Los profundos "cambios culturales" que se estarían intentando implementar a través de la Convención Constitucional, son indicativos del camino que se está trazando para Chile, especialmente una vez que se encuentre instalado un nuevo Gobierno donde los comunistas tengan la hegemonía política y filosófica sobre su forma de actuar. En palabras simples, lo que se busca es la desaparición de la nación, de la patria física, para transformar a Chile en una entelequia cuyas consecuencias ulteriores nadie ha medido seriamente.
Igual a lo que ha sucedido con Vladimir Putin - transmutado ahora en un personaje admirado o rechazado -, cayó sobre Chile un manto psicotrónico que ha implicado que muchos individuos ultra progresistas, cuyas mentes aparentan estar siendo manejadas, propongan normas y políticas claramente dañinas para nuestro futuro, para la permanencia de la nación. La más perniciosa de ellas siendo el concepto de estado plurinacional, es decir la idea de una sociedad con varias naciones (en nuestro caso etnias), unidas en un Estado con un gobierno representativo, pluri o multinacional, sujetas a una Constitución Política. Nuevamente, una entelequia que aparenta ser ideal, pero que sólo existe en la imaginación. Cualquier estratega militar serio, o civil, podría darse cuenta que considerando la realidad histórica de Chile, y su composición racial, aquí estaría la plataforma para crear disputas étnico-territoriales mayores, y una semilla de la discordia implantada para el futuro desmembramiento de Chile. Somos una sociedad con una combinación étnica pareja, donde nos sentimos chilenos y chilenas sin la necesidad de hacer distinciones enojosas, pues nunca formaron parte de nuestra tradición.
Al parecer, un par de décadas atrás se habría hecho un balance gubernamental, donde se llegó a la conclusión que el mundo está regido por la cibernética, la electrónica, la robótica, la inteligencia artificial. Chile no podía quedar ajeno a estas tecnologías, ya que habíamos abierto las puertas de nuestra economía hacia el mundo. Entonces, se fueron dejando de lado nuestras tradiciones, se comenzó a mirar en menos al huaso chileno, a los ejércitos nacionales; de ahí proviene el ataque constante, a veces solapado pero real, a las Fuerzas Armadas.
Pues bien, a muchos de los filósofos y pensadores de este Chile alternativo, se les introdujo en sus mentes la idea de una nación multirracial donde todo y todos estemos mezclados sin distinciones - la aldea global en su máxima expresión -, tratando de cambiar los conceptos sobre la "estructura física" de nuestro pueblo, la cual está muy ajena a esta noción totalmente foránea. Los inmensos avances tecnológicos actuales permiten a la psicofísica utilizar herramientas de control psicotrónico de la mente; lo estaríamos viendo actualmente cuando se intenta propagar esta cuestión absurda de lo "plurinacional", como algo moderno y necesario. Mientras en Chile se pretende atomizar el país en comunidades cuasi autónomas regidas las leyes de la biología, vemos como Putin está dispuesto a ir a la guerra con tal de preservar la integridad étnica, territorial y nacional de los rusos en Ucrania. Bajo el ideario de una sola nación, pues la política de la plurinacionalidad confunde, divide, y a la larga siembra el caos.