Cambios en el plan sanitario
Las modificaciones al Paso a Paso, que ahora tiene otro nombre, exigirán, como en el anterior, un sólido compromiso de parte de la ciudadanía. Quizás si la medida más llamativa, y la que implica un compromiso serio de la población, es la que apunta a la flexibilización de las mascarillas.
Altas expectativas existían desde hace algunas semanas frente a la inminente reformulación del plan Paso a Paso, especialmente con cambios relacionados al uso de mascarillas, aforos y la posibilidad de que se definieran nuevas fases según el avance del covid. El jueves pasado los cambios se concretaron y la base esgrimida por el Gobierno de Gabriel Boric para esta nueva forma de manejo de la pandemia se relaciona con las diferencias que vive el país respecto de hace dos años, cuando se iniciaron las medidas de prevención. Un escenario distinto en que donde la alta cobertura de vacunación, que supera el 90%, ha sido clave en la disminución de la posibilidad de enfermar gravemente o, incluso, de fallecer por coronavirus.
Las autoridades han señalado que, junto a la inoculación, la adopción por parte de la ciudadanía de las medidas básicas de prevención, como las mascarillas, lavado de manos, uso de alcohol gel, etcétera, han permitido que se pueda reformar el Paso a Paso.
La reformulación del plan contempla tres fases: Bajo, Medio y Alto Impacto Sanitario. A éstas se suman dos escenarios, siendo el más grave Restricción y el más favorable Apertura. Las nuevas etapas del plan "Seguimos Cuidándonos Paso a Paso" se han determinado sobre la base de criterios sanitarios y de prevención, como circulación comunitaria del virus e impacto en redes asistenciales, así como la posibilidad de enfermedad grave o fallecimiento de las personas contagiadas.
Sin embargo, la medida que más ha llamado la atención es la flexibilización del uso de las mascarillas al aire libre, elemento que sigue siendo obligatorio en los espacios cerrados, así como también las zonas abiertas donde haya aglomeración de personas. Si bien el riesgo de una mala práctica respecto de esta última medida es alto y se mantendrá una fiscalización permanente por parte de los organismos correspondientes, al menos en una primera etapa, es importante no dejar de lado el rol de la comunidad ante posibles incumplimientos.
Una ciudadanía activa, que ayude a mantener los límites de la flexibilización de medidas, puede ser tanto o más eficiente que las propias autoridades, y sobre todo reflejará que el aprendizaje de los dos últimos años no fue en vano.