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ENTREVISTA. Juan Carlos Said, médico internista:

"Hay que olvidarse de la inmunidad de rebaño: tenemos que vacunarnos todos"

El especialista dice que no encuentra todo malo, como dice Enrique Paris, y que "si al ministro le va mal, al país le va mal".
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Entrevistado el domingo en la noche en TVN, el ministro de Salud, Enrique Paris, habló de las críticas "injustas" que recibe y apuntó a "Juan Carlos Said, que todo lo encuentra malo", y al Colegio Médico. Said es médico internista, trabaja en el Hospital Sótero del Río, en la comuna de Puente Alto, y tiene un master en Salud Pública del Imperial College de Reino Unido.

Es un activo tuitero (@juancarlossaid) y comenta y analiza el día a día de la pandemia en Chile, combinando su preparación académica con la experiencia de estar en la "primera línea" contra el covid-19.

-¿Es cierto que no encuentra nada bueno?

-Yo creo que el ministro está estresado. Está en una situación muy estresante. Yo creo que cualquiera en ese trabajo estaría muy estresado. Yo no encuentro todo malo, sino que he dicho que hay cosas que se han hecho bien y cosas que se han hecho mal.

-¿Qué se ha hecho bien?

-Lo que se hizo bien fue gestionar el número de camas críticas, que fue un trabajo muy bueno. Se aumentó la capacidad de tomar exámenes. Al principio de la pandemia apenas podíamos hacer 500 por día y hoy en cualquier día del año tomamos miles de exámenes. Pero, por otro lado, la capacidad de ubicar a los contactos y aislar a los enfermos no ha mejorado sustantivamente y eso ha sido uno de los puntos más débiles de la gestión del Gobierno. Del mismo modo, ha sido débil la comunicación de riesgo. Todo el tiempo se han transmitido mensajes de que estamos a punto de salir de la crisis, que no es tan grave, que una nueva normalidad, que una leve mejoría, y la verdad es que la situación todo el tiempo supera con creces los pronósticos del Gobierno, que creo que confunde los deseos con la realidad.

Yo puedo creer que la crisis no es tan grave, me gustaría que no hubiera tantos contagios, pero esa no es la realidad. El país es como un paciente al que uno le tiene que dar malas noticias. Obviamente uno puede decirlas en un tono más adecuado, darle ánimo en medio de esa dificultad, pero uno no le puede convertir la mala noticia en una buena. Eso no es correcto y no ayuda a que ese paciente enfrente mejor la situación que está viviendo. Si uno le dice a la población que las cosas están bien cuando las cosas están mal, eso no ayuda a que se dimensione la gravedad de la situación. El Gobierno hizo buena gestión consiguiendo vacunas, pero constantemente se subestimó la gravedad de la crisis.

-¿Qué hay que hacer para comenzar a salir de ella?

-Lamentablemente, para superar la crisis hay que hacer todo bien. No basta con decir sólo voy a tomar exámenes bien, o solo voy a vacunar bien. Una gestión adecuada de la crisis requiere que todos los pasos relevantes se hagan bien. Hay países que lo han hecho bien, como Nueva Zelanda, Taiwán, obviamente con altibajos, pero lo han hecho en forma consistentemente mejor. Las cosas necesarias para controlar la pandemia son desde la toma de exámenes hasta aislar a los enfermos y vacunar a la población. Nosotros hicimos algunas mejor, otras peor y por eso estamos en una situación grave. Tampoco hay que tomarse todas las cosas personales, uno puede hacer un comentario buscando mejorar la pandemia y eso no significa que le tiene mala al ministro. Si al ministro le va mal, al país le va mal. Seamos sinceros: este es un barco donde si se hunde uno nos hundimos todos. Nadie se salva solo.

-¿El mensaje debiera ser más realista, entonces?

-Hay que reforzar la idea de que no vamos a estar seguros hasta que todos estén seguros. Eso implica que hay que olvidarse de la inmunidad de rebaño y que tenemos que vacunarnos todos. Esa debe ser la meta, vacunar a todos los adultos, a todos los niños apenas haya vacunas aprobadas y probablemente haya que vacunar a todos tres veces. Hay que pensar que esto es de largo plazo, entregar financiamiento a la salud primaria para que el próximo año pueda tomar exámenes, hacer trazabilidad y al mismo tiempo atender pacientes crónicos. Porque si no, los pacientes que salvemos de covid van a morir el próximo año de una gran ola de enfermedades cardiovasculares o cánceres que no fueron diagnosticados a tiempo porque se perdieron las horas con los doctores.

