Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Tiranosaurio rex, sangre caliente; y Triceratops, sangre fría: El método que lo averigua

INVESTIGACIÓN. Estudio permitió revisar el metabolismo de los reptiles gigantes, mediante la información contenida en los huesos y, de esa forma. clasificarlos en un grupo u otro.
E-mail Compartir

Efe

Desde hace décadas, los paleontólogos tratan de averiguar si los dinosaurios eran animales de sangre caliente, como los mamíferos y las aves modernas, o de sangre fría, como los reptiles. Saberlo daría pistas sobre su vida, sus capacidades e incluso su desaparición.

Esta semana, en un artículo publicado en Nature, un equipo de liderado por la Universidad de Yale propone un nuevo método para estudiar el metabolismo de los dinosaurios a partir de la información de los huesos.

"El nuevo método desarrollado por Jasmina Wiemann nos permite inferir directamente el metabolismo de los organismos extintos, algo con lo que solo soñábamos hace unos años", destaca Matteo Fabbri, investigador del Museo Field de Chicago y coautor del estudio.

El metabolismo es la eficacia con la que convertimos el oxígeno que respiramos en la energía química que alimenta nuestro cuerpo.

Los animales de sangre caliente toman mucho oxígeno y tienen que quemar muchas calorías para mantener la temperatura corporal, mientras que los de sangre fría respiran y comen menos, pero dependen del exterior para mantener su cuerpo a la temperatura adecuada.

La clave, el oxígeno

Como los dinosaurios son técnicamente reptiles, pero las aves fueron los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva de finales del Cretácico, no está claro si los dinosaurios son de sangre caliente o fría.

El nuevo método se fija en una de las características más básicas del metabolismo: el uso del oxígeno.

Cuando los animales respiran, se forman productos que reaccionan con las proteínas, azúcares y lípidos, y dejan "residuos" moleculares extremadamente estables e insolubles en agua que dan constancia de la cantidad de oxígeno que respiraba un dinosaurio y, por tanto, de su ritmo metabólico.

El equipo analizó fémures de 55 grupos diferentes de animales, incluidos dinosaurios, sus primos voladores los pterosaurios, sus parientes marinos más lejanos los plesiosaurios, y aves, mamíferos y lagartos modernos, y vieron que las tasas metabólicas de los dinosaurios eran por lo general altas.

Sorprendente

Hay dos grandes grupos de dinosaurios, los saurisquios (con caderas de lagarto) y los ornitisquios (con cadera de ave).

Los primeros, como el Triceratops y el Estegosaurio, tenían tasas metabólicas bajas comparables a las de los animales de sangre fría, mientras que los dinosaurios con cadera de pájaro, incluidos los terópodos y los saurópodos -depredadores de dos patas, como el Velociraptor y el Tiranosaurio rex, y los herbívoros gigantes de cuello largo, como el Brachiosaurus- eran de sangre caliente.

Además, los investigadores se sorprendieron al descubrir que algunos de estos dinosaurios no solo eran de sangre caliente, sino que además tenían tasas metabólicas comparables a las de las aves modernas, mucho más altas que las de los mamíferos, algo que se había insinuado antes, pero nunca se había probado.

Para los investigadores, estos hallazgos pueden darnos una visión fundamentalmente nueva de cómo era la vida de los dinosaurios.

"Los dinosaurios con tasas metabólicas más bajas habrían sido, hasta cierto punto, dependientes de las temperaturas externas" y podrían haber tenido que migrar a climas más cálidos, apunta Wiemann, de la Universidad de Yale.

En el extremo contrario, los de sangre caliente habrían sido más activos y habrían necesitado comer mucho.

Reconstruir la biología y la fisiología de los animales extintos es una de las cosas más difíciles de hacer en paleontología, pero no solo ayuda a saber cómo vivieron estos animales, sino que también lleva a entender mejor el mundo que nos rodea hoy, aseguran los autores.

Sexta extinción masiva

Los dinosaurios, a excepción de las aves, desaparecieron en una extinción masiva hace 65 millones de años, cuando un asteroide impactó la Tierra.

