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José Luis Alyamante: "Fue algo jamás pensado e inesperado"

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José Luis Alyamante tiene 10 años como conductor del Samu puertomontino. "Mi experiencia en esta pandemia fue algo jamás pensado e inesperado, y también para muchos funcionarios de la salud. De la noche a la mañana nos vimos expuestos a jornadas extensas de gran cantidad de trabajo. Vimos como la gente se iba complicando de salud de la nada, una enfermedad que golpeó muchos estratos sociales. Algo imprevisto, jamás visto en mis 10 años de servicio, que fue afectando a los funcionarios y a la gente en general".

"En lo personal, cuando se inició esta contingencia yo dejé de ver a mi familia aproximadamente por cinco meses, debido a la recarga laboral y para cuidarlos, ya que no había información acabada de la enfermedad". "Además, en particular para mí, me tocó asistir a gente cercana y vi como se fueron complicando de salud hasta llegar a una condición crítica y en algunas ocasiones con desenlaces fatales. Eso me marcó mucho, ya que el trabajo prehospitalario va muy al límite con los desenlaces difíciles para las familias, y hay que contener".

"Muchos fuimos aprendiendo con esta enfermedad y en la medida que la gente nos consultaba, íbamos tratando de orientar. Fue algo muy complejo de poder llevar de buena manera, pues tuvimos que hacer contención a nuestra familia y compañeros de trabajo. Teníamos el temor de contagiarnos y complicar a nuestros familiares y seres queridos".

"Fue un cambio rotundo en nuestro diario vivir, de compartir todos libremente en espacios cerrados en conjunto, a pasar a las restricciones donde tuvimos que separarnos, estar en la ambulancia con un paciente con el cual se podía trabajar en conjunto, a un trabajo limitado, pues ya no nos podíamos asistir todo el tiempo como equipo. Nos vimos muy expuestos a trabajar con pacientes en riesgo vital, nos tocó muchos traslados de pacientes críticos, dentro y fuera de la región. Pero nuestro trabajo se vio enriquecido, ya que interactuamos aún más con instituciones como la FACh y el Samu Metropolitano en los traslados aéreos médicos de pacientes críticos. Sin embargo, estos procedimientos fueron muy complejos y largos".

"Actualmente, ya ha transcurrido un año y medio de pandemia y se nota en algunos compañeros de trabajo el cansancio, el agotamiento físico y mental, prácticamente un año trabajando en largas jornadas que están pasando la cuenta. Pero hemos tenido la capacidad de reinventarnos y venir con todas las ganas de seguir ayudando a la comunidad, y es ahí donde aparece el compromiso y la vocación de servicio que tenemos".

Rolando Miranda: "El mundo se viene abajo"

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La madre y el abuelo del porteño Rolando Miranda fallecieron de coronavirus: "Fue terrible, porque la incertidumbre ahondaba en todo el ambiente".

"Además, debido a las características cíclicas de esta enfermedad, a uno lo mantenía con tristeza y expectante previo a recibir un llamado del personal de salud".

"Entonces, como esta enfermedad es cíclica, en algunos momentos presentaban como mejorías, pero a los dos días recaían".

"Por eso uno debía estar atento a cualquier llamado, se estaba como estresado, como que el mundo se viene abajo... Ellos estuvieron como 20 días hospitalizados. Mi madre, por ejemplo, en una semana experimentó varios cambios. Un miércoles presentó síntomas y nosotros le hicimos un PCR particular. Salió negativo, en una primera instancia, pero ya el sábado de madrugada se sintió muy mal y fue llevada de urgencia. Y ese mismo día la tuvieron que intubar de urgencia y le hicieron otro PCR que salió positivo".

"Recuerdo que como familia nos falló el sistema de salud, porque nunca nos hicieron un PCR ni nada".

"Ahora, superar esto es un camino difícil porque se perdió el pilar fundamental que nos unía como familia. Todo recaía en nuestra madre y al no estar, como que el mundo se viene abajo y ya no es lo mismo".

"En fechas importantes se pierde la calidez del hogar. Ya no hay alguien que prepara la comidita rica del sur. Después que falleció, volver a esa casa fue como un balde de agua fría porque se perdió el calor de hogar tras su fallecimiento".