Estrés entre los profesores
Las exigencias de la educación virtual han trastocado enormemente las prácticas pedagógicas e incrementado la angustia entre los docentes. Producto de la ausencia de las clases presenciales, los profesores han perdido valiosos espacios de interacción con la comunidad escolar.
Preocupantes resultados arrojó una encuesta realizada por el Centro de Investigación y Mejoramiento de la Educación (CIME) de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo, que recolectó datos acerca de la experiencia de los profesores en torno a la educación remota durante la pandemia, a través de un sondeo online.
La investigación -basada en las respuestas de 842 docentes, en su mayoría de entre los 30 y 49 años- reveló que existe una alta frecuencia de emociones negativas experimentadas por los profesores. En efecto, ante la consulta sobre las emociones más comunes durante la educación remota en pandemia, el 77% de los docentes reportó sentir estrés, 49,8% frustración, 41% angustia y 31,4% impotencia.
Se trata, sin duda, de consecuencias vinculadas a un sistema que debió implementarse de manera absolutamente imprevista, lo que impidió una mejor planificación de su instalación. Revela que los profesores -debido a los necesarios resguardos sanitarios- han perdido un importante espacio de interacción y formación, imposible de reemplazar a través de la virtualidad.
El estudio también entregó luces acerca de qué hacer para disminuir el malestar en los profesores. En concreto -según plantearon los investigadores- es importante que los docentes duerman bien, realicen actividad física y se conecten con emociones positivas relacionadas con la enseñanza, la interacción con sus estudiantes y sus colegas, su compromiso y sentido de pertenencia a la institución. El sistema escolar, tanto público como privado, tiene la responsabilidad de proveer estos espacios de contención y protección a sus docentes.
Con todo, estos antecedentes son un insumo más a tener en cuenta al desarrollar el debate actual en torno a la conveniencia del retorno a las clases presenciales. Se trata de una temática de amplia complejidad ante la cual se requiere poner todos los elementos en juego sobre la mesa, para tomar las mejores decisiones vinculadas a la salud física y mental de los integrantes del sistema educativo nacional.