-¿Cómo está la situación en los equipos de salud?

-Tenemos una gran fatiga del personal de salud; es un estrés constante. No es una situación normal. Acá se está viviendo una situación de guerra. Todos los días hay malas noticias. Un paciente grave es reemplazado por uno más grave. El personal de salud está entrenado y preparado para eso, pero esta es una situación especial, particularmente agobiante, porque tampoco están las formas de escape habituales, como poder irse a la playa o poder tomarse vacaciones. Han fallecido doctores y otros se han contagiado y no han podido volver a trabajar y nadie los ha reemplazado. Esa es la realidad que hay que reconocer. Estos no son los indicadores de ventiladores mecánicos. Esa es la parte más fácil. La parte difícil es conseguir quién los use y entender que es un equipo. En una UCI por cada seis pacientes hay un médico, dos enfermeras, tres paramédicos, y cuando se dice que aumentamos 20 o 30 camas, créame que no es que se contrató el doble de enfermeras o paramédicos. Son los mismos los que se hacen cargo de más camas. Esa es la realidad.

-¿Qué nos dicen las cifras hoy: todavía no tocamos fondo?

-Creo que efectivamente estamos en un momento cercano al peak de la tercera ola. Uno se pregunta cómo podemos estar tan mal si estamos vacunando tanto. Esto es porque por un lado hay variantes más agresivas, como la brasileña, la P.1, que es 50% más contagiosa. Estas variantes están afectando fundamentalmente a personas jóvenes no vacunadas y, a diferencia de la primera ola, estas personas se están hospitalizando. Lo otro es que la vacuna CoronaVac ha sido efectiva en reducir las hospitalizaciones y el número de fallecidos en los vacunados, pero no está siendo efectiva en la inmunidad de rebaño. Es decir, las personas que no están vacunadas no están protegidas producto de que haya personas vacunadas alrededor de ellas, que es lo que se llama inmunidad de rebaño, sino que por el momento están siendo susceptibles de enfermarse de gravedad los no vacunados. Este gran número de personas jóvenes susceptibles están ocupando las UCI hoy.

Por otro lado, hay grupos en los que no hemos alcanzado el 100%. Por ejemplo, en los mayores de 80 años todavía hay un 15% que no se ha vacunado. Tenemos una vacuna que es muy efectiva en reducir la mortalidad y hospitalización, pero que no ha sido tan efectiva en cortar el contagio. Es una vacuna que reduce el riesgo de infección en 50-67%, a diferencia de otras que reducen el mismo contagio en 95%. ¿Qué significa esto? Que muy probablemente tenemos que dejar de lado la inmunidad de rebaño y que pensar que para superar esta crisis tenemos que instalar una estrategia de "cero covid" y vacunar a todos, y probablemente incluso tres veces.

-¿Y cómo se consigue convencer al grupo que no quiere vacunarse?

-Ese es el desafío. Esto nunca se ha hecho en el país y en ninguna parte del mundo, de intentar vacunar a todo un país en un año y ponerles dos o tres dosis. De ahí que hay que ser creativos, buscar acercar la vacunación a las personas. Siempre es más fácil vacunar a la primera mitad. Pero viene la segunda mitad, donde el ritmo comienza a ser más lento porque están las personas que no tienen tanta conciencia de la enfermedad, que tienen dudas o que piensan que no se pueden enfermar de gravedad. Estrategias como los vacunatorios móviles, vacunar en farmacias, iglesias, donde trabajan las personas, son las que hay que utilizar. Si nos sentamos a esperar que lleguen, no vamos a vacunar a la cantidad que quisiéramos y esta crisis va a mantenerse por mucho tiempo. Se tiene que avanzar a una estrategia 24/7, en todas las comunas del país, porque el virus no se toma feriado.

"Todo el tiempo se han transmitido mensajes de que estamos a punto de salir de la crisis y la situación todo el tiempo supera con creces los pronósticos del Gobierno". "Sin financiamiento a la salud primaria, los pacientes que salvemos de covid van a morir el próximo año de una gran ola de enfermedades no diagnosticadas a tiempo".