Ortega nombra a su esposa como "copresidenta" del país
NICARAGUA. El mandatario aseguró que la nación tiene "dos presidentes". La CIDH cuestionó que la pareja busca "perpetuarse en el poder".
Redacción
El cuestionado presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, realizó una cadena nacional por televisión y radio para anunciar que su esposa, Rosario Murillo, actual vicepresidenta del país, es desde ahora copresidenta de facto de la nación.
"Aquí (en Nicaragua) tenemos dos presidentes porque respetamos el principio de 50-50, o sea aquí tenemos una copresidencia con la compañera Rosario", declaró Ortega, en referencia al "modelo de equidad de género" en los cargos públicos, que ha utilizado para justificar el posicionamiento de Murillo al frente de su Gobierno.
"Todos los días se está comunicando con nuestro pueblo, dando a conocer todo lo que se está haciendo en beneficio de las familias nicaragüenses, sin hacer diferencias políticas, sin hacer diferencias ideológicas allí van las obras multiplicándose todos los días en nuestro país", dijo el mandatario sandinista mientras confirmaba el nombramiento tocando el hombro de su esposa, que tiene 70 años.
Sin embargo, el nombramiento solo puede ser de facto, pues la figura de "copresidente" no forma parte de la Constitución del país, que se dispone a elecciones presidenciales el 7 de noviembre con una intensa crisis política y social.
El presidente Ortega, un exguerrillero próximo a cumplir 76 años, que busca su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa Murillo, disputará la presidencia en un tablero que acomodó deteniendo a opositores, lo que le ha significado serias reprimendas internacionales que apuntan a que los comicios no serán "transparentes".
"perpetuarse al poder"
En este contexto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dijo ver con "extrema preocupación" el clima de "represión" que rodea a las elecciones de noviembre, y consideró que el Gobierno "busca perpetuarse en el poder mediante la realización de elecciones que no dan las garantías mínimas de libertad, acceso a la información, transparencia y pluralidad".
Según la CIDH, en Nicaragua "ha operado un proceso paulatino de concentración del poder y un progresivo debilitamiento de las instituciones democráticas".
Ante las elecciones, la CIDH dijo haber constatado "la intensificación de la represión contra la oposición política, líderes y lideresas sociales, personas defensoras de derechos humanos y periodistas" a partir de la publicación del calendario comicial, el 11 de mayo de 2021.
Desde entonces, ha tenido lugar la "detención arbitraria y criminalización de más 30 personas bajo cargos infundados y sin las debidas garantías judiciales, incluyendo 7 precandidatos a la presidencia, que permanecen privadas de libertad".