Próximo a ser ley está el proyecto que exige a la industria salmonera limpiar y remover los desechos acumulados en el fondo marino donde están emplazadas sus concesiones, luego de ser aprobada la iniciativa legal en la Comisión de Pesca del Senado.

El autor de esa propuesta, el diputado Gabriel Ascencio (DC), explicó que esas compañías se deberán hacer cargo "de una de sus externalidades negativas, que es la contaminación que producen en las áreas en las que operan".

Ascencio añadió que también deberán retirar material inorgánico que vaya a dar al fondo de balsas jaulas, como "basura, neumáticos, bolsas de alimentos, cuerdas e incluso infraestructura que se desprende y queda en fondo marino, sin que nadie se haga cargo de eso".

Mientras que desde la industria salmonera se ha asegurado estar de acuerdo que los fondos marinos deben estar libres de todo tipo de basura y que se preocupan que al finalizar un ciclo productivo, se limpie todo. Pero, también han planteado sus aprensiones respecto a levantar los sedimentos.

Fuentes ligadas a la actividad productiva advirtieron que al hacerlo se genera un proceso que puede activar materias orgánicas que podrían llegar a producir un bloom de fitoplancton, además de contaminar las aguas.

Un conocedor de la industria agrega que "está probado que una remoción no es la mejor solución" y propone tecnologías que están en desarrollo para recuperar los fondos por la vía de inyección de oxígeno o de agua fresca.

El sector estaría dispuesto a establecer una discusión en torno al tema, pero que "debe analizarse a conciencia y con una investigación seria, profunda, de largo plazo y no que se basen en ciertos experimentos o en ideas experimentales".

SE ESPERA LIMPIAR FONDOS MARINOS DE CENTROS DE CULTIVOS.

Para un observador agudo, hay indicios de una odiosidad hacia Chile y lo que representa, y que se manifiesta abiertamente en lugares como Plaza Baquedano o La Araucanía. Pero detrás de estos y otros sucesos similares, se reconoce la mano de políticos, intelectuales y líderes de opinión que buscan incentivar el caos para generar un supuesto "cambio positivo". Así, la agresión pasa a justificarse y adquiere la apariencia de sensatez, de lo correcto y oportuno, de lo que se debe realizar.

Reconocer lo anterior puede considerarse como fundamental en nuestro particular momento histórico y político, en el que los tiempos que corren requieren tomar decisiones con madurez, guiados por el sentido común y por el buen juicio. Me asiste el más firme convencimiento que la gran mayoría de las personas en nuestro país son sensatas, y no consideran que destruir una plaza pública o quemar toda una región sea algo correcto, conducente a pacificar los ánimos y crear lazos positivos entre los chilenos y chilenas. Los individuos que engañan y mienten no están actuando bajo la cualidad de la sensatez, sino todo lo contrario. Se percibe, se siente, que desde un cierto ámbito político bastante extremo, de izquierda, se ha tejido todo un submundo de falsedades que es necesario desenmascarar, antes que se siga esparciendo violentamente, como "reguero de pólvora".

Ser sensato es una de las mejores cualidades que una persona puede tener. La sensatez debe formar parte del día a día del ser humano, es una forma de tratar con educación y respeto al resto que se encuentra en su entorno. Es también una realidad que tiene importantes atributos positivos, conducentes a crear vínculos de fraternidad y solidaridad entre los ciudadanos, basados en fuerzas que sostienen la libertad, en lugar de fomentar la exclusión o la violencia. Para alguien que ama realmente el país, ello se traduce en un respeto profundo por la forma de vida libre que éste nos otorga. Así, se traduce en un afecto generoso hacia todo lo que conforma la esencia nacional, la patria, sin odiosidades.

Pero lo anterior es inseparable de la noción de república, de la virtud cívica entendida como aprecio a la libertad común y a las instituciones que la sustentan. Su fin es la libertad, que implica la posibilidad para todos de vivir sus vidas como ciudadanos sin ser violentados al negárseles sus derechos civiles, políticos, sociales o culturales. Ante una situación de crisis, apelar al patriotismo, al amor patrio, aporta una importante fuerza unificadora y movilizadora, poniendo énfasis en los derechos de la ciudadanía, el principal de los cuales en estos momentos es la no violencia, la paz. Además, esta idea permite superar el tradicional monopolio que han querido ejercer desde la izquierda más radical sobre el concepto de la democracia, reemplazando sus propuestas extremas por una herramienta intelectual y política centrada en la noción de la república, es decir, en el patriotismo de la libertad y su ideario pluralista.

Estaba anunciada la apertura de todos los locales del comercio gastronómico de Puerto Montt durante la jornada de protesta del jueves, al cumplir un año sin actividad, producto de la prohibición para atender público, establecida por la autoridad sanitaria.

Los dirigentes de Agatur sabían que se exponían a sumarios sanitarios, por incumplimiento de la normativa, para lo que -aseguraban- tenían el respaldo jurídico de la Municipalidad y de sus propios abogados.

Sin embargo, bastó una advertencia del seremi de Salud, Alejandro Caroca, para que esos dirigentes echaran pie atrás en su anuncio.

En declaraciones a radio Sago, el seremi Caroca anunció que habría una fuerte fiscalización a cargo de funcionarios de Salud, así como de las Fuerzas Armadas.

Por eso es que Julio Jenkins, presidente de Agatur, explicó que sólo abrieron locales que tienen terrazas, permitido en fase 2, pero anunció una demanda contra el Estado, ya que sienten que el sector ha sido discriminado, luego que otras actividades productivas siguen en funcionamiento.

Mientras que Eduardo Salazar, presidente de la Cámara de Comercio y propietario del restaurante Club de Yates, lamentó las declaraciones del seremi de Salud y las calificó como desafortunadas.

Justificó además la protesta del jueves, al recordar que durante estos 12 meses no han recibido ingresos, por lo que llamó a la autoridad a empatizar con el gremio y buscar soluciones, en lugar de "iniciar un proceso de amenazas para que la gente tome actitudes de miedo", subrayó.

Desde ese día que Agatur dejó en libertad de acción a sus asociados, para definir si mantienen abiertos sus establecimientos o bien determinan volver a cerrarlos, a la espera de una resolución de la autoridad, que les permita atender público en fase 2 del plan Paso a paso.

EL MOVIMIENTO CONSIDERÓ UNA CARAVANA DE VEHÍCULOS.