Dictan pena de 541 días por matar a una perra de un balazo
JUICIO ORAL. A esta sentencia se suma la sanción a perpetuidad contra el acusado, de que no puede tener mascotas. Hecho ocurrió en septiembre de 2020.
Una sanción que pocas veces se da en el ámbito penal, es la que dictaminó el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puerto Montt, tras sancionar a Luis Hernán Bustamante Moure (64 años) a una pena de 541 días por matar a una perra de un balazo, en un incidente ocurrido en septiembre de 2020 en Chamiza, sector ubicado en la Carretera Austral de Puerto Montt.
Lo grave del hecho es que la víctima, de un año, cumplía la labor de compañía de una niña de 8 años, que padecía de crisis del sueño. Llamada Nyu, falleció en el mismo lugar tras recibir un impacto balístico de una escopeta marca Hatsan Escort.
De acuerdo a la acusación del fiscal el suceso ocurrió durante la tarde del 21 de septiembre de 2020 en una de las parcelas ubicadas en el sector Las Vegas de Chamiza y mientras la perra paseaba junto a su dueña y la hija de ésta. Se indica que "sin motivo justificado disparó su arma de fuego hiriendo al perro de raza Husky Siberiano".
El imputado fue acusado por el ente persecutor por el delito de maltrato animal.
Inhabilidad
Tras el fallo del Tribunal Oral en lo Penal, compuesto por la jueza Rosario Cárdenas y los magistrados Jaime Rojas y Francisco del Campo (presidente de sala) el sentenciado fue condenado a una pena de 541 días, de presidio menor en su grado medio, a la multa de 20 unidades tributarias mensuales (UTM). Esto es $1.110.740 y a la accesoria de suspensión de cargo u oficio público mientras dure la condena como autor de un delito de maltrato animal con resultado de muerte.
Además, uno de los puntos llamativos de la sentencia se refiere a a la aplicación de una pena especial. Se trata de la "accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales".
De acuerdo a lo ventilado en el juicio oral, el acusado argumentó que la perra había ingresado a su propiedad y atacado una oveja nueva y que además el disparo no era con la intención de matarla.
"En la desesperación, entró a su clóset, sacó la escopeta, estaba tan nervioso, tiró al aire, mordió a la oveja madre (la perra) disparó al suelo pero se le levantó el tiro de la escopeta y le dio el perro. En todo este tiempo nunca hubo un dueño, según lo que le dijo otro vecino y que el perro ya venía de pelear con los perros de él", declaró.
Gusto amargo
Macarena Oróstica, abogada querellante de la Fundación Abogados por los Animales, valoró la condena, porque dijo que "cuesta mucho que los casos de maltrato animal lleguen a esta instancia, puesto que en general terminan en firmas o una suspensión condicional (del procedimiento) y los antecedentes que habían en este caso ayudaron a la sanción".
Anota que existe conformidad porque "es un precedente para quienes muchas veces piensan que no hay sanciones por estos hechos".
Macarena Oróstica remarca que "muchas veces he tenido formalizaciones y suspensiones, y uno queda con un gusto amargo; pero es un precedente jurídico y en materia de animales, el bien jurídico, es que se trata de un animal no humano. Se hace justicia y aunque se pueda demorar un poco, igualmente llega".
Para Ariel Hormazábal, dueño de la perra Nyu, es importante que la gente denuncie este y otros tipo de hechos.
Explica que desde que el hermano mayor de su hija empezó a ir a la universidad la niña sufría de crisis del sueño. "La psicóloga nos recomendó una mascota y le hizo muy bien, pero pasó esto y decidimos no tener más mascotas", manifestó.