Uso de la leña como calefacción
Desde hace años se está discutiendo la necesidad de declarar a este recurso como combustible. La responsabilidad de la mala calidad del aire en las ciudades del sur no es de la leña, sino que de su incorrecta utilización.
El consumo anual de leña en Chile es de 12 millones de metros cúbicos sólidos. A pesar de que este combustible es una importante fuente de energía, por años no ha sido considerada oficialmente como tal, así como lo es el gas, el petróleo o la electricidad. Al no estar estandarizada, es difícil el cumplimiento de parámetros de calidad, de manera que la leña húmeda o verde se transforma en una gran generadora de contaminación.
De ahí que los expertos han señalado que es urgente contar con una ley que aborde la regularización de la leña como combustible y su desempeño como recurso económico, con el fin de promover su uso sustentable. Esto implica reducir el deterioro de los bosques a partir de los cuales se producen y minimizar así la emisión de material particulado que contamina la atmósfera.
Desde hace años se tramita en el Congreso un proyecto de ley en ese sentido, que de ser aprobado, permitiría que la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) posea facultades fiscalizadoras sobre su producción, comercialización y uso. La normativa permitiría regular una fuente que representa el 20% de la matriz energética primaria del país, por lo cual se apunta a factores como la verificación del origen y secado de la madera, apoyo a los productores, recambio de artefactos en los hogares y educación para cambiar conductas sobre el uso de la madera.
No hay dudas de la relevancia de este proyecto, sobre todo en el entendido que el mal uso de este combustible es la principal causa de la contaminación del aire que afecta a numerosas ciudades del sur del país y que pone en riesgo la salud de las personas. De esta forma, se abordaría un aspecto clave, lo cual no necesariamente debería derivar en la prohibición de su utilización, sino más bien en un mejor control de todo el proceso. También hay que considerar que la mala operación de estufas y calefactores tiene como consecuencia la ocurrencia frecuente de incendios en invierno.
Ojalá que la normativa avance rápidamente, a fin de sistematizar el uso del principal elemento de calefacción de las familias del sur de Chile.