Estafas a través de redes e internet
La mayor conectividad digital ha traído aparejada una mayor ocurrencia de engaños en contra de las personas. Junto con la prudencia que deben tener los usuarios, le compete también a las instituciones reforzar sus plataformas.
La PDI ha advertido que la población debe estar alerta sobre nuevos métodos de estafa, como el caso de "la estafa de los seis números", que permite a los autores apoderarse de la cuenta de WhatsApp de la víctima y, por consiguiente, de su identidad, para poder cometer otros delitos.
La Brigada Investigadora del Cibercrimen ha indicado que con este procedimiento, los antisociales no sólo se apoderan de la cuenta de WhatsApp, sino también de las fotos, videos y contactos que puedan tener registrados en ella, con el fin de obtener, mediante engaño, dinero de parte de los contactos de la víctima. Por otra parte, se ha llamado a las familias a preocuparse de que las cuentas de sus hijos escolares -que en pandemia y sin clases presenciales pasan más horas conectados- no sean intervenidas por personas que pudieran enviarles mensajes con contenidos inconvenientes.
También ha aumentado la distribución de correos en línea en los cuales supuestamente los bancos e instituciones financieras anuncian a las personas que tienen créditos aprobados, y piden que el interesado ingrese todos sus datos y claves para actualizar la información e iniciar el proceso de entrega del dinero. Obviamente se trata de las ya conocidas estafas informáticas, que se han incrementado debido a que, por la cuarentena, los clientes no realizan trámites presenciales en las instituciones, sino por medio de internet. No obstante que se trata de un mecanismo de estafa conocido y respecto del cual se han hecho las advertencias correspondientes, siempre hay personas que caen en la trampa.
Desde hace tiempo que se viene planteando que en el país hay falencias en la seguridad de los datos bancarios y comerciales. Este tipo de ataques no sólo en Chile, sino que a nivel mundial, son provocados por bandas organizadas y con conocimientos, lo que obliga a tener una actitud proactiva y continua en cuanto a la protección de datos para mitigar los riesgos. Las instituciones realizan fuertes inversiones cada año para protegerse de esos ataques, pero también se requiere que las personas sean cuidadosas, considerando que esas entidades financieras nunca les pedirán que den a conocer sus claves.