Dos a tres décadas atrás prevalecía la idea de que los empresarios y altos ejecutivos administraban una empresa con el fin de entregar rentabilidad a los accionistas. Pero las empresas en los últimos años se enfrentan a crecientes presiones para ser más responsables ante un conjunto muy diverso de partes interesadas, incluidos los accionistas, pero también otros grupos de interés social y político.
Hay muchas razones por las cuales se da esta situación. Una muy importante dice relación con los millennials; ellos ahora están ingresando a la fuerza laboral, a la producción y a los mercados de servicios, e incluso están entrando al mercado de la inversión. Esto es crucial porque sabemos que los millennials están mucho más interesados en el impacto que causan en la sociedad, en los problemas ambientales y sociales. Pero los millennials también están en el mundo del consumo, por lo cual es mucho más probable que exijan estándares éticos, estándares sociales y de respeto medioambiental a los productos y servicios que compran.
Otro factor que las empresas actualmente enfrentan son los impactos ambientales. En los últimos años nos hemos dado cuenta que los impactos del cambio climático no son simplemente una noción abstracta que podría calentar el planeta en 30 o 40 años más. De hecho, las implicancias negativas que ya enfrentamos hoy, como el creciente número y la intensidad de los desastres naturales, aumentan la presión ambiental debido al mayor conocimiento científico que existe sobre esta materia. En otras palabras, este conocimiento genera más presión sobre las empresas.
Pero es en el ámbito de las redes sociales donde se produce un impacto aún mayor. Dichas redes son poderosas porque permiten una difusión muy rápida de la información. Por ejemplo, si un periodista de investigación con una cámara muy pequeña va a una faena en el campo, y ve cómo están abusando de los animales; o quizás puede entrar en la línea de producción de una empresa de forma encubierta y darse cuenta de que están "explotando" a los trabajadores, y que están totalmente agotados. ¿Qué pasa cuando se publican situaciones como estas en las redes sociales?
El mundo se entera y el mundo lo sabe en segundos porque estos videos y este tipo de información se pueden compartir muy rápidamente en las redes, y se desarrolla una conciencia colectiva sobre el particular. ¿Y cuál es el resultado de esa conciencia colectiva? La acción colectiva. Las redes sociales permiten a los ciudadanos, por ejemplo, organizar más fácilmente un boicot, u organizar una protesta frente a las oficinas de la empresa en cuestión.
Por último, asuntos como la diversidad, la brecha salarial o la igualdad de género son temas que quizás no fueron tan importantes hace 10 o 20 años, pero las expectativas de la sociedad hoy día, los valores y las normas actuales, están cambiando y como resultado varios de estos desafíos se vuelven emergentes, alcanzan un punto de inflexión y las empresas tienen que lidiar con ellos.
Entonces, para tener en cuenta estos factores múltiples y diversos, que vienen de partes interesadas muy heterogéneas, la empresa de hoy enfrenta una gran presión para ser más responsable, actuar con más integridad, de manera más ética, y profundizar la base de sus relaciones con el contexto social y ambiental en el que se desenvuelve.