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Puerto Montt en su año más seco: prevén futuro en que clima cambió para siempre

METEOROLOGÍA. En 2021 apenas han caído 881,7 milímetros de agua, lejos de los 1.615 mm de un año normal. Expertos aseguran que es momento de cambiar la forma de relacionarse con el agua.
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María Consuelo Ulloa

La evidencia de los últimos años es clara: cada vez llueve menos y el cambio climático solo augura un futuro lejos de lo que otrora fue la región y la capital regional.

Panorama crítico que, si cabía que fuese peor, es lo que está pasando este año, ya que, de acuerdo a los registros, es el más seco de la historia, o al menos desde que se tiene registro formal (mediados de los '60).

Datos que se desprenden del informe de la Dirección Meteorológica de Chile y que indican que los paupérrimos 881,7 milímetros caídos hasta hoy es la estadística más baja que se tenga noción, muy lejos de los 1.615,4 milímetros de un año normal (45% de diferencia negativa) e incluso muy por debajo de los 1,352 caídos en 2020, que ya se había considerado un año seco.

Situación crítica

"Lo que se está viviendo es un cambio global. El comité de expertos sobre el cambio climático (IPCC), ha señalado que 'se están observando cambios en el clima de la tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto', y muchos de estos cambios que se están produciendo no tienen precedentes en los miles de años. Para limitar estos cambios se requiere atender la emergencia climática a nivel global, y aunque se redujera las emisiones de dióxido de carbono, pasarían 20 a 30 años en que la temperatura global se estabilizara. De esta constatación hecha por el IPCC se desprende que la acción climática debe ser global y atendida en forma urgente, por la comunidad internacional", es la cruda realidad que entrega, desde un principio, el ingeniero agrónomo, e investigador de Inia Remehue, Rodrigo Bravo.

El profesional complementa con que "la sociedad en su conjunto, las comunidades urbanas y rurales, con las coordinaciones en las autoridades, y entidades especializadas debemos tomar conciencia que la precipitación en el sur de Chile, tienen una tendencia a ser más baja. En el futuro, se espera que el paisaje del sur de Chile cambie producto de los cambios en el sistema climático. En el transcurso de este cambio, las comunidades y las autoridades, deben acordar los esfuerzos para mitigar el daño potencial que se puede producir en las actividades, especialmente aquellas más vulnerables".

Coincidente con él se muestra Pilar Barría, ingeniera civil hidráulica con doctorado en Ciencias. "Lo que está ocurriendo en la Región de Los Lagos y también Los Ríos, es algo que era esperado por la comunidad científica en los últimos años porque las proyecciones de cambio climático indicaban que esta zona también se verían afectada por una reducción de la lluvia. La única diferencia es que esto llegó un poco después de lo que ocurrió en la zona central, que ya lleva 11 años con una megasequía, que es un evento bastante anómalo y parte de un evento más extremo y que se explica en un 25% por cambio climático y el otro porcentaje por la variabilidad natural, por la acción natural de la Tierra.

La especialista, quién además es académica en la ULagos y la Universidad de Chile, agrega que aún hay que tener ojo de a qué culpamos, pero que la evidencia es cada vez más contundente. "(La situación) ha pasado con mayor fuerza en los últimos tres años, entonces es difícil atribuir eso a cambio climático, porque la muestra no es suficientemente grande. Podría ser que parte de esta disminución de lluvia sea de la variabilidad natural, de la interacción entre océano, atmósfera y la tierra. Pero es difícil que esté pasando esto porque, gran parte del planeta, está mostrando esa tendencia. ¿Es muy pronto para hablar de tendencia aquí? Sí, pero si preguntas si tiene lógica pensar que es por el cambio climático, sí, porque estamos en un planeta con patrones climáticos que están cambiando y con más efecto invernadero".

Cambios obligados

La disminución de las precipitaciones tiene varias consecuencias directas, entre ellas una nueva forma de entender las industrias locales, que ya se enfrenta a un panorama que antiguamente le era desconocido.

Al respecto Bravo explica que "el tener varios años seguidos en que llueve menos de los normal, va afectando las actividades económicas, la hidrología de las cuencas y la ecología de las cuencas. Como este es un fenómeno que ha persistido a través del tiempo, puede considerarse crítico, ya que altera lo que 'normalmente' ha ocurrido en el pasado. No obstante, siendo ya una tendencia, un fenómeno que se está haciendo frecuente, es necesario que la región adapte sus actividades económicas a los nuevos escenarios. Es probable que nuestros ecosistemas tengan una trayectoria hacia una condición de menor cantidad de agua, y por lo tanto, la sociedad debe adaptarse a esta situación de mayor variabilidad, y de ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos".

"Se espera que las precipitaciones en la región disminuyan un 30% de aquí al 2050 y eso es harto. Eso implica que vas a tener que cambiar la forma en que usas el agua, va a generar impacto en los ecosistemas y habrá diferencias en la disponibilidad para regar, para agua potable", refrenda Barría.

Complementa con que "hay que pensar cómo gestionar el uso del agua y en la región no se notan actividades de adaptación. Cada vez hay más incentivo al riego en un lugar donde el agua está disminuyendo, asimismo está aumentando el cambio de uso de suelo hacia parcelas de agrado provocando, entre otras, reducción de bosque nativo.

2.224 milímetros cayeron en la capital regional en 1966 que resultó el año en que más precipitó.

1.352 milímetros cayeron de lluvia en 2020 que ya estaba muy por debajo de un año normal (1615.4 mm).