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aduanas sanitarias. Participamos en el control del tránsito en horario de toque de queda y realizamos más 113 mil controles a personas en este horario.
También apoyamos la entrega de alimentos, así que estuvimos a cargo de proporcionar más de 8 mil canastas, kits sanitarios y computadores, puesto que nuestra labor no sólo se centró en los patrullajes y el control sanitario. Ahora, siempre en respaldo y en coordinación con las autoridades sanitarias y apoyando a la ciudadanía que más lo necesitó en su momento.
-¿De cuánto personal dispuso en terreno?
-Somos unidad pequeña en el contexto de institucional. Pero le podría decir que en los momentos más álgidos y considerando que las labores internas no pueden detenerse, tuvimos cerca del 40% del personal empleados en el control de la pandemia.
Hay que considerar que existe toda una dinámica. Por ejemplo, en los puestos de control o aduanas sanitarias se ve cierta cantidad de personal, pero hay todo un sistema de relevo detrás que permite que la gente pueda descansar. Y por eso lo que uno ve en la calle tiene que, de inmediato, multiplicarlo por tres.
De forma simultánea recibimos soldados nuevos, los que sin tener la instrucción correspondiente no podían utilizarse en actividades en el marco del estado de excepción constitucional.
Ellos no pueden realizar labores fuera de la unidad y eso nos obligó a tener, de manera permanente, un grupo de instructores.
"Permanecerá en el tiempo"
-¿La muerte del conscripto es lo más doloroso que le ha tocado vivir en la pandemia?
-Sin duda. Fue el momento más complejo, más crítico que nos ha tocado vivir. Esto ocurrió la noche del 7 de junio de 2020 en el sector del cruce La Vara. Fue un golpe importante a todo el trabajo que estábamos realizando hasta ese momento, ya que estamos hablando de un soldado conscripto, de un joven que cumpliendo con la ley del Servicio Militar, con su deber, fue atropellado en las circunstancias que se conocen. Siempre es fuerte tener que informarle a su familia, a su madre, de una situación como ésta. Sin duda alguna fue lo más grave y el momento más crítico que nos tocó vivir.
-¿Cómo abordaron este hecho con los demás funcionarios del regimiento?
-Desde esa misma noche comenzó un trabajo con los comandantes de los distintos niveles haciendo un levantamiento de la situación anímica de todo el personal. De los soldados conscriptos, pero también del personal de planta. Hay que comprender que para el personal que estaba, en esos momentos, al mando de esa unidad, fue un golpe importante. Y por eso es que a nivel de todos los mandos realizamos un seguimiento de la situación anímica apoyados con nuestra psicóloga. Esto demuestra nuestra condición, nuestra forma de ser, la resiliencia de los militares, que al sufrir un golpe tan duro al otro día estamos operando tal cual. Nosotros tenemos una misión clara que cumplir y se cumple a toda costa, aún cuando estemos dolidos o tengamos pena o rabia. Pero a todo nivel, desde el personal conscripto hasta el de planta reaccionamos bastante bien. Tengo una excelente una evaluación de esta situación con todo lo triste que fue.
Además, hemos realizado una serie de homenajes, de actividades internas y siempre con la participación de la familia y eso no se perderá más. Se instauró el 7 de junio como un día de homenaje y yo creo que permanecerá en el tiempo la fecha en la que vamos a recordar a nuestro soldado Hugo Muñoz Sotomayor.
"En norma"
-Estar en los controles no fue una tarea fácil, por cuanto siempre hubo quienes trataron de no cumplir…
-Uno se encuentra con gente que trata de evadir el control. Pero hay un antecedente importante y que es que de los más de 113 mil controles que realizamos en horario de toque de queda, un gran porcentaje cumplía con todo. Es decir, portaba su documentación y los antecedentes requeridos. Más del 95% de la gente controlada estaba en norma. Por eso tampoco es bueno generalizar y decir que el comportamiento de la provincia fue malo. Hay de todo siempre; pero en un gran porcentaje la gente cumplió y se dejaba controlar como corresponde, ya que comprendían que no era por molestar, sino que se respondía a una actividad que tenía por objeto el beneficio del bien común de la población y que se estaba en apoyo de lo que determinaba la Autoridad Sanitaria. Se entendió la gravedad de la situación y colaboraban, aunque siempre hay casos que se escapan.
-¿Qué evaluación efectúa de la labor realizada en estas faenas?
-Siempre bien. Así como nosotros nos vimos sobrecargados o sobreexigidos, la misma situación le ocurrió al personal de la salud producto de todos los problemas y la complejidad de este asunto, como la falta de personal.
Pero habiendo muchas posibilidades de que las cosas salieran mal y que hubiesen conflictos, eso no se dio, ya que siempre hubo un trabajo armónico y ello se notó cuando se implementó la figura de las patrullas sanitarias donde actuaba personal de salud junto con el Ejército y Carabineros. Ahora, siempre hay cosas que mejorar, pero en términos generales fue bastante bien.
-¿En el trabajo psicológico abordaron el temor a contraer la enfermedad?
-Siempre fue un tema que nos preocupaba, pero que además nos ocupaba. Considerando que nuestra vida de cuartel hace muy complejo el distanciamiento social, igual lo hacíamos. Mantuvimos, desde el primer día, el uso de mascarilla y el lavado frecuente de manos. Hemos cumplido con todas las indicaciones que ha impartido la autoridad sanitaria y hemos participado también del proceso de vacunación, ya que tenemos prácticamente el 100% de nuestro personal vacunado con las dos dosis y ahora estamos con la de refuerzo a quienes nos corresponde conforme al rango etario. Siempre hemos estado alerta.
-¿Han tenido casos covid-19?
-Desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020 y hasta la fecha, hemos tenido 32 casos, bien espaciados en el tiempo. Todos recuperados y trabajando normal gracias a Dios. No hubo brote. Dentro de los aspectos a destacar se encuentra el nivel de trabajo armónico que se ha logrado al interior del grupo de trabajo, ya sea con las Fuerzas Armadas, las policías, autoridades civiles, seremis, delegado presidencial y con todos los integrantes del COE (Comité de Operaciones de Emergencia). Ha sido destacable.
-¿Cómo viven este 19 de septiembre?
-El Ejército de Chile cumple 211 años de vida. Desde que en 1819 se crearon las primeras unidades para la defensa de Santiago, de acuerdo a lo dispuesto por la Primera Junta Nacional de Gobierno. Y es por eso que nos sentimos tan orgullosos. Cuesta separar los conceptos de Chile, la patria y el Ejército porque nuestro nacimiento fue juntos. Durante todo el proceso de independencia y toda la vida republicana hemos ido de la mano. Y por eso es que estamos tan orgullosos.
-¿Cómo ve el proceso de la Convención Constitucional y la discusión que se pudiera generar respecto a la labor de las Fuerzas Armadas?
-Tranquilo. Creo que las instituciones deben realizar su trabajo. La institucionalidad nacional debe funcionar y en ese contexto estoy tranquilo. Tengo la certeza, al igual que el resto de los chilenos, que el Ejército y al igual que las demás instituciones de las Fuerzas Armadas, es un pilar fundamental en la estructura de la República. Estoy tranquilo porque confío que así se entenderá.