siendo la difusión de esto último de escasa cobertura.
En este aspecto, se destaca el rol de la radio y prensa escrita regional, que se han constituido como portavoces de las distintas temáticas particulares de los territorios.
Ejemplos de que la descentralización real no sólo depende de discursos, instaurar nuevos cargos políticos o disponer de más recursos, sino también de una cambio social que debe aspirar a un transformación de las mentalidades y el accionar de los individuos.
Cristian Vargas Mansilla