Desigualdad en las clases online
Los formatos de educación a distancia están acrecentando las distancias que hay entre los colegios del país. Si bien se han hecho esfuerzos para una mayor conectividad de los alumnos, la brecha es de tal magnitud que aún hay muchos que no tienen internet.
Apoco más de un año de instalada la pandemia en el país, los colegios de toda índole siguen ajustándose a las inimaginables (hasta antes de 2020) restricciones sanitarias dispuestas por la autoridad para contener el avance del virus. En estos meses, los cuerpos directivos y los docentes ya han logrado aquilatar cierta experiencia frente a este nuevo escenario virtual, al punto que en varios establecimientos de Puerto Montt y Puerto Varas ya hay clases híbridas, grabadas y transmitidas por televisión, o bien por YouTube, haciendo gala cada uno de ellos de los recursos con que cuentan y también, por cierto, de la creatividad a la hora de solucionar problemas
Aun así, en esta área, como en tantas otras del quehacer humano, la desigualdad ha vuelto a aparecer. Mientras los alumnos de los particulares pagados y particulares subvencionados han tenido mayores capacidades para mantener el ritmo de las clases cuando se hacen en formato online, no ha sucedido lo mismo en aquellos establecimientos municipales, donde las familias no gozan de los mismos recursos para mantener un plan de datos que permita simultáneamente, por ejemplo, las clases online y el teletrabajo de los padres.
En el caso del sistema educacional municipal de Puerto Montt, se estima que más del 60% de los estudiantes carece de internet, convirtiendo sólo en palabras el discurso de la conectividad y de las nuevas posibilidades de la educación remota. Aunque en muchas comunas del país los municipios se han preocupado de comprar tablets y conexiones de banda ancha móvil para los estudiantes, las distancias son siderales todavía para igualar lo que ocurre con los colegios pagados, donde se recurre con relativa facilidad a la televisión y modernas plataformas que permiten el hibridaje entre lo presencial y lo virtual.
Mientras persistan las restricciones del plan Paso a paso, la odiosa brecha educacional que al final se ve refrendada en la calidad de los aprendizajes continuará perpetuándose con mayor velocidad. Ciertamente, no son buenas noticias para el país.