Casi tres semanas sin seremis
El compromiso con las regiones debiese demostrarse con el nombramiento del gabinete, crucial para las políticas públicas y la vinculación con la comunidad. La crisis de movilidad, sólo por nombrar un tema, ya debiese estar en la mano del seremi de Transportes para las tareas de corto y largo plazo.
Está terminando marzo e increíblemente el Gobierno de Gabriel Boric mantiene pendiente el nombramiento de prácticamente todo el gabinete regional, no sólo en Los Lagos, sino que en el resto de las unidades administrativas similares en el país. Salvo las designaciones de la delegada presidencial y de los secretarios regionales ministeriales de Salud y Educación, dados a conocer la semana pasada en virtud de las urgencias derivadas del combate a la pandemia y del regreso a las clases presenciales en los colegios, hay 16 cargos pendientes por definirse en Los Lagos, en un retraso que si bien se podía entender en los primeros días, ya resulta incomprensible a casi tres semanas de asumir el nuevo Poder Ejecutivo.
Se podría argumentar que se trata de cargos de poca relevancia para la administración regional, o bien que los equipos técnicos en cada una de las secretarías tienen los conocimientos y las capacidades para seguir sacando adelante la maquinaria del Estado. Pero no es así. Los titulares de cada ministerio en la región son cruciales para los diagnósticos que seguramente se querrán hacer y para ejecutar el programa de gobierno; y aunque los equipos de las secretarías regionales sin duda saben cómo operan las reparticiones, distan mucho del empoderamiento con que llega un seremi para resolver problemas o tomar decisiones que apuran.
Este retraso no se condice con la prioridad por las regiones que manifestó el propio Presidente Gabriel Boric, tanto en la campaña electoral como cuando apenas asumió. Es injusto que a estas alturas haya sólo ministros. Por cuestiones propias del centralismo, los secretarios de Estado suelen terminar opinando sobre problemas de la Región Metropolitana, donde los seremis ocupan un segundo plano, invisibilizados por sus jefes; pero en el resto de las regiones sí se necesita de los secretarios regionales.
Sólo en Los Lagos, por ejemplo, hay materias pendientes en torno a la crisis de movilidad en Puerto Montt u Osorno desatada por el regreso a la presencialidad; el plan que ha de seguirse para enfrentar el déficit hídrico; la contaminación de las aguas y la gestión sobre vivienda en vistas del aumento de las tomas, por nombrar sólo algunos. El Gobierno debe demostrar que las regiones sí le importan.