De la misma forma, plantea que como no se puede cambiar la ubicación de las calles ni de los edificios públicos, privados o educacionales, se debieran adoptar algunas medidas de forma coordinada entre varios servicios, entre las que destaca algunos horarios de atención o de ingreso diferidos a lo largo del día, de acuerdo a la ubicación que presenten en la ciudad. "Así no todos iremos al mismo tiempo al mismo lugar", señala.
La visión de la académica es coincidente con la que expone el ahora ex seremi de Transportes, Nicolás Céspedes, quien también recomienda como acción inmediata el ingreso diferido de los establecimientos educacionales.
En este punto emplaza a las autoridades de Puerto Montt para que asuman el rol que les compete en esta materia y dividir así la entrada a clases. "Que para un grupo sea a las 8, para otro a las 8:30 y para otro a las 9 horas, por ejemplo", indica.
Céspedes lamenta que en estas materias la "Dirección de Tránsito nunca fuese participativa y dejase en manos de los ministerios la solución de los problemas".
Inconvenientes que para Marcelo Reyes, coordinador académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad San Sebastián, Sede de La Patagonia (Puerto Montt), se pueden solucionar con gestión, aunque también con inversión. Pero esto último a un plazo mayor de tiempo, dado que requiere de la ejecución de algunas obras.
En lo inmediato, apunta a medidas de contingencia que se pueden efectuar y que guardan relación con una mejor gestión de tránsito.
Una de ellas tiene que ver con modificar la matriz de inversiones en materia de políticas y potenciar la Unidad Operativa de Control de Tránsito de Puerto Montt.
Pero también en mejorar lo táctico, como la implementación de vías reversibles, así como corredores exclusivos o exclusión de ingreso de vehículos en determinados sectores y horarios.
Junto con ello, estima que se requiere de un sistema de transporte mayor licitado. Pero pensando en un horizonte de dos a tres años, con la finalidad de que se cuente con recorridos "bien pensados" y complementados con un sistema de transporte menor, como los colectivos, los que a su vez debieran recorrer tramos que no son cubiertos por el transporte público mayor.
En tal sentido valora el esfuerzo por la electromovilidad y contar con vehículos híbridos que se realiza en la región.
Sin auto y ciclovías
Para Reyes, la idea es no incentivar el uso del auto. Pero para ello se tiene que contar con un transporte público que "esté a la altura de las circunstancias".
Su apuesta es hacia un transporte público moderno, que cuente con mejores condiciones de operaciones y que sea amable con el medio ambiente. Es decir, que se avance desde el perímetro de exclusión a un sistema de transporte público licitado, de alto estándar.
Para el experto, las ciclovías ocupan un lugar especial. De hecho, asegura que su uso no tiene que estar supeditado al clima
Como fundamento recuerda que en Copenhague (Dinamarca) "la gente anda en bicicleta, en circunstancias que tiene un clima similar al de Puerto Montt".
Además, postula que para mejorar la conexión interterrazas se podría contar con un óptimo sistema de escaleras peatonales y ascensores.
Sumado a ello, valora la iniciativa de "metrocable (teleférico)" que fue declarado de interés público por la Coordinación General de Concesiones y que conectaría La Paloma con el centro puertomontino, y que ayudaría a descongestionar y, además, se inscribe dentro de la electromovilidad.
Claudia Castillo también observa que para dar una respuesta satisfactoria a este problema se podría optar por perfeccionar de forma sustancial el servicio que ofrecen los medios de transporte público, así como implementar alternativas intermodales, trenes de cercanía y regular los tiempos de espera.
Junto con ello, postula que se podrían definir mejor los recorridos, la periodicidad y la seguridad, en conjunto con un desincentivo gradual de la movilidad privada en el centro congestionado.
A mediano plazo, eso sí, estima que es necesario rediseñar el crecimiento y el desarrollo de las ciudades, así como los modos de circulación y de conectividad al interior urbano y al exterior rural con las ciudades vecinas, transitando hacia una movilidad más sustentable, eficiente y limpia. La idea es que sea una experiencia de viaje que sume "confort y calidad de vida a las ciudades y territorios que habitamos todos".