Cada individuo tiene rasgos psicológicos únicos, pero desde hace varias décadas las ciencias sociales han intentado perfilar las características asociadas estadísticamente a varias generaciones. Esto ocurre porque ayuda a entender dinámicas culturales y de comportamiento, para aplicar políticas económicas, comerciales u otras medidas adaptadas a un grupo de personas. En una época de elecciones, como la que estamos viviendo, estas cosas adquieren una importancia fundamental para los diferentes partidos y conglomerados en competencia.
Pues bien, actualmente la generación más numerosa en Chile ha pasado a ser la conocida como Milenial, es decir los nacidos entre 1981 y 1996/98 y que ahora tienen entre 25 y 40 años. En términos generales, se caracterizan por ser sumamente independientes, flexibles desde un punto de vista laboral, y más impredecibles en comparación con generaciones anteriores, donde resulta más fácil establecer ciertos patrones de comportamiento recurrentes. Esto se debe a que el grupo de personas pertenecientes a esta generación ha sido influido por los medios de comunicación digital desde que ellos existen, lo cual les ha permitido aprender a partir de diversos ámbitos culturales.
Los Milenials son nativos digitales, tienen un mayor nivel de preparación académica que las generaciones que los anteceden, y se consideran en gran medida como ciudadanos del mundo ya que a menudo pueden identificarse con personas y culturas distintas a las de su país de origen. Y sobre todo, aman su libertad personal y defienden la posibilidad de hacer con sus vidas lo que estimen conveniente, de poder escoger sin que se les impongan comportamientos reñidos con sus principios, o su manera de ver el mundo. Es por ello que resulta muy complicado para los líderes políticos y culturales que mantienen una orientación más conservadora, llegar a convencer o encantar a este grupo de personas, ahora mayoritario.
Pero más difícil aún resultará seducir a quienes nacieron entre 1996 y 20212, conocidos como la generación Z. El conservadurismo tendrá aquí una ardua tarea para conquistar a esta gente joven con sus planteamientos, los que probablemente van a considerar "retrógrados". La generación Z está hiperconectada, principalmente a través de la telefonía móvil. Se consideran dueños de su cuerpo, de su tiempo y de su verdad; están recién entrando a la fuerza del trabajo y al ámbito de la política. Estos jóvenes quieren impulsar el cambio cultural - en realidad, son creadores de cultura -, por lo cual dichos asuntos están creciendo en importancia en las empresas y la sociedad como un todo. La generación Z busca causas significativas y ser fiel a sí misma; muchos están dispuestos a dejar un proyecto a medio camino si sienten que sus valores no encajan con él.
Las nuevas generaciones están cambiando el mundo "bajo nuestras propias narices". Algunos nos damos cuenta de esta situación. Otros - políticos entre ellos -, no quieren ver y no quieren escuchar. Cuando una causa les parece justa, los jóvenes se autoconvocan y juntan rápidamente para tomar acción, y son sumamente eficaces.