Avanzar hacia la equidad de género
Hay mucho por mejorar todavía en el reconocimiento del rol de las mujeres en el mundo del trabajo. No es una quimera, sino un acto de justicia, que las mujeres tengan igual acceso que los hombres a las oportunidades laborales.
Cada 8 de marzo se reconoce mundialmente el valor y aporte de las mujeres en todo ámbito de la vida, lo que también contribuye a ir acortando las brechas marcadas por la exclusión y la discriminación. A juicio de los expertos, las causas detrás de esto revelan un problema social, pues aún en algunos sectores las mujeres son percibidas como menos capaces para trabajos que les permitan aspirar a cargos de más responsabilidad. También se sigue considerando el embarazo como un factor que les juega en contra. Dicha visión no sólo es errónea, sino que también discriminatoria, ya que las empresas suelen castigar a las trabajadoras a nivel de contrataciones como de salarios.
En el país, en 2015 se promulgó la ley que creó el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, para responder a los nuevos paradigmas de la sociedad, considerando que las mujeres son el 52% de la población chilena, y que de cada diez hogares, cuatro son dirigidos por una jefa de hogar. Su rol de madres, las exigencias sufridas en ese ámbito, romper estereotipos y el privilegio a los varones en determinadas áreas especialmente laborales, son situaciones concretas que imposibilitan una plena vida. Ante ello, se plantea la necesidad de invertir en educación, formación inicial y diversificar sus opciones de estudio y oferta laboral.
Una institucionalidad puede establecer caminos para la inclusión y el respeto, pero las principales modificaciones vienen de una cultura del reconocimiento hacia la mujer, que destaque su valor, derechos y capacidad, y que se termine con la violencia intrafamiliar. La participación de las mujeres en el mercado del trabajo ha ido en aumento en los últimos años, pero a pesar del crecimiento económico sostenido y los factores condicionantes que podrían posibilitar su incremento, es todavía una de las participaciones más bajas en América Latina y también en la Ocde. Hay que lograr un sitial de igualdad y entender que el ingreso de la mujer al trabajo es una necesidad que debe ser cabalmente recompensada.
Entender este contexto es fundamental para que las mujeres sigan también ganando espacios en diferentes aspectos del quehacer de la sociedad, particularmente en la participación laboral y equidad salarial.