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Senado rechaza cuarto retiro y será visto por comisión mixta

PENSIONES. El proyecto sumó votos considerados "difíciles", incluso en Chile Vamos, pero no logró los 25 apoyos requeridos, por ausencia de Girardi y rechazo de Goic.
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Redacción

Pese a conseguir algunos apoyos que hasta último momento permanecieron en duda, la oposición no logró reunir los votos necesarios para aprobar en general el cuarto retiro de fondos previsionales en el Senado.

Así, el proyecto deberá ser revisado por una comisión mixta (de diputados y senadores) para resolver las diferencias entre ambas cámaras, ya que la Cámara de Diputados había aprobado previamente la iniciativa.

Sólo 24 votos a favor alcanzó la propuesta legal, uno menos que los 25 que necesitaba para su aprobación. Hubo 15 votos en contra y una abstención.

En el resultado fue clave el voto de la senadora Carolina Goic (DC), quien tal como lo había anunciado optó por rechazar, y también la ausencia de Guido Girardi (PPD), quien se encontraba en Glasgow, con permiso, en la cumbre climática COP26. "Desde la centroizquierda, a la que pertenezco, parece que abandonamos las banderas. ¿En qué momento empezamos a relativizar lo que dicen todos los técnicos?", dijo Goic, aludiendo a las advertencias de expertos sobre el impacto negativo que los retiros están teniendo en las pensiones y en la economía. "Todos los argumentos que he escuchado solo refuerzan mis argumentos", agregó. Quien sí dio su voto a favor fue el senador Carlos Montes (PS), quien se había manifestado en contra. Lo hizo, según indicó, con la condición de que el proyecto sea modificado para contrarrestar los impactos adversos que tendría en caso de ser aprobado.

"Con mucha reserva, asumiendo las angustias sociales, pero también con mucho dolor he decidido votar a favor de la idea de legislar, haciendo un acto de confianza en todos los senadores que se han comprometido a cambiar de manera contundente en el debate particular", argumentó en la sesión.

El cuarto retiro también contó con respaldos desde el oficialismo, por parte de la senadora Marcela Sabat y su par Manuel José Ossandón, ambos de Renovación Nacional.

Otros parlamentarios de Chile Vamos, que apoyaron los retiros anteriores, esta vez votaron en contra, como Juan Castro (RN) y José Miguel Durana (UDI). El senador Iván Moreira (UDI), en tanto, prefirió no votar y se retiró de la sala. "No voy a votar este proyecto de ley que es un engaño inmerecido para la gente", expresó.

El gobierno valoró el rechazo del proyecto. El ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, aseguró que los argumentos contrarios al cuarto han "permeado" a los legisladores tanto del oficialismo como de la oposición.

"Lo que ha ocurrido con el aumento de tasas de interés ha sido muy importante y eso está afectando a chilenos, y por eso entendemos que hay parlamentarios que en este momento no han estado disponibles para avanzar con este proyecto", manifestó.

El ministro del Trabajo, Patricio Melero, destacó que la cámara alta le tomara el peso a los perjuicios que podría provocar un nuevo giro desde las cuentas individuales. "El Senado supo sopesar que los perjuicios que se le causan a las pensiones futuras de los chilenos, a la economía del país con la inflación y el costo del crédito, como también el daño al sistema de seguridad social, es mayor que los beneficios que podría otorgar un nuevo retiro", señaló.

Desde la oposición, la senadora y candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste (DC), lamentó el rechazo del proyecto. Sin personalizar su crítica en su correligionaria Carolina Goic, la abanderada cuestionó a quienes votaron en contra: "Claramente es no sintonizar con las demandas que hoy día tiene la ciudadanía".

Congreso aprueba prórroga del Estado de Emergencia que pidió el Gobierno

ARAUCANÍA Y BIOBÍO. Cámara y Senado ampliaron por 15 días la medida.
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El gobierno consiguió aprobar en el Congreso la prórroga solicitada por el presidente Sebastián Piñera al Estado de Excepción Constitucional de Emergencia que rige para las provincias de Arauco, Biobío (Región del Biobío), Malleco y Cautín (Región de La Araucanía).

En la tarde de ayer la sala del Senado respaldó por 21 votos a favor, 17 en contra y dos abstenciones la extensión de la medida, que rige desde el 13 de octubre en la Macrozona Sur y que ya había sido prorrogada una vez por el mandatario.

De esta forma, vencido el plazo este 11 de noviembre, el Estado de Emergencia regirá por 15 días más.

Previamente, la solicitud presidencial había sido respaldada por la Cámara de Diputados por 76 votos a favor, 59 en contra y siete abstenciones.

