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Informalidad: una opción que preocupa en la región

En tiempos de pandemia y pérdida de empleos, aparece la oportunidad de adoptar un trabajo informal como una forma de llevar el sustento a los hogares. Expertos, dirigentes vecinales y gremiales analizan este fenómeno, junto a testimonios de quienes han tenido que tomar dicho camino mientras encuentran un empleo formal.
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Vicente Pereira

Hace dos meses que Omar Dornemann fabrica galletas caseras para llegar con el sustento a su hogar. Las vende en el centro. "Tengo que hacerlas para poder sobrevivir, ya que estoy cesante". Antes trabajaba en el comercio.

El desempleo lo llevó a tomar la determinación de elaborar este producto, ya que, como él dice, "hay que luchar en la vida y ganarse el pancito. Tengo hijos, tengo familia y debo llegar con el sustento".

La realidad de Omar Dornemann no es algo nuevo en la región, sobre todo en tiempos de pandemia, ya que el empleo informal aparece como una opción para quienes no cuentan con una fuente laboral estable.

De acuerdo al último informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), correspondiente al trimestre móvil febrero- abril, la informalidad se situó en un 26,2%, aumentando un 0,4 puntos porcentuales en los últimos 12 meses.

Esto quiere decir, según el Observatorio Laboral de la Universidad de Los Lagos, que 1 de cada 4 personas trabaja actualmente en dicha condición. Es decir, 88.080 trabajadores.

Claudio Mancilla, doctor en Economía Aplicada, académico de la Lagos e investigador del Observatorio Laboral -un proyecto Sence, pero que ejecuta la universidad-, explica que el empleo informal se concentra en un 61% en una categoría ocupacional que corresponde al denominado "cuenta propia".

"Para entender la magnitud de esta cifra, se puede ver de esta manera: actualmente hay 74.639 personas que trabajan por cuenta propia y de esos, 53.761 lo hacen de manera informal. Es decir, el 72% (7 de cada 10 de estos empleos se realiza de manera informal)".

En este contexto, el seremi de Economía, Francisco Muñoz, detalla que si bien Los Lagos presenta, de manera frecuente, buenos indicadores en cuanto a ocupación laboral y en comparación con otras regiones del país muestra normalmente 6 puntos porcentuales menos que el promedio nacional, "esta diferencia se invierte en la informalidad laboral, que en la región supera en 4 puntos porcentuales el promedio del país".

Al respecto, Muñoz explica que durante los períodos de mayor impacto negativo de la pandemia, junto con el turismo, comercio, gastronomía e inicialmente la construcción, los trabajos informales, como servicios personales del hogar, fueron los más golpeados al no poder contar con permisos de desplazamiento, reduciendo la tasa de informalidad al 20% cuando en meses de normalidad llega al 30%, lo que denota una realidad de la región que tiene que ver con la diversidad de labores en los servicios personales del hogar, del agro y de la pesca, así como la condición de distribución geográfica, entre otros factores.

Mancilla coincide con Muñoz respecto de los sectores productivos de mayor informalidad, aunque agrega al silvoagropecuario.

De hecho, del total de este trabajo, un 54,3% corresponde a estas tres áreas económicas. "Hay que destacar el hecho que la construcción presenta una alta informalidad, llegando al 47,9%. Es decir, casi 1 de cada 2 personas que trabajan en este sector, no es