Hasta ahora se había sugerido que tener una tasa metabólica pudo haber sido una ventaja para sobrevivir a esa extinción, pero este estudio "demuestra que no es cierto y que muchos dinosaurios con capacidades metabólicas excepcionales similares a las de las aves se extinguieron", apunta Weimann.

Además, en estos momentos, "estamos viviendo la sexta extinción masiva", recuerda. "Por eso -añade- es importante que entendamos cómo los animales modernos y extintos respondieron fisiológicamente al cambio climático y a las perturbaciones ambientales anteriores".

55 grupos diferentes de dinosaurios fueron analizados por los investigadores, específicamente los fémures de cada especie.

65 millones de años atrás se produjo la extinción masiva de los dinosaurios, a fines del Cretácico. Sólo se salvaron las aves.

Descubren cómo se levanta el polvo de la superficie de Marte

E-mail Compartir

Un equipo internacional avanzó en el conocimiento de la atmósfera marciana, descubriendo cómo se levanta el polvo en su superficie, una investigación plasmada en Science Advances.

En febrero de 2021 llegó a Marte la misión Mars 2020 de la NASA y sobre la superficie del cráter Jezero comenzó a operar el vehículo autónomo Perseverance, un laboratorio móvil.

Uno de sus instrumentos es la estación meteorológica MEDA, desarrollada en el Centro de Astrobiología-INTA en Madrid y cuyo análisis de los datos permite profundizar en uno de los aspectos de la atmósfera del planeta rojo, el polvo que se levanta de la superficie.

Los profesores de la Universidad del País Vasco Ricardo Hueso, Agustín Sánchez Lavega y Teresa del Río-Gaztelurrutia, y el estudiante de doctorado Asier Munguira, son firmantes del artículo.

"Podemos decir que ahora empezamos a comprender las condiciones necesarias para levantar el polvo de la superficie de Marte, y este es un elemento clave, porque el ciclo de polvo del planeta rojo nos ayudará a entender mejor la meteorología global de Marte", explica Ricardo Hueso.

Al ser la atmósfera marciana mucho más fina que la terrestre (unas 150 veces menos densa), el polvo en suspensión determina muchas de sus propiedades térmicas y cómo se calienta y se enfría.

El artículo estudia los fenómenos que levantan el polvo en la superficie de Marte, incluyendo los remolinos de polvo llamados "dust devils" y los vientos racheados capaces de producir grandes polvaredas.

Gracias a los datos recopilados sobre el viento, polvo, temperatura y otras variables atmosféricas, la investigación concluye que el cráter Jezero, elegido como lugar de estudio de la misión Mars 2020, aunque hoy es un desierto, hace miles de millones de años estaba inundado y es uno de los lugares más activos y favorables para levantar grandes cantidades de polvo de su superficie.

Según explican, los vientos diurnos son ascendentes y, en general, intensos, mientras que de noche los vientos detectados son descendentes y más débiles. "Es la interacción de estas corrientes de viento con la superficie la que produce estos fenómenos de levantamiento de polvo masivo", indica Hueso.

El polvo de la atmósfera de Marte, al depositarse sobre la superficie, puede cubrir paneles solares e imposibilitar el funcionamiento de algunas misiones espaciales de superficie. Sin embargo, este no es un aspecto preocupante para el rover Perseverance, que utiliza energía nuclear.

Hueso añade que conocer la atmósfera de Marte hoy es fundamental para entender su pasado y también "para preparar la exploración humana de Marte en las próximas décadas".

Por otra parte, "Nature" publica esta semana "In situ recording of Mars soundscape", con las primeras grabaciones de sonido en la atmósfera de Marte.

Como revelan las grabaciones, en la fina atmósfera de Marte se producen fenómenos acústicos diferentes a los terrestres, como, por ejemplo, la dispersión del sonido en diferentes frecuencias del espectro audible humano, o una mayor atenuación del sonido con la distancia debido de nuevo a la baja densidad atmosférica.