El gobierno se desplegó en ambas cámaras del parlamento a través de los ministros del Interior, Rodrigo Delgado; de Defensa, Baldo Prokurica; y de Desarrollo Social, Karla Rubilar; con el fin de entregar los argumentos y convencer a los legisladores. "Este estado de excepción no es contra un pueblo determinado, sino que contra quienes optan por la vía violenta, el narcotráfico y el crimen organizado, y que se visten muchas veces con la causa mapuche", dijo Delgado al defender la prórroga ante los diputados.

"Este estado de excepción que pedimos se prorrogue por supuesto que no soluciona los problemas de fondo, pero es tremendamente necesario en un punto en el que debemos separar la violencia de otras causas", agregó.

Carlos Peña

Caer en el ridículo

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Una de las cosas más ridículas del último tiempo -Wilde habría dicho que entre lo sublime y lo ridículo no hay más que un paso- acaba de suceder ayer, a propósito de la acusación constitucional al presidente.

Desde luego, no cabe duda de que el presidente ha hecho denodados esfuerzos por exponerse a todo tipo de acusaciones. Hay en él la extraña pulsión por ponerse al filo de la legitimidad en el obrar. Desde aferrarse a su patrimonio (recuérdese su resistencia a desprenderse de algunos bienes que configuraban conflicto de intereses) a hacer negocios familiares donde los intereses de sus cercanos rozan aquellos que, en su calidad de presidente, está obligado a custodiar.

Todo eso es cierto. Si el Maquiavelo de los Discursos de la primera década de Tito Livio lo hubiera conocido, lo habría citado como un ejemplo de lo que un gobernante no debe hacer.

Pero nada de eso justifica que, para hacer el control de sus actos, el Congreso deba incurrir en una conducta ridícula.

Sin embargo, es lo que, en tono de comedia, acaba de ocurrir. Un diputado religioso -Jaime Naranjo, a quien se recuerda cuando en confusas declaraciones negó que su mujer trabajaba en el Congreso- decidió leer, con ánimo penitente, un mamotreto de centenares de páginas no con el ánimo de dar a conocer ideas o antecedentes acerca de la conducta presidencial, sino con el propósito explícito de alargar el debate hasta que otro diputado, Giorgio Jackson, que había sido contacto estrecho de Gabriel Boric (quien según aseveró Interferencia.cl, había demorado adoptar precauciones a sabiendas de sus síntomas) terminara su cuarentena y pudiera votar. De esa manera se asistió ayer a una lectura infinita que carecía de oyentes (puesto que todos sabían que no era lectura) y a una rauda carrera de madrugada seguida por televisoras, como si ello fuera un asunto heroico, supererogatorio, una cuestión en la que se jugaba un aspecto fundamental del estado. Y lo peor es que los protagonistas de la escena han de sentirse héroes, palmoteados por sus pares, como si hubieran llevado adelante un esfuerzo sacrificial al hacer el papel de pilares del civismo y de la democracia, de personas capaces de arriesgar su integridad por el bien del país.

Si a esa conducta evidentemente exagerada, extravagante, se agrega el hecho de que quienes acusan al presidente de violar la constitución y las leyes, son quienes han hecho de desconocerla e infringirla una práctica cotidiana, como si las reglas no fueran reglas, sino simples recursos instrumentales del poder, el panorama es completo.

Es como si hoy la política estuviera reducida no a discernir lo que es mejor y más bueno para todos (¿era eso, verdad?) sino a la tarea más inmediata, y con seguridad más entretenida, de simplemente imaginar formas en que las reglas puedan ser usadas como instrumentos para el logro de objetivos inmediatos que, en este caso, no es la destitución del presidente (algo que todos saben no debiera ocurrir en el senado) sino, se ha dicho, la ¡unión de las fuerzas opositoras! , confesando así que no son las ideas las que unen a la oposición, sino el simple hecho de haber erigido a la figura presidencial (en una conducta que a nivel individual sería muestra de insania) en la causa e inicio de todos los males que la sociedad chilena experimenta, una figura transferencial en la que se proyectan todas las frustraciones.

Cierto: el presidente se ha esmerado en su vida pública por dar oportunidades para que se le acuse de esto y de lo otro; pero nada justifica que el Congreso y sus integrantes decidan que, a los disfraces, las selfies, los cantos seniles de algunos de sus miembros, lo siguiera este otro espectáculo al que no cabe calificar sino de ridículo y en el que en rara hermandad se abrazan Naranjo y Jackson, lo que alguna vez se creyó eran, respectivamente, la vieja y la nueva política.

Error: era la misma en una de sus más feas versiones.