Incremento de delitos violentos
En el país se está produciendo una más que preocupante alza de homicidios y que exige la mayor atención de las autoridades. En las poblaciones de prácticamente todas las grandes ciudades del país se están viviendo inquietantes episodios de delincuencia.
Las encuestas señalan que la delincuencia es uno de los problemas que más inquieta a la población, llegando ahora a sectores que tradicionalmente eran considerados como tranquilos. Si bien otros delitos bajaron en medio de la pandemia en el país, los homicidios han ido en aumento. Paz Ciudadana alertó hace unos días que los delitos más violentos han ido al alza, mientras que Eduardo Vergara, subsecretario de Prevención del Delito, fue categórico al señalar que "Chile enfrenta el peor momento para la seguridad que ha vivido el país desde el retorno a la democracia". Si bien según las estadísticas oficiales ha bajado la cantidad de delitos, los de alta connotación social han crecido.
En la cuenta pública que el año pasado dio el fiscal nacional, Jorge Abbott, ya había señalado que Chile se está enfrentando a una violencia cada vez más cruda y agresiva, que crea inseguridad, provocando un impacto profundo en las víctimas y que conmociona a toda la población. Se entiende entonces la preocupación que existe entre los habitantes, por la extremada violencia de la delincuencia. Éstos señalan que la violencia es frecuente en las poblaciones y mucho tiene que ver con el consumo y tráfico de drogas.
Así, la inseguridad se ha transformado en una constante en algunos barrios. Probablemente la situación delictual de la región no es distinta a la del resto del país, porque las personas expresan el temor con que viven en sus casas y la sensación de que el tráfico de drogas avanza por todos los rincones. También es alarmante ver cómo en las redadas realizadas por las policías se decomisan armas, lo que indica que pese a la destrucción de material, queda mucho más en circulación. La delincuencia es una realidad que está atemorizando a las familias y la percepción ciudadana es que no se hace lo suficiente por resolverla.
Por ello, las instituciones y autoridades requieren de nuevos modelos de gestión que fortalezcan las acciones preventivas y de persecución criminal inteligente, que reemplacen una estructura esencialmente reactiva.